De acuerdo con información proporcionada a Reuters por fuentes cercanas a la operación, el fabricante de armas Sig Sauer Inc. solicitó la aprobación del Congreso de Estados Unidos para vender rifles de asalto automáticos a las fuerzas armadas de México, como parte de la modernización del ejército nacional.
El Congreso estadounidense recibió un informe sobre el interés de la Marina y la Infantería Naval en concretar una compra por alrededor de 5.5 millones de dólares en armamento.
La transacción podría generar controversia, ya que en el pasado las armas adquiridas por autoridades mexicanas han terminado en manos de delincuentes.
Es conocido por los gobiernos de ambos países que el grado de violencia de los enfrentamientos entre el Estado y la delincuencia organizada se debe en gran medida a la presencia de armamento estadounidense importado tanto legal como ilegalmente.
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Según las leyes norteamericanas, todas las armas que contengan partes o propiedad intelectual de Estados Unidos deben someterse al control de exportaciones del país, y requieren aprobación. Sig Sauer y la embajada de México en Washington declinaron la solicitud de comentarios hecha por Reuters.
"Estamos restringidos por las leyes y regulaciones federales para confirmar el estado de las licencias de empresas o entidades estadounidenses o hablar de detalles específicos sobre casos individuales de licencias de exportación de defensa", afirmó un portavoz del Departamento de Estado.
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Existen dos caminos para que gobiernos extranjeros adquieras armas de fabricantes norteamericanos: el primero es la negociación directa entre la empresa y el gobierno extranjero (como sería en este caso de confirmarse), y el segundo es a través de un funcionario del Departamento de Defensa en la embajada de Estados Unidos en la capital de país interesado. En ambos casos se requiere autorización del gobierno norteamericano para concretar la operación.
