En el marco de la reinauguración de la Escuela de Líderes Católicos en la Ciudad de México, el obispo auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México, Francisco Javier Acero Pérez, realizó un apasionado llamado a los legisladores y políticos a abandonar sus curules y acercarse a las comunidades más vulnerables para comprender y atender sus necesidades reales.
Subrayó que México requiere de líderes que “dialoguen y no impongan” e hizo un llamado para que el día 12 de diciembre, día de nuestra madre de Guadalupe haya una tregua de paz y no haya muertos.
La política se hace en la calle
Durante su intervención, Acero Pérez instó a los presentes a abandonar la hostilidad y buscar el diálogo para construir una sociedad más unida y solidaria. “Dejen sus curules, focos y cámaras, y escuchemos a las madres buscadoras, a los migrantes, a quienes no llegan a la quincena. La política se hace en la calle, desde el servicio”, subrayó.
El obispo, con un mensaje enfocado en la importancia de la coherencia y el servicio, criticó la desconexión de los actores políticos respecto a las necesidades de los sectores más desfavorecidos, poniendo énfasis en la urgencia de trabajar por la justicia social.
Acero Pérez también resaltó la importancia de defender la cultura de la vida, desde su concepción hasta la muerte natural. Señaló que problemáticas como la falta de alimentos en hospitales, el tráfico de órganos, las migraciones forzadas y la legalización del aborto deben ser abordadas con sensibilidad y compromiso. “La vida no es un tema de ideología; es una cuestión de dignidad y humanidad. Necesitamos liderazgos que respeten y promuevan estos valores fundamentales”, afirmó.
El obispo reflexionó sobre los retos culturales y sociales que enfrenta México, destacando que la falta de fraternidad está erosionando las relaciones humanas y las estructuras sociales. “Hemos perdido el sabor de la fraternidad. Nos cuesta imaginar al diferente como alguien digno de ser escuchado y respetado. La única manera de superar esto es a través del diálogo y el encuentro”, expresó.
Acero Pérez agradeció a los organizadores y asistentes de la Escuela de Líderes Católicos por crear un espacio de reflexión y formación basado en los valores cristianos. “Esta escuela no solo forma líderes, sino personas con una visión integral para transformar la sociedad con amor y justicia. Es un ejemplo de cómo la fe puede inspirar el cambio social”, mencionó.
El obispo concluyó su mensaje invitando a los políticos y líderes sociales a acompañarlo en un recorrido por las calles para escuchar directamente las historias de migrantes, madres buscadoras y personas en situación de pobreza extrema. “Escuchar y ver la realidad es el primer paso para transformar el país. La política no es solo poder; es caridad en acción”, enfatizó.
Con la reinauguración de la Escuela de Líderes Católicos, la Iglesia busca formar líderes comprometidos con la construcción de una sociedad más justa, solidaria y centrada en la dignidad humana.