“¡¿A dónde vamos a parar con estos precios?!”, es una pregunta común que se escucha en los pasillos de los supermercados o en los puestos de los tianguis y mercados del país a cuatro años del actual gobierno, tiempo en el que la inflación ha crecido 19.34 por ciento, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Rumbo al cuarto informe de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, México atraviesa la mayor inflación en más de 20 años, derivada de situaciones como la pandemia y la guerra en Ucrania, entre otras, apuntó Juan Carlos Anaya, director del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).
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El actual gobierno, consideró el especialista, ha sido incapaz de contener el alza de precios en energéticos y alimentos, que por lo regular pegan más a la población de menores ingresos, la prioridad de esta administración.
“Se atenderá a todos los mexicanos sin importar creencias, clases, organizaciones, sexo, partidos, sectores económicos o culturales, pero se aplicará el principio de que, por el bien de todos, primero los pobres”, dijo López Obrador el 1 de diciembre de 2018, en un mensaje a la Nación desde el Zócalo de la Ciudad de México tras asumir la Presidencia.
A 45 meses de ese momento que el mismo mandatario calificó de “histórico”, la población del país, en especial los pobres, padecen el incremento desmedido de precios en productos de consumo básico.
Ni el Paquete contra la Inflación y la Carestía (PACIC), que presentó el jefe del Ejecutivo Federal con miembros de la iniciativa privada para tratar de contener los incrementos de precios en 24 productos de la canasta básica, ni los subsidios a combustibles han frenado a la inflación que, en lo que va del sexenio, ha sido incluso de más de 50 por ciento en algunos productos indispensables en las mesas de los hogares mexicanos.
Tal es el caso del kilo de tortilla, que ha aumentado en más de seis pesos en promedio a nivel nacional para rondar los 21 pesos, aunque hay ciudades donde se vende incluso por arriba de 30 pesos, de acuerdo con información del Consejo Nacional de la Tortilla.
El pan de caja, otro elemental en la dieta de los mexicanos, tuvo un incremento de unos 26 pesos en lo que va del sexenio y se comercializa en más de 83 pesos en promedio en las principales ciudades del país, mientras que el precio del huevo aumentó casi 20 pesos y hoy se vende por arriba de los 50 pesos por kilo.
Es tal el incremento de precios en productos de la canasta básica que las presiones inflacionarias se convirtieron este año en el segundo factor de preocupación en el crecimiento económico para los especialistas que cada mes son consultados por el Banco de México (Banxico), cuando en diciembre de 2018 este elemento no figuraba en sus opiniones.
En la Encuesta sobre las expectativas de los especialistas en economía del sector privado de julio de este año, el Banco Central señaló que la inflación es el segundo factor que obstaculiza el crecimiento económico del país, solo detrás de temas de gobernanza como la inseguridad.
Entre diciembre de 2021 y julio de este año, la inflación pasó de ser la quinta preocupación para los especialistas en finanzas consultados por Banxico a la segunda.
Pero a finales de 2018 los factores que preocupaban a los analistas principalmente eran la inseguridad, la falta de Estado de Derecho, la producción petrolera, la impunidad y situaciones externas como la inestabilidad financiera internacional.
La inflación no solo preocupa a los expertos, los ciudadanos ya resienten las alzas en precios y este tema se ha convertido en una de sus mayores preocupaciones, ganando terreno incluso a temas como la pandemia o la guerra en Ucrania.
El Barómetro: ¿Qué es lo que más preocupa a los mexicanos?, realizado por Kantar, señala al alza de precios como una de las principales preocupaciones entre los consumidores mexicanos, la cual sigue escalando mientras que la inquietud hacia la pandemia o la guerra en Ucrania van a la baja.
De acuerdo con el reporte, tres de cada cuatro mexicanos han notado alzas en los precios de productos de consumo básico, lo que eleva su preocupación sobre la economía.
“Alimentos y bebidas es la industria en la que el consumidor percibe más incrementos, se contrapone con la dificultad de poder recortar el dinero que invierte en esos productos porque son gastos básicos”, comentó a este diario Roberto Zenil, senior account director de Kantar México.
De acuerdo con el directivo, la preocupación por la inflación puede crecer aún más en la segunda mitad del año debido a que el consumidor es más sensible a eventos como el regreso a clases y la compra de útiles, así como la temporada de compras en el último trimestre.
Pero los alimentos básicos no son los únicos productos que suben de precios. Los energéticos han tenido una incidencia relevante en la inflación general en el país.
El gas LP, utilizado por siete de cada 10 hogares en el país para cocinar o calentar agua, ha tenido un incremento de 22 por ciento en el precio por kilo en lo que va del sexenio, mientras que las tarifas eléctricas casi se han duplicado, de acuerdo con datos del Inegi.
Los combustibles, como el diésel y la gasolina regular, también han sido impactados debido a las alzas en los precios internacionales del petróleo tras la recuperación postpandemia y el conflicto en Europa Oriental.
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El reporte Future Consumer Index, elaborado por Ernst & Young (EY), señala que el aumento del costo de la vida por las alzas en electricidad, gas, comestibles y productos básicos del hogar, es la mayor preocupación de los consumidores en México.
De acuerdo con el estudio, presentado hace unas semanas, 57 por ciento de los encuestados en el país manifestó preocupación por los aumentos de electricidad, gas y agua; y 55 por ciento consideró los aumentos en los comestibles como el tema más inquietante.
Juan Carlos Anaya destacó que la pandemia llevó a las personas a comer más en sus casas y esto tuvo un impacto en los precios en autoservicios y mercados por mayor demanda en hogar.
Añadió que eventos como la sequía en distintas partes del mundo, así como la guerra entre Rusia y Ucrania, aumentaron los precios de materias primas y energéticos, que impactaron costos y precios al consumidor.
A la vez que los precios de productos básicos aumentan, la confianza del consumidor ha venido a la baja en los últimos meses. De acuerdo con el Inegi, en julio el indicador estuvo tres puntos por debajo del nivel registrado en diciembre de 2018 y 7.3 puntos debajo de su máximo histórico alcanzado en febrero de 2019.
La mejora económica tanto para el país como para los hogares en los próximos 12 meses es donde los consumidores mexicanos se han mostrado más pesimistas en los últimos cuatro meses.
Anaya subrayó que si bien el gobierno no puede controlar los precios sí puede intentar contenerlos, o bien, vigilar que no haya especulación y acaparamiento, sin embargo, consideró que los esfuerzos de las autoridades han sido insuficientes.
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