El presidente Andrés Manuel López Obrador llegó esta noche a Washington luego de un extenuante viaje de más de 10 horas en lo que será su primera gira internacional por Estados Unidos como parte de la ratificación del nuevo tratado comercial, T-MEC.
El mandatario llegó al aeropuerto Dulles de Washington esta noche, para dirigirse a la embajada de México, donde descansará para sus actividades oficiales de la visita, que dará inicio a primera hora del miércoles.
La política de austeridad del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, le ha obligado a un largo viaje hasta Washington al utilizar dos vuelos comerciales con una escala de dos horas y media horas en Atlanta (Georgia, EU).
Dadas las normas de todas las aerolíneas para evitar contagios del coronavirus, López Obrador se vio obligado a utilizar por primera vez en público un cubrebocas.
Siguiendo sus propias normas de sobriedad, López Obrador utilizó un asiento regular, no de primera clase, y ocupó el asiento de ventanilla de la salida de emergencia que tiene un poco más de espacio.
Este primer viaje al extranjero de López Obrador supone un total distanciamiento del viejo estilo y de logística que representaban los viajes internacionales de sus antecesores, ya que utilizaban, como la mayoría de presidentes en todo el mundo un avión oficial del Gobierno.
En Washington, López Obrador se alojará en la embajada de México en Estados Unidos con lo que descansará en "territorio mexicano" tal y como lo ha dejó expresado en sus conferencias matutinas.
"En mi caso, decidí quedarme a descansar en la embajada, o sea que voy a estar en territorio mexicano en Washington", comentó López Obrador al declinar el hospedaje pagado que le ofrecía la Casa Blanca en un hotel junto con su comitiva y con seguridad incluida.
LA PRUEBA DE CORONAVIRUS
El viaje a Washington llevó a López Obrador a practicarse una prueba de laboratorio para la detección de la COVID-19 que resultó negativa y que por no tener síntomas no se había hecho desde el inicio de la pandemia, aunque se lo pidieran.
Tampoco utilizó el cubrebocas durante toda la pandemia hasta que en este viaje ha tenido que portarlo por que así lo exige el protocolo de la línea aérea que él eligió para su viaje, al no contar con el avión presidencial, mismo que sigue en venta.
En su salida, el presidente no tuvo problemas de ninguna clase con filtros de seguridad del aeropuerto. Utilizó un acceso privado y se le condujo a las puertas del avión, de acuerdo con las versiones de la prensa, que esperó por horas verlo llegar como a un pasajero común.
Nada más llegar a Atlanta, en la escala forzada de 2,5 horas antes de continuar el vuelo, las autoridades de migración de Estados Unidos tuvieron la cortesía de entrar al avión para conducirlo a una sala especial con lo que evitó los controles que todo pasajero mexicano debe cumplir en esos aeropuertos.
López Obrador se quitó el saco y leyó un documento de la Secretaría de Relaciones Exteriores durante el vuelo, aunque al parecer si mantuvo todo el tiempo en su lugar el cubrebocas.
Llevará ofrendas florales a los monumentos del presidente estadounidense Abraham Lincoln y al del presidente mexicano Benito Juárez, para después cruzar las puertas de la Casa Blanca para todos los actos formales de la visita.