El presidente Andrés Manuel López Obrador pidió ayuda a los obispos y arzobispos de México para concretar su plan de pacificación. México sí tiene remedio. Si todo el pueblo trabaja unido y se convence que es posible recuperar el camino de la paz y dejar a un lado la violencia. Nuestro país tiene alternativas para rescatar el tejido social y ahora en esta situación de crisis es su gran oportunidad, consideró el arzobispo de Morelia, Carlos Garfias Merlos
En una entrevista con la Organización Editorial Mexicana (OEM), el arzobispo responsable de la Dimensión Episcopal de Justicia, Paz, Reconciliación, Fe y Política y enlace de la Conferencia del Episcopado Mexicano con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, informó que la iglesia mexicana participará con todos sus elementos en el Plan de Pacificación.
Su gobierno, agregó, ha sido muy explícito en solicitar ayuda a todos los sectores. López Obrador repitió que iba a pedir apoyo a los obispos y al Vaticano. Ahora ya llegó la solicitud a la Episcopado Mexicano, “y aquí estamos y vamos a dar nuestra colaboración”.
Por lo que ya se formalizó que la CEM participará con el plan de la Iglesia Católica para la Construcción de Paz que busca crear comunidad y darles prioridad a las víctimas. Además, están en marcha los centros de escucha para impulsarlos en varios estados del país.
“Encontrar herramientas para ayudar a realizar un diálogo social y un proceso de recuperación de la confianza y credibilidad entre las personas, sobre todo implementado iniciativa a favor de la comunidad y que puedan dar resultados tangibles”.
El prelado, quien nació en Tuxpan, Michoacán, en 1951, expuso que para sanar al país se debe recuperar la confianza en las instituciones y acompañar a las personas en las situaciones más dramáticas, como ahora se debe hacer con las familias de las personas que fallecieron en la explosión del ducto de Pemex en Tlalhuelilpan, Hidalgo.
El vicepresidente de la CEM dijo estar en desacuerdo con los programas asistencialistas, donde la gente sólo tienda la mano, más bien, comentó se debe educar, organizar, capacitar y generar responsabilidad en todas las personas.
Garfias Merlos reveló que la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, les planteó diversos temas de la agenda de López Obrador, entre ellos, el combate a la corrupción, el programa "Jóvenes construyendo el futuro", beneficios para adultos mayores, y de manera muy puntual, el proceso de paz y reconciliación en México, de una manera muy precisa.
Lo más importante, añadió, es que ya se puede tener un diálogo directo entre la iglesia católica y el gobierno de México.
Asimismo, la ministra en retiro escuchó a los obispos que hablaron sobre la libertad religiosa, familia, jóvenes, la presencia de las autoridades en zonas violentas que padecen miembros de la iglesia.
Garfias Merlos no apoya la militarización del país, ya que desde su punto de vista, lo que se necesita es crear un modelo de seguridad con responsabilidad de todos, una parte han sido el paternalismo exagerado que se han cultivado los gobiernos en turno, que ha bloqueado la responsabilidad de la gente. Hoy el camino es generar responsabilidad, dar encomiendas puntuales y ayudar a que la gente se haga responsable.
Es un convencido de que en México se han perdido valores éticos y humanos, por dos razones, una que va desapareciendo de la vida del ser humano, del mexicano; “antes nuestras madres lo primero que hacían es que sintiéramos la presencia de Dios, ahora se ha ido diluyendo y la otra es que la cercanía entre las personas se ha diluido, por lo que es necesario estar más cerca de los niños, jóvenes, pues una persona en crisis, lo que necesita es el apoyo de otro, que lo escuche y muestre afecto.
Recordó que el presidente López Obrador dijo “que es más cristiano que católico, pero si es católico”. Y tiene muy presente en atender las necesidades de las personas desde sus comunidades.
En las reuniones, los políticos y otros sectores sociales hacen exposiciones de la violencia, la inseguridad, descalificación, competencia, pero cuando se trata de encontrar caminos, “nos quedamos cortos”.