En 1983, cuando Enrique González Pedrero era gobernador de Tabasco, nombró al actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, como Oficial Mayor de Tabasco, y aunque tenía una estrecha cercanía con el mandatario estatal, López Obrador renunció al cargo casi de forma instantánea.
Esto, ya que consideraba que el cargo público lo alejaría de mantenerse cercano a la gente, ya que en ese año, López Obrador era dirigente estatal del PRI, aunque tenía algunas diferencias con alcaldes, lo que orilló que pidieran al gobernador que lo sacaran del partido.
El hoy presidente, se mostró en desacuerdo con que el gobernador accediera a las presiones de sus adversarios, lo que orilló que a tan solo 24 horas de su nombramiento, presentará una breve carta declinando.
A partir de ese momento, se rompió relaciones con la administración estatal y abandonó la bancada del PRI para unirse a la Corriente Democrática.