/ viernes 11 de enero de 2019

Así luchó Alfredo del Mazo González por el Edomex

Alfredo del Mazo González, exgobernador del Estado de México, falleció ayer a los 76 años

Deslumbrado por la poderosa inteligencia de Carlos Almada, Alfredo del Mazo González -a la sazón Director de Banco Obrero- lo convidó a comer. Nacía 1981. Del Mazo planteó:

“¿Cómo ves la sucesión en el Estado de México, Carlos?

Te recomendamos: Comunidad política lamenta muerte de Alfredo del Mazo González

“Pues mira -analizó el sinaloense Almada- está fulanito que es el candidato del profesor Carlos Hank González, Zutanito que tiene el apoyo de Javier García Paniagua. Por ahí, creo que anda la cosa.

“¿Cómo me ves a mí? “

¿Tú, Alfredo? No. Con toda franqueza yo no te veo ahí.

“Pues yo se la voy a pedir al presidente López Portillo, Carlos.

“¿Lo conoces, Alfredo?

“Nunca he hablado con él. Pero cuento con el apoyo de Gustavo Carvajal y la fuerte recomendación de Alejandro Carrillo Castro. Te digo que lo veré esta tarde.

“¿Qué le dirás, Alfredo?” -se sobrepuso a la sorpresa inicial Almada.

“Le ofreceré lealtad. Lo pondré ante la posibildad de liquidar el cacicazgo de Hank. Probará que por algo es el Presidente de la República. Yo estoy preparado. Mi padre fue gobernador...

Así se desató una intensa lucha por el poder en el Estado de México. Hank tenía de su lado al profesor Enrique Olivares Santana, ¡secretario de Gobernación! Profesor nacido en Aguascalientes. El 5 de febrero López Portillo regresó de una gira a India e inauguró en Hermosillo, Sonora la Reunión de la República.

El doctor Samuel Ocaña García era el gobernador. En aquel auditorio sonorense Heriberto Galindo Quiñones llamó a este reportero: “Observa a aquel hombre de traje azul marino. Mira qué pálido está. Y cómo fuma. De maquinita. No para de echar humo. Es Alfredo Del Mazo González. Será el próximo gobernador del Estado de México”.

Capituló el profesor Carlos Hank. Le dijo al presidente López Portillo: “Está bien, señor Presidente. Yo retiro a mi candidato. Que sea quien usted diga. Pero le ruego que no sea Del Mazo. Cualquiera, Presidente. ¡Menos ese! “Ese” fue. El Presidente mantuvo su decisión. Alfredo Del Mazo, el bueno para el Edomex.

Imagen del 17 de febrero de 1997 cuando iniciaba su precampaña a la Jefatura de Gobierno del entonces Distrito Federal / Fotoarte: Josué Isassi


17 de Febrero de 1981. Plaza de los Mártires de Toluca. Protesta del candidato Del Mazo. Gerardo Ruiz Esparza a su lado.

“Le encargo -instruyó Juan Francisco Ealy Ortiz (JFEO) al reportero Reyes Razo- que cubra todo lo que haga y diga el licenciado Alfredo Del Mazo González. Es mi amigo. Le debo muchos y muy importantes favores. Banquero de Comermex muchas veces me prestó los miles y miles de pesos que urgía para pagar cada semana de nómina de El Universal. Póngase a sus órdenes. Cubrirá su campaña. No repare en gastos...

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“Iré a mi cuartel general -anunció el flamante candidato- en el hotel Camino Real”.

Bufaba. El automóvil rodó por Paseo de la Reforma. Rodeó la Columna de la Independencia. Enfiló por Río Tíber.

“Candidato -intervino David López- te pido permiso para invitar a comer a mi cuate Reyes Razo. Aquí en el “Passy” de Miguel Ángel Ortega

“Otro día haremos una buena entrevista” -prometió Del Mazo.

El 15 de septiembre de aquel año acudí en representación de JFEO y por su indicación a la toma de posesión.

Años después en 1987, en Guadalajara Jalisco, al término de un informa de Enrique Álvarez del Castillo, Alfredo Del Mazo González -ya secretario de Industria Paraestatal- y “dedo chiquito” del presidente Miguel De la Madrid -“Es el hermano que nunca tuve”, decía-, luchaba por la candidatura a la Presidencia.

A mediados de agosto en el hotel Palace de Madrid el escritor Carlos Fuentes dijo a este informador que vacacionaba con Doña Eloísa, su madre y sus hijos Miguel y Amaranta: “El hombre que debe llevar a México al umbral del siglo veintiuno, se llama Alfredo Del Mazo. Como lo oye. ¡Alfredo del Mazo!”

Que al día siguiente apareció -a ocho columnas- en la primera plana de Excélsior. Carlos Salinas de Gortari -quien no lo podía ver ni en pintura y manifestaba su animadversión hacia el célebre junior que echaba carreras en Alfa Romeo con el Presidente Adolfo López Mateos- lo venció. Su hábito, su adicción al tabaco lo enfermaron. Ayer murió Alfredo del Mazo González.

Deslumbrado por la poderosa inteligencia de Carlos Almada, Alfredo del Mazo González -a la sazón Director de Banco Obrero- lo convidó a comer. Nacía 1981. Del Mazo planteó:

“¿Cómo ves la sucesión en el Estado de México, Carlos?

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“Pues mira -analizó el sinaloense Almada- está fulanito que es el candidato del profesor Carlos Hank González, Zutanito que tiene el apoyo de Javier García Paniagua. Por ahí, creo que anda la cosa.

“¿Cómo me ves a mí? “

¿Tú, Alfredo? No. Con toda franqueza yo no te veo ahí.

“Pues yo se la voy a pedir al presidente López Portillo, Carlos.

“¿Lo conoces, Alfredo?

“Nunca he hablado con él. Pero cuento con el apoyo de Gustavo Carvajal y la fuerte recomendación de Alejandro Carrillo Castro. Te digo que lo veré esta tarde.

“¿Qué le dirás, Alfredo?” -se sobrepuso a la sorpresa inicial Almada.

“Le ofreceré lealtad. Lo pondré ante la posibildad de liquidar el cacicazgo de Hank. Probará que por algo es el Presidente de la República. Yo estoy preparado. Mi padre fue gobernador...

Así se desató una intensa lucha por el poder en el Estado de México. Hank tenía de su lado al profesor Enrique Olivares Santana, ¡secretario de Gobernación! Profesor nacido en Aguascalientes. El 5 de febrero López Portillo regresó de una gira a India e inauguró en Hermosillo, Sonora la Reunión de la República.

El doctor Samuel Ocaña García era el gobernador. En aquel auditorio sonorense Heriberto Galindo Quiñones llamó a este reportero: “Observa a aquel hombre de traje azul marino. Mira qué pálido está. Y cómo fuma. De maquinita. No para de echar humo. Es Alfredo Del Mazo González. Será el próximo gobernador del Estado de México”.

Capituló el profesor Carlos Hank. Le dijo al presidente López Portillo: “Está bien, señor Presidente. Yo retiro a mi candidato. Que sea quien usted diga. Pero le ruego que no sea Del Mazo. Cualquiera, Presidente. ¡Menos ese! “Ese” fue. El Presidente mantuvo su decisión. Alfredo Del Mazo, el bueno para el Edomex.

Imagen del 17 de febrero de 1997 cuando iniciaba su precampaña a la Jefatura de Gobierno del entonces Distrito Federal / Fotoarte: Josué Isassi


17 de Febrero de 1981. Plaza de los Mártires de Toluca. Protesta del candidato Del Mazo. Gerardo Ruiz Esparza a su lado.

“Le encargo -instruyó Juan Francisco Ealy Ortiz (JFEO) al reportero Reyes Razo- que cubra todo lo que haga y diga el licenciado Alfredo Del Mazo González. Es mi amigo. Le debo muchos y muy importantes favores. Banquero de Comermex muchas veces me prestó los miles y miles de pesos que urgía para pagar cada semana de nómina de El Universal. Póngase a sus órdenes. Cubrirá su campaña. No repare en gastos...

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“Iré a mi cuartel general -anunció el flamante candidato- en el hotel Camino Real”.

Bufaba. El automóvil rodó por Paseo de la Reforma. Rodeó la Columna de la Independencia. Enfiló por Río Tíber.

“Candidato -intervino David López- te pido permiso para invitar a comer a mi cuate Reyes Razo. Aquí en el “Passy” de Miguel Ángel Ortega

“Otro día haremos una buena entrevista” -prometió Del Mazo.

El 15 de septiembre de aquel año acudí en representación de JFEO y por su indicación a la toma de posesión.

Años después en 1987, en Guadalajara Jalisco, al término de un informa de Enrique Álvarez del Castillo, Alfredo Del Mazo González -ya secretario de Industria Paraestatal- y “dedo chiquito” del presidente Miguel De la Madrid -“Es el hermano que nunca tuve”, decía-, luchaba por la candidatura a la Presidencia.

A mediados de agosto en el hotel Palace de Madrid el escritor Carlos Fuentes dijo a este informador que vacacionaba con Doña Eloísa, su madre y sus hijos Miguel y Amaranta: “El hombre que debe llevar a México al umbral del siglo veintiuno, se llama Alfredo Del Mazo. Como lo oye. ¡Alfredo del Mazo!”

Que al día siguiente apareció -a ocho columnas- en la primera plana de Excélsior. Carlos Salinas de Gortari -quien no lo podía ver ni en pintura y manifestaba su animadversión hacia el célebre junior que echaba carreras en Alfa Romeo con el Presidente Adolfo López Mateos- lo venció. Su hábito, su adicción al tabaco lo enfermaron. Ayer murió Alfredo del Mazo González.

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