Carlos Ahumada, quien protagonizó uno de los escándalos políticos que más le han dolido al presidente Andrés Manuel López Obrador, será extraditado desde Argentina a México.
El empresario argentino fue parte del caso conocido como "videoescándalos" en 2004, donde habría entregado un supuesto soborno a militantes del Partido de la Revolución Democrática (PRD), cuando López Obrador era jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal, ahora Ciudad de México.
En agosto de 2019, Carlos Ahumada fue detenido en Argentina y puesto en libertad por un Juez que consideró que el caso no estaba dedidamente sustentado.
En junio de 2020 autoridades presentaron la documentación para gestionar el procedimiento de extradición, de conformidad con los requisitos establecidos en el Tratado de Extradición entre México y Argentina y en julio de este año la FGR solicitó ante la Secretaría de Relaciones Exteriores, la petición formal de extradición.
Recientemente López Obrador habló del caso en una de sus conferencias mañaneras desde Palacio Nacional.
El lunes 6 de diciembre, el jefe del Ejecutivo recordó que en su carrera política son dos cosas las que le han dolido más: la difusión en 2004 de las imágenes de René Bejarano, su exsecretario particular, recibiendo dinero del empresario argentino Carlos Ahumada y el proceso legal caso de desafuero en 2005.
“¿Cómo la gente iba a pensar que yo no estaba involucrado, si era mi secretario particular? Increíble, fue un golpe durísimo, ese fue uno. Ese me dolió más porque tuvo que ver con mi honestidad, que es lo que estimo más importante en mi vida, ese duele más hablando de la consciencia”, expresó López Obrador.
En la ya tradicional mañanera, el mandatario recordó: “yo en mi historia como opositor viví dos momentos muy difíciles y uno me afectó más que otro.
Uno fue cuando el escándalo de este argentino Ahumada entregándole dinero a René Bejarano y al que era secretario de Finanzas de mi gobierno lo graba el mismo Ahumada jugando en Las Vegas. Eso fue durísimo porque Televisa —bueno, en aquellos tiempos, ahora ya creo que es distinto, así lo pienso— durísimo, recibiendo el dinero. Estaba de secretario particular Bejarano. Ya no era secretario particular, ya se había salido, por su voluntad, yo no le quité el cargo, se había ido a trabajar al partido, que fue cuando pasó esto.
Y resulta que Ahumada tenía penetrado todo el gobierno, todo el gobierno, delegados, todo, comprados a todos.
Y de repente me ve la contralora Bertha Lujan, de que se había descubierto que este Ahumada… Ah, bueno, había participado ya en una licitación para el segundo piso y había ganado, y ahí sí dije: No, no puede ser, ahí se le buscó y se volvió a hacer la licitación.
Pero se le encuentra de que un delegado había recibido dinero de Gustavo A. Madero, entonces le doy la instrucción al procurador, a Bernardo Bátiz, de que procediera, y detienen a uno y devuelven, creo que 10 millones; y Bernardo, con el propósito de sacar, de recoger todo lo que se habían robado, no procede legalmente, o sea, no, o inició la averiguación, pero no dio a conocer que Ahumada estaba metido en todo esto.
Entonces, yo le insistía en las mañanas, le digo: Ya presenta la denuncia y Bernardo, con el propósito de recuperar el dinero, no hablaba.
Un lunes —todavía me acuerdo, porque esas reuniones de seguridad y ruedas de prensa no eran como ahora, que son muy ‘fresas’, que son nada más de lunes a viernes, allá era todos los días, hasta sábado y domingo— y el lunes en la mañana López-Dóriga… No, Brozo en la mañana, con el dinero. ¡Híjole el escándalo!
Entonces, de pura intuición ese día me entrevistó Gutiérrez Vivó, que se portó siempre muy bien, y tan se portó bien con nosotros que por eso le quitaron el programa y lo expulsaron del país a don José Gutiérrez Vivó, y entonces me pregunta ‘¿y qué pasa con esto?’. Le digo: Salinas.
Pero no tenía yo información, sino porque los conozco, ahora sí que de parte de quién, siempre que hay un asunto ¿y de parte de quién? Esto para los jóvenes que les gusta o que quieren hacer política, que cuando se dan estas cosas es: ¿y de dónde viene?, ¿quién?
Entonces, sin tener información, que me da por instinto, sólida, Salinas, porque pues ya desde entonces no querían que yo llegará a donde estoy. Y, en efecto, fue Salinas, Ahumada ve a Salinas y ve a Diego y les entrega el material, y Salinas, Diego, creo que hasta intervino Creel, le entregan el material al Televisa y vámonos.
¿Cómo la gente iba a pensar que yo no estaba involucrado, si era mi secretario particular? Increíble, fue un golpe durísimo, ese fue uno. Ese me dolió más porque tuvo que ver con mi honestidad, que es lo que estimo más importante en mi vida, ese duele más hablando de la consciencia.
Y el segundo fue el desafuero, ese fue durísimo en términos políticos. Me desaforaron, me quitaron el cargo.
Pero, aun así, me dolió más el otro, el que tenía que ver con la honestidad que el que tenía que ver más con lo político”.
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