Al comparecer ante la comisión de justicia del senado de la República, la aspirante a ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Celia Maya García aseveró que este órgano judicial no puede ser legitimador de la obra presidencial, sino uno que haga valer la división de poderes y que no permita complicidad con la corrupción y los abusos de poder.
“No podemos ser herederos de épocas aciagas en que la Corte se asumía como una instancia legitimadora de la obra presidencial, como un espacio privilegiado que servía de asilo a los políticos descartados, un tribunal que ejercía el silencio pusilánime ante las atrocidades de los crímenes y las inquietudes de los dictadores”, comentó la aspirante a ministra.
“No pretendo adscribirme a una lista de ministros de etapas oscuras de complicidad con la corrupción y los abusos del poder”, añadió, en medio de críticas que se han hecho en su contra por ser militante de Morena y candidata a la gubernatura de Querétaro en 2016 por el mismo partido político.
Respecto del conflicto entre los Poderes de la Unión: Legislativo, Ejecutivo y Judicial, por la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos, la aspirante consideró que el más alto tribunal del país deberá definir su sentencia con apego a la ley, pues mencionó que esto no le confiere supremacía sobre otros poderes.
“Si a la Corte le corresponde pronunciarse sobre la constitucionalidad de un acto, de cualquiera de los agentes del poder público, ese no le confiere supremacía o preponderancia alguna. Nadie sobre la constitución. Que la corte le toque definir el apego a la ley fundamental del país”, afirmó.
Así mismo, consideró que la percepción social que se tiene de este órgano judicial “porque expone su lejanía de las causas del pueblo”, por lo que también externó que no necesita el salario de un ministro para poder vivir bien.
“Puedo no ganar los 650 mil porque ni los necesito para vivir con cierta holgura, no necesito tanto dinero puede ser con mucho menos”, sentenció.
En este sentido, acusó que su “elevado sitial, que dignifica y enaltece, también impone distancia apartamiento”, por lo que dijo que el ciudadano común no identifica ala Suprema Corte como un Alto Tribunal de la nación y que sea la salvaguarda de sus derechos, sino como un “ente ajeno y a veces insensible a las demandas de justicia de la sociedad”.
Por ello, Maya García aseguró que la Corte debe asumir una postura más comprometida con la justicia del pueblo, así como que descarte “el molde de la rancia justicia liberal-individualista para dar paso a una nueva etapa de la cultura de los derechos, de la asunción de las nuevas corrientes de pensamiento jurídico”
“Que postulan los derechos humanos y el humanismo, a la protección de los grupos vulnerables y a los individuos y comunidades que han experimentado históricamente la denegación de justicia por el apego a los tecnicismos y los mitos procesales”, agregó.
Así mismo, señaló que es necesario recuperar “la sencillez sin que ello implique caer en la simpleza, hacer, resoluciones, claras, cortas sin redundancias, sin rebuscamientos”, por lo que se posicionó en favor de hacer más transparentes y accesibles las sentencias y proyectos que se emiten diariamente.
Por ello, resaltó que su candidatura “hace justicia a los juristas de provincia, a quienes un centralismo desbocado por lo común, ignora, menosprecia o desdeña”, lo cual subrayó viene a fortalecer con su experiencia y su visión la pluralidad al interior de la SCJN.
“El acceso de un juzgador de la provincia a la Corte significa también una expresión del federalismo, representado y vigente en la Cámara de Senadores, porque con su elección se actualiza una antigua pretensión de los Estados de la Unión, de incorporar a sus mejores mujeres y hombres al supremo cargo de la judicatura nacional”, defendió.
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