Dulce María Sauri Riancho asegura que su cargo como presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados no lo adeuda a nadie y que su partido, el PRI, solo le debe respeto a Morena por ser el grupo parlamentario que representa a la mayoría.
Con su nuevo cargo, gracias al respaldo del partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, la exgobernadora de Yucatán visibiliza nuevamente al partido tricolor, que desde las elecciones de 2018 fue borrado del mapa político y perdió su influencia en el Congreso.
➡️ Acuerdan diputados que PRI proponga a Sauri Riancho para presidir Mesa Directiva en San Lázaro
La elección de la diputada Sauri Riancho se vio empañada por un drama en dos capítulos: cuando el grupo parlamentario del Partido del Trabajo (PT) buscó arrebatarle al PRI su posición como tercera fuerza política en San Lázaro con la cooptación de legisladores de otros partidos, y la denuncia del diputado Gerardo Fernández Noroña de que la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, intervino para que Sauri finalmente se quedara con la presidencia de la Mesa Directiva condicionado a que, desde su nuevo cargo, no promoviera ninguna acción contra el Gobierno de López Obrador.
—¿Maniobró la Secretaría de Gobernación, como afirmó el diputado Fernández Noroña, para que asumiera el cargo?
“Ese es un asunto que se presenta en la Cámara de Diputados y se resuelve en la Cámara de Diputados. Así pasó el año pasado. Yo no recuerdo que el diputado Fernández Noroña el año pasado haya estado lanzando acusaciones a diestra y siniestra, porque en cumplimiento de la Ley el PAN propuso, y, después de cuatro rondas de votación, Laura Rojas quedó en la presidencia de la Mesa.
“Entonces lo que se observó, se negoció y se logró el año pasado, en cumplimiento de la Ley y del acuerdo fundacional, es lo que pasó este año y nada más. Y otra cosa, la elección ya quedó en el pasado. Punto... Lo que se dijo o pudiera sentir o expresar cualquier diputado, incluyendo al diputado Fernández Noroña, ahí quedó, en el pasado”.
CHAPULINEO NO SE QUITA
Dulce María Sauri es uno de los liderazgos emblemáticos del Revolucionario Institucional. Fue gobernadora de Yucatán y presidenta de su partido. También es reconocida como una política que se maneja con institucionalidad, lo que marcará la relación entre el Congreso de la Unión y el presidente López Obrador.
“La relación entre los poderes Ejecutivo, Judicial y Legislativo está normada por la institucionalidad y yo respetaré estrictamente esa institucionalidad”, dice en entrevista con El Sol de México.
Sobre los movimientos que hubo en San Lázaro, en el que algunos diputados saltaron de Encuentro Social, el Partido Verde y Morena al PT para darle a este último el número de legisladores necesarios en su lucha por quedarse con la presidencia de la Mesa Directiva, Sauri consideró que es “una estrategia poco ética”, pero que no se puede conculcar, porque es el derecho de los legisladores a ejercer su libertad. En esta batalla política, el PRI también se valió de la misma estrategia sumando por unas horas a cuatro legisladores del PRD.