En 1988, dentro de una suburban estacionada en la colonia Atlampa, una de las más peligrosas de la delegación Cuauhtémoc, René Bejarano ofreció al ingeniero Cárdenas y a Porfirio Muñoz Ledo el apoyo político de los damnificados de la zona centro del sismo de 1985 -concentrados en Partido de la Revolución Socialista, sin registro- y del cual también formaban parte su esposa, la hoy diputada morenista Dolores Padierna, y el dueño del restaurante Peces de La Roma, Alejandro Gascón Mercado.
“Llenamos la plaza con la organización que teníamos entonces, y que habíamos construido desde 1985, a través de la Coordinadora Única de Damnificados, la Unión de Vecinos de la Colonia Centro y la Unión Popular Nueva Tenochtitlán, organización que generamos a raíz de los sismos de 1985”, recuerda René Bejarano.
En ese mitin estuvo Marcela Lombardo, hija de Vicente Lombardo Toledano, fundador del Partido Popular Socialista (PPS), a media calle del mitin estaba la Universidad Obrera; también acudió Jorge González Torres, antes de fundar el Partido Verde, y desde luego Cuauhtémoc y otros personajes.
René Bejarano es uno de los fundadores del PRD y creador de una de las corrientes más influyentes del partido, Izquierda Democrática Nacional (IDN), considera que este partido fundó una época, pero hoy es una rémora de la derecha que difícilmente pueda resurgir si sigue este camino.
El poder de la corriente bejaranista al interior del PRD se mantuvo a través de su esposa, Dolores Padierna, y otros liderazgos, que hoy están en Morena, aún después de que éste estuvo en la cárcel por aparecer en unos videos siendo sobornado por el empresario argentino Carlos Ahumada Kurtz, lo que debilitó la primera campaña del hoy presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, por tratarse de uno de sus hombres más cercanos en 2006.
Para Bejarano el partido está “en su etapa terminal” y los militantes que quedan no muestran “una actitud de recuperación”. Cada día más perredistas de corazón dejan de creer en la recuperación del sol azteca, dice.
La crisis del PRD, argumenta el funcionario, no debe entenderse como que la izquierda de México está en crisis también porque en realidad este bloque está en su mejor momento.
“Nunca antes habíamos tenido la posibilidad de tener la presidencia de la República reconocida, ni la mayoría en ambas Cámaras y además la posibilidad de seguir ganando elecciones”, evalúa.
El profesor nos recibió en un salón de fiestas, en la avenida Cuauhtémoc, durante una de sus reuniones políticas, que muchos llaman “misas” y sirven para adoctrinar a sus seguidores.
Al recordar la fundación del Sol Azteca, Bejarano asegura que con la victoria del presidente Andrés Manuel López Obrador se logró, sin duda, el momento cumbre de este partido, aunque lo haya logrado bajo las siglas de Morena, pues explica que la victoria electoral del 1 de julio pasado fue la cristalización de todos estos años de lucha.
“Después de muchos esfuerzos y sacrificios de muchas generaciones logramos conquistar la presidencia de la República. Yo creo que es el momento más alto que hemos tenido en las luchas democráticas y de izquierda”.
Sin embargo, asiente sin pensar que, el momento más difícil en el perredismo es ineludiblemente los ataque que vivió el Sol Azteca durante todo el gobierno del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, que no sólo provocó centenas de perredistas muertos, sino que evitó que se reconocieran las victorias electorales de este partido.
-¿Cuál fue el momento más crítico de toda esa ruta de los preámbulos del PRD hasta la victoria del lopezobradorismo?
-El registro del PRD tiene 30 años y el momento más crítico fue enfrentar el salinismo que pretendía destruir todo esfuerzo: los primeros años de 1988 hasta el 1994, casi todo el sexenio de Salinas fue muy duro.
Recuerda que debido a la insurgencia zapatista de enero de 1994 y el asesinato de su candidato presidencial, Luis Donaldo Colosio Murrieta, se dio un conjunto de factores para disolver los ataques del Gobierno contra el PRD.
“Todo eso hizo que el PRI tuviera menos enjundia en contra del PRD. Pero los primeros años fueron muy duros, de linchamiento mediático y de asesinatos y desapariciones. Más de 500 o 600 perredistas fueron asesinados a lo largo y ancho del país.
Señala que su movimiento de apoyo a la Cuarta Transformación está en etapa de enraizamiento, para evitar que la Cuarta Transformación naufrague y detalla que “no se debe apostar sólo al líder carismático o sólo a la posibilidad del desempeño del gobierno federal -eso es muy bueno y muy importante-, pero lo mejor es tener estructura y organización”, concluye.