De acuerdo con datos del INEGI, durante el sexenio del presidente Enrique Peña la economía ha crecido anualmente en promedio 2.3%. Según el consenso de especialistas, México debe crecer por encima del 5% para lograr sus objetivos, meta que incluso fue incorporada dentro del Pacto Por México en 2013.
Al evaluar el estado de la economía nacional de cara al cambio de gobierno, el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC) refirió que se ubica en "un Estancamiento Estabilizador que es insostenible, tanto porque las necesidades de la población requieren una mayor creación de riqueza".
La lenta recuperación de la economía estadounidense y de Europa tras la crisis internacional de 2010, y que impactó a las exportaciones mexicanas y el ánimo empresarial, es considerada como una de las principales causas del poco crecimiento.
Además, desde la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos en noviembre de 2016, la economía mexicana ha tenido que enfrentar la inestabilidad sobre el futuro de las relaciones bilaterales, principalmente por la posible terminación del TLCAN.
Mientras las tensiones comerciales han escalado mes con mes desde su toma de protesta, el nuevo gobierno en la Casa Blanca incluyó recientemente a México entre los países sujetos a pagar aranceles en acero y aluminio, como parte de su estrategia para presionar para llegar a un acuerdo favorable para EU en el Tratado.
Por casos como este, el tipo de cambio que oscilaba los 13 pesos por dólar en 2013 ahora se coloca cerca de los 21, siendo particularmente sensible a la incertidumbre.
Por su parte, la inflación, que al cierre de 2015 logró llegar a un mínimo de 2.1%, para agosto de 2017 alcanzó el 6.7%, una de las tasas más altas en los últimos 16 años.
El aumento en el costo de los combustibles así como el impacto del tipo de cambio han sido algunas de las principales razones, según el Banco de México.
Durante su reunión de política monetaria del pasado 31 de mayo, los miembros de Banxico refirieron que la volatilidad de los mercados financieros internacionales podría aumentar en el corto plazo, afectando el comportamiento de la actividad económica y los flujos de capital hacia economías emergentes, incluido México.
Todo esto ha tenido un impacto en el ánimo de los consumidores. Indicadores que reflejan el consumo interno, como el
del crecimiento de las ventas reportadas por la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales, reportaban hasta 2016 crecimientos importantes en su dinamismo de hasta 6.4%, sin embargo éstas han desacelerado durante 2017 y 2018 para llegar a 4.5%.
En el comercio internacional el sistema de exportación mexicano profundizó durante los últimos seis años su despetrolización.
Mientras que las exportaciones no petroleras han crecido 30% durante los últimos seis años, las de crudo y sus derivados cayeron 40%, al tiempo que la plataforma petrolera continúa registrando un descenso constante.
Según el economista Jonathan Heath, el del presidente Peña será el primer sexenio desde 1980 en el que no hubo recesión, sin embargo terminará como el segundo peor en términos del crecimiento promedio anual, esto, debido a la baja en la producción petrolera, el estancamiento del valor agregado del gasto público y el bajo crecimiento de la inversión privada. "Esto último a pesar de las famosas reformas estructurales que se aprobaron a principios del sexenio", refirió en un comentario.
"No hay espacio para divisiones ni aprendizajes. México no puede llegar dividido a enfrentar desafíos tan diversos: la renegociación del TLCAN, el cambio de gobierno, la desaceleración de la economía, el aumento de la inseguridad y el combate a la corrupción", alertó el IDIC.