En la Plaza de la Unidad y la Esperanza, la estatua de un candidato es vestigio de lo que pudo ser, pero que las balas desvanecieron en un instante. Lomas Taurinas, Tijuana, fue la última localidad que pisara Luis Donaldo Colosio Murrieta, entonces candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Con su asesinato, Tijuana carga un estigma para ese y cualquier proceso electoral, una marca imborrable a solo unas calles del sitio donde este domingo, 24 años más tarde, cinco nuevos aspirantes debatirán en busca de la Presidencia, justo en las instalaciones de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC).
Aquel 23 de marzo de 1994, murió Colosio luego de recibir un balazo en la cabeza. Con la llegada de los candidatos a la presidencia de México, para el segundo debate, aquel día vuelve a la mente de Othón Cortez Vázquez, originario de Salina Cruz, Oaxaca y quien fue culpado de ser el segundo tirador que atentó contra la vida del candidato priista.
“Los candidatos deben ser protegidos, sería lamentable que algo así ocurriera de nuevo” dice Othón, al tiempo que observa la estatua de “El Jefe” como él le llama. Si alguien sabe la importancia de la vigilancia y la seguridad para los candidatos es precisamente Othón Cortez, quien sufrió recientemente un pre-infarto, ya perdió la audición del lado izquierdo y vive con diabetes. Él relata que todo era alegría con la presencia del licenciado Colosio Murrieta, y asegura que él iba a ser el presidente de la república y veía “un México con hambre y sed de justicia”.
La colonia no ha cambiado mucho, solo las fachadas han sido remozadas, y las calles ya pavimentadas la mayoría, se niegan a olvidar aquel día y el apellido Colosio aún se puede leer en color negro en una pared de tabique de la calzada La Punta en la esquina con Avenida Torrecillas. Había otra que aún se conservaba en lo alto de la rampa que conduce al centro de la colonia en la que residen cientos de familias trabajadoras, pero hace más de un año fue cubierta pintura.
Solo unas cuantas señales quedan en el camino que recorrió el candidato. La plaza fue edificada en su honor pero lo sucedido ese 23 de marzo cada vez parece más lejano para quienes habitan ahí. Pocos hablan, perece que es mejor para ellos dejar los hechos en el pasado. Hay dos formas de llegar a Lomas Taurinas desde la UABC, por la avenida de Las Brisas a unas cuantas calles de la universidad; y por la Avenida Castillo de Chapultepec, ésta última más empinada y de difícil acceso.