Fue una comida informal, de cierre de legislatura, de seis años de convivir. Fue una comida de reconocimientos, de agradecimientos, en la que estuvo el presidente Enrique Peña Nieto, a quien se le vio de buen talante, quien departió con los senadores de su partido, se tomó fotos, comentaron las incidencias del trabajo legislativo.
El lugar: la casa del coordinador de la bancada del PRI en el Senado de la Republica, Emilio Gamboa Patrón, en Bosques de las Lomas.
Entre los senadores en activo y con licencia, permeó el tema electoral. El coordinador habló de la necesidad de trabajar y apoyar a José Antonio Meade. Pidió hacer el mejor esfuerzo.
En las mesas, también fue tema de conversación la campaña del ex titular de Hacienda. Se busca sumarse a las tareas del candidato Meade Kuribreña y de todos los aspirantes del tricolor y ponerle todo el ánimo, en sus respectivas entidades.
Hubo exclamaciones de ¡Vamos a ganar! ¡Vamos a echarle ganas! ¡Vamos para adelante!
Nadie habló de perder. Prevaleció el optimismo.
La comida estilo yucateco con la calidez del coordinador Emilio Gamboa, quien abrió las puertas de su casa para convivir con sus senadores y con el Jefe del Ejecutivo, quien agradeció todo el apoyo que la bancada del PRI le brindó en el curso de estos casi 6 años, sobre todo por las grandes reformas constitucionales, donde se hizo un trabajo intenso, fuerte.
Salvo que haya un período extraordinario para sacar la reforma que elimina el fuero a servidores públicos incluyendo al Jefe del Ejecutivo, terminó el período. Fue el ánimo que permeó.
El ambiente tan agradable que se prolongó hasta la medianoche. Solo el presidente Peña estuvo más de 5 horas: Llegó a las 16 horas y se fue después de las 21, en un ambiente en que lo arroparon. Incluso cuando se despidió le gritaron: ¡Presidente! ¡Presidente! Algo así como una despedida, por los 6 años que caminaron juntos.
Acompañaron al Presidente, el consejero jurídico, Misha Leonel Granados y el Jefe de la Oficina de la Presidencia de la República, Francisco Guzmán Ortiz.