¿Fue Lázaro Cárdenas el primer destapado del PRI?

La virtual candidatura de José Antonio Meade revivió una de las tradiciones más arraigadas del tricolor

Por Nidia Marín

  · domingo 3 de diciembre de 2017

FOTO: ULISES BRAVO

¿El primer tapado fue Lázaro Cárdenas del Río? Hay presunciones, pero no certezas. De ser así, la tradición tricolor, iniciada en el Partido Nacional Revolucionario (PNR) y posteriormente priista a partir de Manuel Ávila Camacho, sumaría 72 años, al restar 12 de mandatos panistas. El rito está en marcha porque “el gran elector” ya descorrió el velo y el primer encubierto del siglo XXI -¡sorpresa! pionero en no ser militante- José Antonio Meade Kuribreña se registrará en el PRI este domingo. Solo han faltado… las matracas.

Mas los giros de este instrumento musical de percusión, elaborado de madera de pino, tradicional en manos de ferrocarrileros, billeteros y base obrera, puede todavía poner la alegría. ¿O no? Ya no está la enjundiosa líder de los vendedores de cachitos de la lotería Sara Ornelas y su bufalada.

EL PRIMERO

Con Lázaro Cárdenas del Río no sería así, en caso de haber sido el precursor de los tapados, lo cual se le atribuye porque en pleno Maximato, Plutarco Elías Calles dijo en julio de 1933:

“Yo que conozco a este revolucionario puedo asegurar que los destinos de la Revolución (se) plasmarán con él en realidades efectivas y benéficas para las masas revolucionarias”.

Lázaro Cárdenas es considerado el primer tapado / Foto: Cortesía

 

Días después, el general Cárdenas señalaría, de acuerdo a Elvia Montes de Oca Navas:

“Consecuentemente, declaro sin subterfugios que asumiré toda la responsabilidad oficial del gobierno si llego a presidirlo, aunque para determinar esa responsabilidad tuviere que solicitar la cooperación de la experiencia de los viejos y acreditados jefes de la Revolución; pues no considero moral, ni justo eliminar ese factor de encauzamiento de las actividades sociales, tan solo en atención a falsos pudores de independencia y a la crítica acerba que la torpeza y la necedad invocan como argumentos incontrastables cuando censuran nuestra disciplina de partido y nuestro espíritu de cuerpo, siendo que en el fondo de esa crítica no hay más que el deseo de dividir a los hombres de la Revolución, para debilitar al gobierno proveniente de ella y especular con nuestras disensiones”.

Tras el triunfo de el Tata, ya se sabe, le cantaron “desterrado me fui para el muey / desterrado por el gobierno / y al año volví…”  No fue precisamente un año, sino una década en California, Estados Unidos.

La pregunta es ¿por qué no fue alguno de sus amigos del círculo íntimo, como Francisco J. Múgica, Ignacio García Téllez o Heriberto Jara? Porque fue pragmático, como en estos tiempos Peña Nieto. Aseguran que ahí también nace el dedazo.

“Sin duda, el presidente Cárdenas valoró mucho las formas pragmáticas de Ávila Camacho para reducir al mínimo los riesgos de posibles desestabilizaciones alentadas por miembros del Ejército, como cuando se dio el levantamiento del general Saturnino Cedillo, precisa en El círculo de poder del presidente Cárdenas, Verónica Oikión Solano.

Tal vez de ahí aquella frase de el Tata: “Hemos recomendado a mis partidarios que combatan a la oposición con ideas, no a pedradas”. Después del triunfo de Ávila Camacho sobre Juan Andrew Almazán, el general Lázaro Cárdenas sería miembro del gabinete en la cartera de la Defensa Nacional de 1942 a 1945.

OTROS DESTAPES

Aquellos tiempos de la posrevolución fueron azarosos y hubo pocos festejos para los tapados. Con los años llegaría cierta paz y… el festejo. Así el 4 de noviembre de 1957 fue designado candidato del PRI Adolfo López Mateos.

Adolfo López Mateos, expresidente de México / Foto: Cortesía

 

En La huella del coyote, publicación de la Universidad Xochicalco se lee:

“Los transportados, como diría López Portillo –que no eran otra cosa que acarreaos– apoyaron la designación presidencial en la figura del que, hasta entonces, había sido el secretario del Trabajo. Así llegaron en aproximadamente  mil 500 camiones hasta el estadio de futbol de la Ciudad de los Deportes, frente a la Colonia del Valle, en el Distrito Federal. Los rótulos pintados en las distintas mantas anunciaban: “Ruiz Cortines y López Mateos, realizadores de la Revolución Mexicana” (¿?); “Adolfo López Mateos es garantía de unidad y trabajo”; “El respeto a la Constitución y a la Ley Federal del Trabajo, con Adolfo López Mateos”, etc.

“Un conjunto de más de cincuenta charros en traje de gala formaron valla, desde la entrada a la cancha del estadio hasta el pie del estrado principal. Al final, estaban quince ayudantes. Marcaban los relojes las nueve y media horas, cuando el licenciado López Mateos apareció en la cancha. Entonces, como si hubiera estado contenida, se precipitó una ovación estruendosa, vivas, porras, aplausos, gritos y música mezclados–, dieron la bienvenida al distinguido ciudadano, quien sonriente, con la mano en alto saludaba, agradecía a sus partidarios tan caluroso recibimiento, al tiempo que avanzaba hacia el estrado principal…”.

CON LOS CAMPESINOS

En el caso del destape de Luís Echeverría Álvarez, fueron los campesinos, liderados por Augusto Gómez Villanueva, los que tomaron la batuta, en un acto en el monumento a Emiliano Zapata de la capital del país, en la fecha en que se conmemoraba además la Constitución de Apatzingán (el 22 de octubre) los integrantes de la Confederación Nacional Campesina destaparían al que sería el candidato priista. Y sí, hubo fiesta con mariachis y tamboras, mientras se escuchaba ya el lema del sexenio “Arriba y Adelante”. Sin embargo, Gustavo Díaz Ordaz ya lo había anticipado a los líderes priistas con la frase “después de una auscultación muy completa” la decisión era LEA.

Luis Echeverría, expresidente de México / Foto: Cortesía

 

Con el destape de López Portillo ocurriría algo similar. Enfundados en chamarras y playeras inscritas con el nombre de quien sería el candidato a la Presidencia de la República del Partido Revolucionario Institucional, cientos de integrantes del denominado sector obrero organizado cruzaron por el Monumento a la Revolución rumbo a la sede del tricolor. Los miembros de los sindicatos de la Lotería y de músicos iban por delante. Fidel Velázquez había cumplido con su compromiso, de la misma manera que los demás líderes de los sectores.

Y el festejo con marimbas y mariachis se llevó a cabo en la explanada en pleno septiembre. Y casi dos meses y medio después se pronunciaron a favor de López Portillo, el Partido Popular Socialista y el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana.

CAMBIO DE RUMBO 

Sobre Miguel de la Madrid en Cambio de Rumbo escriben:

“El viernes 25 de septiembre de 1981, a las diez de la mañana, los sectores, campesino, obrero y popular del PRI distribuyeron a los medios de comunicación un boletín en el que se informaba que esa misma mañana habían manifestado al presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido, Javier García Paniagua, su decisión de apoyar al entonces secretario de Programación y Presupuesto, Miguel de la Madrid Hurtado, para que fuera el candidato del PRI a la Presidencia de la República. Según información de la prensa, ese día se habían reunido a las ocho de la mañana, en la residencia presidencial de Los Pinos, los dirigentes del sector campesino, Víctor Cervera Pacheco, del sector obrero, Fidel Velázquez Sánchez, y del sector popular, Humberto Lugo Gil, así como el presidente del CEN y titular de la Secretaría de Programación y Presupuesto (SPP) y en presencia del presidente José López Portillo los líderes sectoriales se habían pronunciado en el sentido ya mencionado…”

En otro párrafo señala:

“Con esta designación terminó un periodo de inquietudes y especulaciones sobre quién sería el candidato del PRI, iniciado aproximadamente un año antes”.

Hoy también.

TEMAS