¿Los halcones? Animales muy peligrosos: las frases que deja Luis Echeverría

"Animales muy peligrosos... Jajaja... Animales muy peligrosos...", frase con la que Echeverría dio carpetazo a los sucesos del 10 de junio de 1971

Miguel Reyes Razo

  · sábado 9 de julio de 2022

Foto: Cuartoscuro

-Señor Presidente —asediaban los reporteros— ­­, ­¿qué puede decirnos de "los halcones"?

—Animales muy peligrosos... Jajaja... Animales muy peligrosos... —les devolvía el presidente Luis Echeverría sin detenerse. Carpetazo a los sucesos del 10 de junio de 1971.

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—Señor Presidente —lo detuvo este reportero en la escalerilla del avión que lo llevaría a Italia a reunirse con el Club de Roma—, ¿cuál es la verdadera importancia de la Carta de los Deberes y Derechos Económicos de los Estados?

—¡O la Carta... o la guerra... —respondió al noticiario 24 Horas y entró al aparato que despegó del aeropuerto Manuel Crescencio Rejón de Mérida, Yucatán.

—¡Jóvenes del coro fácil! —reprochó a universitarios que repudiaron su visita a la Facultad de Medicina de la UNAM—, así se manifestaban los fascistas—. Y huyó, apedreado, de Ciudad Universitaria, perseguido por el estribillo: ¡Soberón y Echeverría son la misma porquería!

—La juventud mexicana no debe buscar héroes extranjeros. La Historia de México es rica en forjadores de la Patria. Aquí no tienen lugar las ideas exóticas...Nada de Ché Guevara­—.

—Quiero que esto que digo —demandaba ante auditorios juveniles— se escuche muy bien en Washington­—. Y el delirio. Colaboradores que ejecutaban una suerte de tabla gimnástica y se despegaban de su asiento sin dejar de aplaudir, sonreír, aprobar, vitorear. Y el presidente Echeverría, certero su cálculo, equilibraba: "Y también en Moscú...Y también en Pekín...

—La tarde del 2 de octubre de 1968 recibí en mi despacho de la Secretaría de Gobernación al pintor José David Alfaro Siqueiros. Iba con su esposa, la señora Angélica Arenal. Más tarde supe que ocurría una balacera en la Unidad Tlatelolco. Que el General Toledo estaba herido. Nada más—.

—Con la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos —produjo las ocho columnas del 6 de febrero de 1967— nuestro país irá ¡Arriba y Adelante!

—¡Zapata no ha muerto! ¡Qué va! ¡Emiliano tiene las botas puestas! —exclamó ante cientos de campesinos que le llevó Augusto Gómez Villanueva con la buena nueva de que ya era el candidato del PRI a la Presidencia de la República en octubre de 1969.

—Vamos a crear el Instituto Mexicano de Comercio Exterior. El IMCE. Julio Faesler lo dirigirá. Ya instruí al secretario Emilio O. Rabasa: ‘Aleccione a nuestros embajadores para que carguen con un bloc de pedidos. Es la hora de vender productos mexicanos’.

LUIS ECHEVERRÍA Álvarez fue presidente de México de 1970-1976.

—Juan José Bremer será mi secretario privado. Es un joven estudioso y eficaz. Ignacio Ovalle Fernández estará en la secretaría particular, es un joven brillante y discreto. Fausto Zapata, informador muy joven y familiarizado con los problemas de los campesinos será subsecretario de la Presidencia. Otro joven, Francisco Javier Alejo, será colaborador muy cercano, lo mismo que el joven economista Mauro Jiménez Lazcano, quien será el jefe de Prensa, Mario Moya Palencia estará en la Secretaría de Gobernación. Carlos Armando Biebrich, joven político sonorense irá a la Subsecretaría de Gobernación. Cerebro de discursos y estrategias mayúsculas, el licenciado Porfirio Muñoz Ledo. Sexenio de los "de menos de cuarenta años"—. Surgieron a la vida política nacional Beatriz Paredes, Fernando Ortiz Arana, Heladio Ramírez, Eugenio Anguiano.

El hombre de la guayabera. Individuo sano, de envidiable condición física. Frenesí, sello de su actividad. ¿Cuántas horas dormirá? ¿Qué dieta observa? Organiza junta tras junta. Manda llamar a sus secretarios con carácter de urgente... Y luego los hace esperar horas y horas. Sobre la marcha crea fideicomisos. Modifica el itinerario de las giras. Mete a la gente en apuros. Tienen que comprar ropa a toda prisa. Lo que encuentren. Ordena la construcción de institutos tecnológicos. Con Don Víctor Bravo Ahuja, Roger Díaz de Cosío y Héctor Mayagoitia Dominguez fundó la Universidad Autónoma Metropolitana. La UAM. Y nombró rector a Don Pedro Ramírez Vázquez.

Leopoldo García Elhers, director de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura del Politécnico Nacional acariciaba —con muchos méritos— el anhelo de ser director General del instituto. Echeverría prefirió a Gerstl Valenzuela, destacado empleado de Teléfonos de México. Gerstl se veía gris al lado del poderoso rector de la UNAM Guillermo Soberón.

—Vamos a Argentina. Súbanse al avión los intelectuales —decidía Echeverría y a Soberón le entusiasmaba la visita—. Estableceremos intercambios. Planearemos ciencia. Complementarnos. Gerstl sufría. "Apenas anoche me avisaron que voy a la gira. No sé ni a qué".

¿Qué hará para leer a lo largo de cinco, seis horas, su Informe de Gobierno? ¿Es que acaso no va al baño? —se interrogó el pueblo el 1 de septiembre de 1971—.

—Yo le recomiendo al presidente Echeverría que además de frutas y jugos —a los que es muy afecto— coma puñados de almendras. Son magníficas para estimular las funciones cerebrales. Ayudan a la memoria —decía el geólogo y notable nadador Tonatiuh Gutiérrez, responsable de fomentar y vender muebles y artesanías mexicanas.

—¿Qué cómo vi? —repreguntó el presidente Salvador Allende la recepción que le dieron los mexicanos y respondió a los reporteros que lo rodeaban en la residencia en las Lomas de Chapultepec de su embajador: "¡Cómo la viví!" Y días después fue a Guadalajara. El diputado jalisciense líder de la Federación de Estudiantes de Guadalajara, Gómez Reyes, de sobrenombre El Alemán, organizó la reunión con estudiantes en la Escuela Normal, en la Avenida Alcalde. Y por la noche, en los jardines del hotel Camino Real, Salvador Allende se reunió con Echeverría y su suegro Don José Guadalupe Zuno y muchos estudiantes durante horas. Echeverría encomendó después al ingeniero Gonzalo Martínez Corbalá, su embajador en Chile, protegiese a la familia del violentamente depuesto presidente Salvador Allende. Doña Hortensia Bussi, su viuda, vivió aquí cómodamente atendida por la familia Echeverría-Zuno.

Años de los movimientos: De los No-Alineados. Los 77. Países del Tercer Mundo. Convulsiones en Medio Oriente, África y América Latina. Echeverría y su crítica a la engarrotada ONU. "Urge corregirla. Es necesario revitalizarla", preconizaba.

-Sionismo es racismo" —fue el voto de México en Naciones Unidas. Condenó a Israel. Ira del gobierno judío. Represalia muy costosa. Desprecio por el canciller Rabasa que viajó a Tel Aviv y Jerusalén a solicitar "perdón y olvido" y regresó con las manos vacías y perdió el cargo.

—El presidente Echeverría es, tal como lo dicta nuestra Constitución, el responsable de nuestra política exterior y yo lo suscribo —dijo, e inmediatamente renunció.

Condenó la muerte "a garrote vil" que Francisco Franco ordenó se diera a nacionalistas. Se endurecieron entonces las tenues relaciones entre México y España.

En su domicilio de la calle Magnolia, en San Jerónimo se halla el Museo del Sexenio. Parte del Centro de Estudios del Tercer Mundo. Documentos, fotografías, medallas, condecoraciones, dan cuenta del intenso quehacer que desarrolló Don Luis Echeverría Álvarez, quien fue acusado de genocidio y condenado a vivir varios años sin ver la acera de la calle. Ahí se le recluyó.

El neumólogo Horacio Rubio Monteverde, exdirector del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, cuidó muchos años la salud del expresidente de México, Luis Echeverría, quien hace unos años concedió larga entrevista al distinguido periodista Salvador del Río. Conversación desde San Jerónimo es el título de la obra que merece ser leída y consultada.

Don Luis Echeverría Álvarez murió ayer. Cumplió 100 años en enero pasado.

Como que ya se fue/ Cómo que no está aquí/ Vamos a hacer las cuentas/ Venga pa’ aca, Don Luis Estribillo de la obra Adiós guayabera mía, que con Chucho Salinas y Héctor Lechuga ocupó muy buen rato el escenario del Teatro Insurgentes.