A unas semanas de que deje el cargo, Marco Antonio Baños admite que su paso por el Instituto Nacional Electoral ha sido polémico. Desde los señalamientos por ser el consejero del PRI-PVEM, hasta un intento de juicio político en su contra marcan su gestión en el organismo electoral.
“Creo que he sido el consejero más polémico que ha tenido el Instituto Nacional Electoral”, dice Marco Antonio Baños Martínez, en una plática con El Sol de México.
Con gran picardía en su rostro, Baños recuerda que durante su camino por el órgano electoral que data de 2014, lo han criticado por todo, pues durante su andar estuvo expuesto a una diversidad de rumores. Por ejemplo, se le acusó de encabezar un bloque de consejeros afines al PRI-PVEM, ya que ambas fuerzas políticas le dieron el visto bueno al proponerlo para que ocupara un lugar en el Consejo General.
“Me lo dijeron muchas ocasiones, pero nunca me demostraron nada. Estoy muy agradecido con los grupos parlamentarios que me designaron como consejero, pero en esas votaciones fue el Partido Revolucionario Institucional y los grupos parlamentarios del PRI quienes me propusieron, pero también es un hecho que obtuve la votación de las demás fuerzas políticas”, recuerda.
En entrevista con El Sol de México, al ser cuestionado sobre malas experiencias dentro del Instituto, el consejero detalla que tuvo deliberaciones intensas con los partidos políticos, sin embargo, dice no tener un mal sabor de boca de esos momentos. Muestra su tranquilidad y cuenta a este diario que en su trayectoria por el órgano electoral le anunciaron que probablemente le iniciarían un juicio político que no trascendió a mayores.
“Se planteó en la Cámara de Diputados esa posibilidad, me acusaron de una cosa muy extraña que aquí ejercía poderes más allá de los que me tocaban. Me generó una reflexión de maduración en los temas de mi conducción como consejero electoral”, explica.
Pambolero de corazón y fanático del América y del Pachuca, Marco Baños no descarta la posibilidad de ocupar un cargo el gobierno, ya que la ley lo impide al menos por tres años. Bajo este contexto, el hidalguense externa: “recordará que los consejeros electorales tenemos prohibición para estar en el Gobierno por tres años y tampoco podemos ser candidatos a cargos de elección popular del ámbito federal en tres, así que esas dos posibilidades están cerradas por el momento”.
Ante esa imposibilidad, afirma mantenerse en la política opinando en los temas electorales que dice él, “son su fuerte”, pero también en otras áreas que le gustan, como son el acceso a la información pública y en general sobre las políticas públicas y el desarrollo de la vida pública de nuestro país.
¿Entonces pretende ser funcionario?
-Más bien estoy pensando no salirme de la política, ese básicamente es mi propósito y mi objetivo. No sé exactamente qué espacios se vayan a generar. La vida es un poquito caprichosa, uno hace planes y luego nos llevan por otras rutas. Lo que le puedo decir es que por el momento estaré vigente tratando de aportar algunas reflexiones, algunas ideas en los temas electorales, que insisto, son los de mi especialidad.
Bajo esa lógica, el consejero dice que la vida de un funcionario electoral es muy absorbente, por lo que no ha logrado terminar con algunas cosas pendientes.
“Una meta personal es concluir mi doctorado, estoy en la etapa de la tesis. Hay algunas ocupaciones a las cuales hay que dedicarles mucho tiempo y por supuesto también al ámbito personal habrá que dedicarle”, relata y confirma también que en esta nueva aventura fuera del INE, estará vigente en la Universidad Panamericana, además de que se encuentra cerrando algunas otras posibilidades de trabajo.
Desde su oficina al sur de la ciudad dentro de las instalaciones del Instituto, rodeado libros, libretas, cochecitos, cuatro balones de futbol, reconocimientos a su trayectoria, cuadros de sus equipos favoritos colgados en las paredes blancas, papeles desordenados encima de su escritorio y hasta un aparato para hacer ejercicio, el presidente de la Comisión del Registro Federal de Electores afirma que el Instituto es su segunda casa. “Fue un espacio de crecimiento en el que tuve oportunidad de desarrollarme, de aportar para la formación de una nueva institución que es clave, que es vital para el Estado mexicano y me siento profundamente orgulloso y satisfecho con las cosas que he podido hacer e impulsar aquí”.
Vestido con una camisa azul claro que combina con el color de sus ojos, Marco Baños relata a este diario que lo que más va a extrañar del Instituto es a la gente, “quiero mucho a la gente del Instituto, a todo el personal. Creo que tengo la fortuna de conocer a muchísimos de ellos, una estructura grande, somos alrededor de 17 mil 500 personas en todo el país y creo que en uno u otro momento he podido saludar a todos. Los voy a extrañar siempre con mucho afecto”.
LO POLÍTICO
¿Con la salida de los cuatro consejeros, el INE queda descobijado, qué peligro corre?
-El INE nunca se va a quedar descobijado. Hay una enorme discusión con la designación, siempre dicen lo impulsó el PRI, lo impulsó el PAN, ahora dicen lo va a impulsar Morena”, pero es parte del procedimiento que está en la ley, el hecho de que los consejeros sean designados por los grupos parlamentarios de la Cámara de Diputados, no quiere decir que los consejeros vayan a hacer lo que los partidos digan.
“Quienes vengan tienen que actuar de esa manera. Ya en la liberación de la Cámara ojalá no vengan, como dicen por ahí dados cargados, que no vengan personas que no tengan esta ética pública que se requiere para integrar al INE. Estoy seguro que la Cámara tiene presente esta situación”
¿Hay riesgo de que la 4T le dé la vuelta al Instituto?, ya lo hizo con las consultas populares ahora intenta hacerlo con los datos biométricos de los ciudadanos.
-Hasta el momento no ha podido, nosotros hemos estado claros en la defensa de los temas del INE, particularmente con las consultas populares nunca nos hemos prestado a un ejercicio de estos que se hicieron en la época del presidente electo ni las que se han hecho después. En el caso de los biométricos, hemos dado una batalla cada vez que el Gobierno Federal con independencia de los colores ha querido que le entreguemos el padrón. Ahora con el Régimen del Obrador, hemos establecido con claridad que no entregaremos los datos biométricos, así que, si bien van a llegar cuatro colegas nuevos, es un hecho que los que se quedan tienen claramente la convicción de que esta información debe ser administrada por el INE y que incluso estamos en las condiciones informáticas, con la experiencia suficientes para poder mirar hacia adelante.
¿Cuál sería el panorama en caso de que Segob los salte e hiciera otra plataforma de datos?
-Necesita como 20 años para hacerlo entonces ahí está el reto. Si ellos tienen esa posibilidad que lo hagan. El INE no ha cerrado las puertas de una negociación, el INE tiene las puertas abiertas para una negociación que favorezca a los ciudadanos no que favorezca al gobierno. De lo que se trata es que potencialicemos el uso del padrón.
El INE no les va a entregar los datos biométricos y creo que sería absurdo que el Gobierno persistiera en esa obcecación de pedirle al INE esa información. Creo que no es saludable para el país que se le entregue.
Al final, ¿AMLO era o no un peligro para México?
-En lo personal no creí eso de un candidato, creo que al final de cuentas el presidente López Obrador demostró ser un político persistente, con claridad de miras de lo que él quería en su disputa por la presidencia.
“Al final él tuvo una votación impresionante. Estoy absolutamente convencido que los votos que dio a conocer el INE en 2018 son los votos que él recibió en las urnas como también estoy convencido de que los votos que recibió en 2006 fueron los que el IFE dio a conocer. No creo yo en esa historia del fraude de 2006, creo esencialmente que el IFE demostró y el Tribunal que logró el presidente fue la que se le asignó y que la votación del 2018”.