Desde hace dos años, la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF) imparte talleres a alumnos de secundarias técnicas de la Ciudad de México, denominados Para la paz y Por una nueva sociedad. Asimismo, talleres destinados a padres de familia de 142 escuelas públicas y privadas de seis entidades de la República mexicana.

El presidente de la Unión, Leonardo García Camarena, dio a conocer que está recogiendo firmas para ganar un lugar en la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg), e influir en el contenido de estos materiales.

“En la Ciudad de México llevamos dos años trabajando con secundarias técnicas federales. En otras latitudes empiezan a afiliarse a la UNPF las escuelas públicas y privadas, así como padres de familia en la plataforma digital Unidos por Valores”, dijo en entrevista con El Sol de México.

Según el programa del taller dirigido a padres Eligiendo y diseñando el país de nuestros hijos, que se imparte en 142 primarias y secundarias, es urgente erradicar confusiones.

“A un aborto le decimos interrupción legal del embarazo. Es tan absurdo como decir que un asalto es la interrupción involuntaria del flujo de efectivo ajeno, o que un secuestro en la interrupción involuntaria de la libertad de alguien”, establecen sus líneas de acción.

Organizaciones de la sociedad civil afirman que la incursión de estos grupos conservadores rompe la laicidad de la educación y se corre el riesgo de incrementar los casos de embarazos en adolescentes.

PRESIÓN EN CONTENIDOS

La UNPF, con un siglo de existencia y opuesta desde la guerra cristera a la educación sexual impartida por el Estado, recolecta firmas para cambiar los libros de texto “arrancamos el 23 de junio, queremos llegar a 100 mil. Cada vez que un papá firma le llega un correo al secretario de Educación y otra al director general de la Conaliteg. Queremos que nos cedan un lugar en la Conaliteg para opinar sobre los contenidos, porque también tenemos expertos en sexualidad, pero que comparten una visión ideológica diferente a los que decidieron”, dijo García Camarena.

Ante ello, la Secretaría de Educación Pública respondió a la Unión que es de su atribución exclusiva elaborar, mantener actualizados y editar los libros de texto gratuitos y demás materiales educativos en los tres niveles de educación básica.

Para la materia de biología hay 17 títulos y “serán los maestros los que finalmente escogerán cuál de éstos utilizarán sus alumnos”.

Dichos textos fueron elaborados “por maestros, pedagogos, académicos y especialistas”, respondiendo al mandato de los

artículos 1o y 3o constitucionales y sus correspondientes en la Ley General de Educación, que atiende las obligaciones legales y los compromisos suscritos por México para garantizar el respeto a los derechos de las niñas, niños y adolescentes.

Sin embargo, García Camarena dijo que “cuando revisamos esos criterios para la elaboración de libros de texto, no aparecen los de la OCDE y ésta se zafa diciendo que son otros organismos y cuando tocamos la puerta de la ONU nos encontramos, por ejemplo, que no existe el derecho sexual como tal”.

Otro objetivo de la UNPF es “proponer textos propios en donde la reforma educativa dice que el 20% es la currícula autónoma libre, que es un derecho que desde hace cuatro años tienen municipios, estados, regiones enteras, pero por temor al sindicato o a la mano negra detrás de la SEP, que no quieren que sea otra ideología diferente a la que ellos imponen, no podemos opinar”.

VIOLACIÓN A EDUCACIÓN LAICA

María Consuelo Mejía Piñeiro, directora de Católicas por el Derecho a Decidir, aseveró que la introducción de estos contenidos a las escuelas es una clara violación al artículo 3 constitucional, el cual establece que la educación tiene que ser laica.

“Tienen que haber un control más eficaz sobre quiénes son los que dan sexualidad, o de cualquier otra materia en sus escuelas públicas, pues si este país de algo se vanagloria es de tener un artículo constitucional de que su educación es laica y gratuita”.

Añadió que, en el caso concreto de México, el problema es mayor, ya que actualmente pasamos por una crisis en el embarazo adolescente que tiene que ser atendida con información de salud sexual y no con talleres de ideología conservadorareligiosa.

En el mismo sentido opinó Juan Martín Pérez García, director ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), quien comentó que este tipo de educación viola el derecho a tener acceso a salud de los menores de edad.

“Estas nociones de grupos conservadores, lo que hacen es que incrementan el número de casos donde se ven afectadas niñas, pues estas miradas que tienen no son sólo conservadores, sino antiderechos humanos y claramente machistas, y parte de lo que queremos cambiar en esta sociedad es que ya no podemos seguir con el machismo”, comentó.

Tanto Mejía Piñeiro como Pérez García coincidieron en que las autoridades educativas tienen que revisar la pertinencia de estos talleres para en velar por los derechos de los y las estudiantes de educación básica.

Nadia Cortés, de área de formación del Instituto de Liderazgo Simone de Beavouir (ILSB), señaló que la titular de la Dirección General de Desarrollo Curricular de la SEP, Elisa Bonilla, en una declaración pública en 2016, dijo que en un artículo de 2016, Elisa Bonilla, directora de Desarrollo Curricular de la SEP, en la actualidad, habló “que los libros de texto son claramente heterosexuales, que la educación que se propicia es heterosexual, para mí la pregunta es ¿cómo la heterosexualidad nunca se ha cuestionado como una imposición? que implica violencia implícita a comunidades diferentes. Se está negando a los niños y jóvenes la posibilidad de ser críticos y de disentir, asimismo negar a vivir su realidad desde la diferencia. La no aceptación de cuerpos y expresiones diferentes genera climas de odios y a la aniquilación de esas personas, hasta llegar a los crímenes de odio. No es cuestión de enfrentamiento en ideologías, ni en contra de una libertad religiosa, es negar derechos ganados”.

Este diario pidió una entrevista con la directora de Desarrollo Curricular para conocer su postura sobre el tema y la evaluación y autorización de talleres en las escuelas de educación básica, sin embargo, no obtuvimos respuesta.

Regulación educativa recae en Elsa Ramírez

La Dirección General de Desarrollo Curricular está a cargo de Elsa Ramírez Rius, quien tiene una maestría en Educación por la Universidad de Cambridge.

Dentro de su carrera profesional, ha sido profesora de educación básica e investigadora en educación del CINVESTAV-IPN.

Dentro de la SEP, se desempeñó en su carrera como Directora General de Materiales y Métodos Educativos, desde donde participó en diversas reformas curriculares, tales como la de 1993, donde se modificaron los contenidos y las temáticas en general para primaria y secundaria; en 1997 estuvo involucrada en la reforma a la educación normal y en 2006 también fue parte de la la reforma en educación secundaria.

En 2006 formó parte de los responsables del programa de renovación de libros de texto gratuitos para educación primaria en el aspecto de contenidos, a la par de coordinar el Programa Nacional de Lectura que se realizó durante el sexenio de Vicente Fox.

A partir de 2007, Elsa Ramírez se aparta de la SEP para asumir la dirección de la Fundación SM, organización con presencia en nueve países hispanohablantes, dedicada al fomento de la cultura y lectura a través de programas y proyectos que generaran nuevas técnicas de enseñanza entre diversas comunidades, desde las que no tienen acceso a bienes y servicios básicos como las más desarrolladas.

Permaneció en esta fundación hasta 2016, cuando regresa a la Secretaría de Educación Pública como Directora General de Desarrollo Curricular, esto en un contexto histórico de plena implementación de la reforma educativa en las más de 250 mil escuelas de educación básica durante el presente sexenio.

Desde ese puesto fue partícipe del diseño del Nuevo Modelo Educativo, el cual plantea diferentes puntos educativos en cuanto a planes de estudios, programas, entre otras cosas, como la libertad para que cada escuela pueda tener libertad de elegir 20% de su currícula a partir de un consenso integral con los padres de familia y los profesores de las escuelas.