En medio del debate nacional sobre las tareas que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha otorgado al Ejército mexicano en los últimos tres años y medio, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) rendirá homenaje a los extitulares de la institución castrense.
De acuerdo con un contrato de adjudicación directa con el folio AA-007000999-E49-2022, la dependencia que preside el general Luis Cresencio Sandoval pagó por un servicio para la instalación de una “galería interactiva de los exsecretarios de la Defensa Nacional en el interior del edificio de la S.D.N.”.
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Touch Labs México, S.A. de C.V. fue la empresa beneficiada con el contrato que tiene un monto de 538 mil 561.16 pesos. El convenio fue firmado el pasado 15 de marzo y tuvo una vigencia del 1 al 25 de marzo, según datos públicos que aparecen en la Plataforma Nacional de Transparencia.
Desde el inicio del actual sexenio, el primer mandatario determinó mantener a las Fuerzas Armadas en labores de seguridad pública, incluso con la creación de la Guardia Nacional. Además, el jefe del Ejecutivo federal cedió a los militares la construcción y administración del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), la construcción del Tren Maya y el combate al robo de combustible.
López Obrador también ha delegado a la Sedena obras de infraestructura regionales como la rehabilitación y administración de los aeropuertos de Tulum, Quintana Roo, y el de Palenque, Chiapas, así como la construcción del Vivero Forestal Tapachula, entre otros.
El Sol de México buscó la versión de la Sedena para conocer si la galería era permanente o temporal y si estaba abierta al público o sólo era para efectivos militares. La respuesta fue que esos datos sólo se podían dar a conocer a través de una solicitud de información.
CASOS POLÉMICOS
El homenaje del Ejército a los extitulares de la Sedena se da también en medio de diversos estudios históricos que acreditan la participación directa de la milicia, por medio de órdenes de los altos mandos castrenses, en eventos trágicos como la matanza en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, el 2 de octubre de 1968.
Al mando del general Marcelino García Barragán, secretario de la Defensa en el sexenio del presidente Gustavo Díaz Ordaz, el Ejército también tuvo una participación directa en la represión del movimiento estudiantil del 68, como la toma de Ciudad Universitaria.
Antes, el 23 de mayo de 1962, en el sexenio de Adolfo López Mateos, y con el general José Agustín Olachea como secretario de la Defensa, militares secuestraron y asesinaron al último líder zapatista de Morelos, Rubén Jaramillo, así como a su esposa y a dos de sus hijos.
En ese mismo sexenio, como herencia del gobierno de Adolfo Ruiz Cortines, quien nombró como secretario de la Defensa al general Matías Ramos Santos, la institución armada encabezó la represión a los ferrocarrileros entre 1958 y 1959.
Ya en las décadas de los setenta y ochenta, durante los sexenios de Luis Echeverría y José López Portillo, quienes designaron a los generales Hermenegildo Cuenca Díaz y Félix Galván López como sus secretarios de la Defensa, respectivamente, el Ejército participó activamente en la llamada guerra sucia, específicamente en el aniquilamiento de la guerrilla de Lucio Cabañas, en Guerrero.
Para el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, con Antonio Rivello Bazán como titular de la Sedena, la institución castrense bombardeó algunas zonas con población civil, cercanas a bases del EZLN en San Cristóbal de las Casas y Ocosingo, Chiapas, luego de la insurrección armada de esa guerrilla el 1 de enero de 1994.