El presidente Andrés Manuel López Obrador intentó en su encuentro con el fiscal general de Estados Unidos, William Barr, disuadir a Unión Americana de declarar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas, al asegurar que los dos países podrán cooperar siempre y cuando las políticas de la Casa Blanca no sean "intervencionistas".
El encuentro fue buscado con urgencia por el canciller Marcelo Ebrard luego de que el presidente Donald Trump anunciara la semana pasada un plan para incluir a los carteles dentro de su lista de grupos terroristas, lo que fue rechazado con firmeza por el gobierno de López Obrador al asegurar que es "innecesario" y "gravísimo" que Estados Unidos pueda en algún momento lanzar una ofensiva militar en suelo mexicano.
Tras casi dos horas de reunión, celebrada en Palacio Nacional, López Obrador dijo en su cuenta de Twitter sin ofrecer muchos detalles que fue "buena".
"Buena Reunión con el fiscal Barr. Como abogado comprende que nuestra Constitución nos obliga a ceñirnos a los principios de cooperación para el desarrollo y a la no intervención en política exterior", escribió.
"De este modo siempre podremos trabajar juntos", puntualizó López Obrador quien en su encuentro con Barr estuvo acompañado del titular de la Secretaria de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, y los secretarios de la Defensa, general Luis Crescencio Sandoval González y Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard.
Antes del encuentro, México había dicho que designar a los cárteles como grupos terroristas amenazaba con debilitar la cooperación en materia de seguridad entre los dos vecinos, que comparten una frontera por donde cada año fluye de forma ilegal miles de millones de dólares en drogas y armas.
El mandatario mexicano había adelantado, más temprano, que tenía previsto pedir a Barr que Estados Unidos refuerce el control de la salida de armas y dólares por la frontera compartida, y es que, según la Cancillería mexicana, 70 por ciento de las armas recuperadas por agentes mexicanos entre 2011 y 2016, provenían de Estados Unidos y habían sido compradas legalmente en ese país.
Sin embargo, el punto que más había molestado al gobierno mexicano tras el anuncio de Trump sobre la posible inclusión de los cárteles mexicano en la lista de terroristas fue que una designación de ese tipo abriría la puerta a una incursión estadounidense argumentando la "legítima defensa".
Trump reveló su plan unas tres semanas después de la cruenta masacre de nueve miembros de dos familias mormonas de origen estadounidense, los LeBarón y Langford, en un remoto camino entre los estados de Chihuahua y Sonora. El anuncio también se dio apenas días después de que un integrante de los LeBarón pidió en una carta a la Casa Blanca que Trump catalogara a los cárteles como terroristas.
Posteriormente a su reunión con López Obrador, el fiscal Barr se trasladó a la sede de la cancillería, en Plaza Juárez, a donde se les unió el secretario de Marina, almirante José Rafael Ojeda Durán.
En la reunión, según informaron de manera conjunta a través de un comunicado la SRE y la Secretaría de Seguridad, los funcionarios intercambiaron puntos de vista y conversaron, de forma cordial y respetuosa, sobre las prioridades en materia de seguridad para ambas partes. “Conversaron sobre cooperación en materia de tráfico de armas, lavado de dinero, trasiego internacional de drogas y cómo hacer frente en conjunto al crimen transnacional y al tráfico internacional de drogas”, dijeron.
Entre los acuerdos que revelaron, ambas partes reforzarán al Grupo de Alto Nivel de Seguridad México-Estados Unidos (Ganseg), integrado el pasado 27 de agosto, con el objetivo de combatir a la delincuencia organizada y al crimen que opera de forma transfronteriza.
Por último, señalaron que ambos gobiernos darán seguimiento a los resultados de la cooperación a través del Ganseg.
Tras sus encuentros con funcionarios mexicanos, el enviado de la Casa Blanca se dio tiempo para visitar, acompañado del embajador Cristopher Landau, la Basílica de Guadalupe, donde depositó una ofrenda floral y fue recibido por el canónigo Raymundo Maya Paz, Sacristán Mayor y Salvador Martínez Ávila, rector del Santuario.
Se prevé que este viernes el presidente Trump se reúna con sus asesores de seguridad en la Casa Blanca para analizar su decisión de declarar a los carteles mexicanos como grupos terroristas, decisión que tomaría hoy mismo.