/ viernes 20 de octubre de 2017

Investigan a Hilario Ramírez por financiarse con recursos ilícitos

Saltó a la escena nacional cuando reconoció que como alcalde de San Blas sí robó, pero solo un poquito

El excandidato independiente a la gubernatura de Nayarit, Hilario Ramírez Villanueva, conocido como Layín, arrastra siete investigaciones en su contra por presuntamente financiar su campaña con dinero de procedencia ilícita. Y nadie lo encuentra.

Su “valor de marca” se ubica en sus excentricidades. Saltó a la escena nacional cuando reconoció que como alcalde de San Blas sí robó, pero solo un poquito.  Ganó la alcaldía con tan solo 587 votos por arriba de la coalición PRD y PVEM.

Escandalizó a la sociedad cuando en febrero de 2015, cuando en la fiesta de su cumpleaños le levantó tres veces la falda de una joven con quien bailaba, mientras que en mayo de ese mismo año aparentemente besó por la fuerza a una joven en la Feria de Santiago de Ixcuintla.

Además, mató 50 reses y adquirió 50 mil cervezas. También contrató a la banda El Recodo en un millón 200 mil pesos, aunque luego dijo que solo pagó 300 mil pesos.

En ese entonces manejaba un Tsuru, pero tenía un caballo pura sangre de 250 mil dólares.

 “Hay siete carpetas de investigación relacionadas con él, es por varias cosas. Se trata por el rebase de las aportaciones en efectivo que pueden recibir para una campaña electoral y en este momento estamos investigando si los recursos provienen de algún tipo de financiamiento ilícito”, informó el titular de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade), Santiago Nieto Castillo.

Todos recuerdan su sombrero y tupido bigote. Camisa media abierta y pelo en pecho: “no hago cosas de mala fe”, dijo Layín a Adela Micha en 2015.

Las investigaciones se realizan a partir del cruce de información que han facilitado la Unidad Técnica de Fiscalización del INE, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y de Valores y la  unidad de inteligencia financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

La Comisión rastrea depósitos atípicos en las cuentas de Layín por montos millonarios en efectivo y en periodos de cortos de tiempo, con solo horas de diferencia.

 Nieto Castillo detalló que no hay tiempo establecido para concluir la integración del expediente, ya que la prioridad de la Fepade es consolidar las pruebas y evidencias que deriven en la vinculación a proceso penal del excandidato.

Este no es la única investigación abierta contra algún excandidato por presuntamente utilizar recursos de procedencia ilícita. Pero es la investigación más avanzada.

Cuando Layín buscó la gubernatura camiones iban y venían con pantallas y refrigeradores que regalaban a la gente, que con gusto los tomó pero no votó por él.

También regaló un automóvil a la quinceañera de las redes sociales, Rubí; su papá ofreció una chiva de 10 mil pesos. El nayarita tuvo su primer hijo a los 16 años, pero ha procreado otros nueve con distintas madres.

Layín nació el 17 de enero de 1968 en Tepic. Sus padres cultivaban tabaco y le heredaron una comunidad ejidal de casi dos mil hectáreas.

En entrevista con El Sol de México, Nieto Castillo afirmó que ya se encuentran integrando las carpetas correspondientes con el objetivo de vincular a proceso al candidato independiente por su presunta responsabilidad en el uso de dinero que podría venir de la delincuencia organizada.

Dichas carpetas de investigación comenzaron por denuncias de ciudadanos, autoridades gubernamentales y de la autoridad electoral administrativa, lo que llevó a la Fiscalía a buscar la acción penal en contra del candidato independiente.

Según los reportes de gasto de campaña, Ramírez Villanueva reportó erogaciones por siete millones 031 mil pesos.

Pero el INE detectó un gasto de 10 millones de pesos, es decir, no reportó tres millones de pesos, dinero que ya se está revisando para saber de dónde viene.

“Estamos desarrollando la investigación para ver si en verdad se trata de recursos de procedencia ilícita para las campañas electorales o si se genera una modalidad equiparable a lavado de dinero”, añadió el fiscal.

Aunque Nieto Castillo dijo que no podía dar datos precisos de la investigación contra Layín para respetar el debido proceso, explicó que el modus operandi del financiamiento ilícito usa dos tipos de acciones: las empresas fantasma y el pago a través de dinero en efectivo; ambas actividades podrían equipararse al lavado de dinero.

En el caso de las empresas fantasmas, el procedimiento para estas aportaciones ilícitas es que se crea una empresa para que opere solo durante el periodo de campañas y a través de ella alguna persona física o moral inyecta dinero a un partido o candidato.

Para la modalidad de dinero en efectivo, se compran electrodomésticos que se regalan en mítines o se entrega el dinero a los asistentes de actos proselitistas.

Un debate lo puso en evidencia; no tenía idea de qué era Nayarit. Se quedó callado por 15 minutos.

Según la fiscalización que realizó el Instituto Nacional Electoral (INE) sobre sus egresos proselitistas, LayÍn gastó siete millones 31 mil 267 pesos durante su campaña, por debajo de los 19 millones del tope marcado por las autoridades electorales nayaritas.

De sus ingresos, tres millones 380 mil pesos fueron de su propia bolsa y los tres millones 651 mil 267 pesos restantes los obtuvo por aportaciones de sus simpatizantes.

El documento destaca que el rubro donde más gastó el excandidato independiente fue en la colocación de anuncios espectaculares al erogar 2.3 millones de pesos y en el arrendamiento de edificios para su campaña, con 1.6 millones de pesos.

Esta investigación de la Fepade aumenta la polémica alrededor de Layín, un empresario dedicado al cultivo y empacado de mangos que decidió saltar a la política.

Durante su primer periodo como alcalde, de 2008 a 2011, pasó con perfil bajo en la opinión pública nacional, pero fue durante su segundo mandato (2014-2016) cuando cobró notoriedad.

En julio de 2014 dijo en discurso público y grabado, que había robado en su pasada presidencia municipal.

“¿Qué le robé a la presidencia?, sí le robé, sí le robé, pero poquito porque está bien pobre. Nomás le di una ‘rasuradita’”, dijo en ese entonces Layín.

De esa declaración surgió una investigación que terminó con la inhabilitación para ejercer un cargo público por 11 años a su tesorera, Argelia Ramírez, quien también fungió como su representante legal ante la Unidad Técnica de Fiscalización del INE.

Para finalizar sus escándalos más notorios, en septiembre del año pasado, durante la fiesta patronal de Ahuacatlán, regaló billetes de 20 y 50 pesos a los asistentes.

El excandidato independiente a la gubernatura de Nayarit, Hilario Ramírez Villanueva, conocido como Layín, arrastra siete investigaciones en su contra por presuntamente financiar su campaña con dinero de procedencia ilícita. Y nadie lo encuentra.

Su “valor de marca” se ubica en sus excentricidades. Saltó a la escena nacional cuando reconoció que como alcalde de San Blas sí robó, pero solo un poquito.  Ganó la alcaldía con tan solo 587 votos por arriba de la coalición PRD y PVEM.

Escandalizó a la sociedad cuando en febrero de 2015, cuando en la fiesta de su cumpleaños le levantó tres veces la falda de una joven con quien bailaba, mientras que en mayo de ese mismo año aparentemente besó por la fuerza a una joven en la Feria de Santiago de Ixcuintla.

Además, mató 50 reses y adquirió 50 mil cervezas. También contrató a la banda El Recodo en un millón 200 mil pesos, aunque luego dijo que solo pagó 300 mil pesos.

En ese entonces manejaba un Tsuru, pero tenía un caballo pura sangre de 250 mil dólares.

 “Hay siete carpetas de investigación relacionadas con él, es por varias cosas. Se trata por el rebase de las aportaciones en efectivo que pueden recibir para una campaña electoral y en este momento estamos investigando si los recursos provienen de algún tipo de financiamiento ilícito”, informó el titular de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade), Santiago Nieto Castillo.

Todos recuerdan su sombrero y tupido bigote. Camisa media abierta y pelo en pecho: “no hago cosas de mala fe”, dijo Layín a Adela Micha en 2015.

Las investigaciones se realizan a partir del cruce de información que han facilitado la Unidad Técnica de Fiscalización del INE, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y de Valores y la  unidad de inteligencia financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

La Comisión rastrea depósitos atípicos en las cuentas de Layín por montos millonarios en efectivo y en periodos de cortos de tiempo, con solo horas de diferencia.

 Nieto Castillo detalló que no hay tiempo establecido para concluir la integración del expediente, ya que la prioridad de la Fepade es consolidar las pruebas y evidencias que deriven en la vinculación a proceso penal del excandidato.

Este no es la única investigación abierta contra algún excandidato por presuntamente utilizar recursos de procedencia ilícita. Pero es la investigación más avanzada.

Cuando Layín buscó la gubernatura camiones iban y venían con pantallas y refrigeradores que regalaban a la gente, que con gusto los tomó pero no votó por él.

También regaló un automóvil a la quinceañera de las redes sociales, Rubí; su papá ofreció una chiva de 10 mil pesos. El nayarita tuvo su primer hijo a los 16 años, pero ha procreado otros nueve con distintas madres.

Layín nació el 17 de enero de 1968 en Tepic. Sus padres cultivaban tabaco y le heredaron una comunidad ejidal de casi dos mil hectáreas.

En entrevista con El Sol de México, Nieto Castillo afirmó que ya se encuentran integrando las carpetas correspondientes con el objetivo de vincular a proceso al candidato independiente por su presunta responsabilidad en el uso de dinero que podría venir de la delincuencia organizada.

Dichas carpetas de investigación comenzaron por denuncias de ciudadanos, autoridades gubernamentales y de la autoridad electoral administrativa, lo que llevó a la Fiscalía a buscar la acción penal en contra del candidato independiente.

Según los reportes de gasto de campaña, Ramírez Villanueva reportó erogaciones por siete millones 031 mil pesos.

Pero el INE detectó un gasto de 10 millones de pesos, es decir, no reportó tres millones de pesos, dinero que ya se está revisando para saber de dónde viene.

“Estamos desarrollando la investigación para ver si en verdad se trata de recursos de procedencia ilícita para las campañas electorales o si se genera una modalidad equiparable a lavado de dinero”, añadió el fiscal.

Aunque Nieto Castillo dijo que no podía dar datos precisos de la investigación contra Layín para respetar el debido proceso, explicó que el modus operandi del financiamiento ilícito usa dos tipos de acciones: las empresas fantasma y el pago a través de dinero en efectivo; ambas actividades podrían equipararse al lavado de dinero.

En el caso de las empresas fantasmas, el procedimiento para estas aportaciones ilícitas es que se crea una empresa para que opere solo durante el periodo de campañas y a través de ella alguna persona física o moral inyecta dinero a un partido o candidato.

Para la modalidad de dinero en efectivo, se compran electrodomésticos que se regalan en mítines o se entrega el dinero a los asistentes de actos proselitistas.

Un debate lo puso en evidencia; no tenía idea de qué era Nayarit. Se quedó callado por 15 minutos.

Según la fiscalización que realizó el Instituto Nacional Electoral (INE) sobre sus egresos proselitistas, LayÍn gastó siete millones 31 mil 267 pesos durante su campaña, por debajo de los 19 millones del tope marcado por las autoridades electorales nayaritas.

De sus ingresos, tres millones 380 mil pesos fueron de su propia bolsa y los tres millones 651 mil 267 pesos restantes los obtuvo por aportaciones de sus simpatizantes.

El documento destaca que el rubro donde más gastó el excandidato independiente fue en la colocación de anuncios espectaculares al erogar 2.3 millones de pesos y en el arrendamiento de edificios para su campaña, con 1.6 millones de pesos.

Esta investigación de la Fepade aumenta la polémica alrededor de Layín, un empresario dedicado al cultivo y empacado de mangos que decidió saltar a la política.

Durante su primer periodo como alcalde, de 2008 a 2011, pasó con perfil bajo en la opinión pública nacional, pero fue durante su segundo mandato (2014-2016) cuando cobró notoriedad.

En julio de 2014 dijo en discurso público y grabado, que había robado en su pasada presidencia municipal.

“¿Qué le robé a la presidencia?, sí le robé, sí le robé, pero poquito porque está bien pobre. Nomás le di una ‘rasuradita’”, dijo en ese entonces Layín.

De esa declaración surgió una investigación que terminó con la inhabilitación para ejercer un cargo público por 11 años a su tesorera, Argelia Ramírez, quien también fungió como su representante legal ante la Unidad Técnica de Fiscalización del INE.

Para finalizar sus escándalos más notorios, en septiembre del año pasado, durante la fiesta patronal de Ahuacatlán, regaló billetes de 20 y 50 pesos a los asistentes.

Metrópoli

Casi 2 mil capitalinos opinaron sobre los aspirantes a la fiscalía

Candidatos quieren mejorar los tiempos de espera para denunciar y bajar carga de trabajo del personal

Metrópoli

Metro dejó sin detectores de metales 8 estaciones con alta afluencia

Hasta hace cuatro años, 16 de 39 equipos operaban en puntos con alta afluencia de usuarios

México

Gobierno revisará más de 360 mil concesiones de agua

El director de la Conagua, explicó que uno de los objetivos del Plan Hídrico es tecnificar poco más de 200 mil hectáreas de tierras cultivables, que beneficiará a 225 mil productores

Metrópoli

Deportivo La Hormiguita da color a la gris zona industrial de Vallejo

Este centro deportivo, que fue un depósito de cascajo, ofrece a los vecinos zonas de descanso y de ejercicio

México

A días del cierre de inscripciones, faltan más de 10 mil aspirantes para la elección judicial de 2025

En conjunto, los tres Comités de Evaluación necesitan alcanzar poco más de 16 mil candidatos

Finanzas

Piden a juez que Google venda el navegador Chrome para terminar con monopolio

Las propuestas impuestas a Google incluyen poner fin a acuerdos exclusivos por los que paga anualmente miles de millones de dólares a Apple y otros proveedores de dispositivos