La gente votó por un partido hegemónico: Margarita Zavala

Reconoce que lo sucedido el 1 de julio pasado no fue un ejercicio menor de democracia y hubo una expresión ciudadana mayoritaria de preferencia hacia una opción política con 30 millones de votos

Por: Alejandro Jiménez

  · jueves 22 de noviembre de 2018

Foto: Roberto Hernández

La democracia mexicana y la libertad están en riesgo, pues encaramos el escenario de un Poder Ejecutivo con poderes ilimitados, sin partidos de oposición capaces de hacerle contrapeso, pues a su vez éstos se encuentran colapsados por efecto de una crisis de ética que los ha alejado de la ciudadanía, asegura la exaspirante presidencial, Margarita Zavala.

“Los riesgos de un poder ilimitado son la anulación de la propia democracia y de valores como la libertad, que ciertamente no es un valor único pero es cardinal, porque desde ahí tú defiendes los otros bienes y luchas por también por la justicia, por la honestidad pública, por la verdad, por los derechos humanos”.

Rechaza que sea el intento de ella y su esposo (el expresidente Felipe Calderón) por regresar al poder político, sino un genuino anhelo de conformar la oposición responsable que requiere México, “porque el país nos necesita a todos siempre y la vocación de ambos siempre ha partido de servir y no de servirnos. Lo que nos anima es la construcción de ciudadanía, un marco democrático fuerte y no la búsqueda de cargos”.

Foto: Roberto Hernández

Reconoce que lo que pasó el 1 de julio pasado no fue un ejercicio menor de democracia y hubo una expresión ciudadana mayoritaria de preferencia hacia una opción política con 30 millones de votos. “Aunque, como dice Aguilar Camín, parece que la gente votó por lo que rechazaba: un partido casi hegemónico, un partido muy grande, con una Presidencia con un enorme poder. Un poder ilimitado que ninguna democracia ni ningún ser humano requiere”.

Desde su punto de vista lo que ha pasado desde entonces con ese gobierno electo –que aún no entra en funciones– es preocupante para la también exprimera dama, para quien tal discurso suena como de hace 30 o 40 años, con mecanismos de democracia participativa de dudosa legitimidad, sobre asuntos ya decididos, y que han puesto en riesgo la economía nacional y las finanzas de la población.

Le parece que la cancelación del aeropuerto de Texcoco, la obstinación de echar a andar el megaproyecto en el sur del país, conocido como tren Maya, sin ningún estudio de impacto ambiental, la presentación de un plan de seguridad basado en la militarización del país en lugar de fortalecer a las policías, su desdén por lo que la Suprema Corte opine, el rechazo a una fiscalía independiente, entre otros temas, van conformando un escenario de conflicto con el Estado de Derecho, con la ciudadanía y con los mercados, que castigan con bajas en las acciones de la Bolsa y en el tipo de cambio, que al final tienen efectos ominosos en la economía de las familias reales de carne y hueso del país.

Foto: Roberto Hernández

“Las bajas de calificación de inversión tienen qué ver con el bolsillo. Una baja en el peso tiene que ver con el monedero de la señora que a lo mejor nos está leyendo. Eso significa que su dinero le va a costar más trabajo conseguirlo, tenerlo e incluso ahorrarlo”.

Y ejemplifica: “estamos a la antesala de una segunda consulta de 10 preguntas que son un insulto a la inteligencia de los consultados, como dijeron Transparencia Mexicana y México Evalúa. Son una tomadura de pelo. Nadie va a estar en contra de fomentar el turismo, ni de plantar arbolitos, ni de crear 400 mil empleos. Pero en cambio no nos dicen que con la refinería que planean se anula la reserva natural de Tabasco o que con el tren se compromete Calakmul”.

SIN CONTRAPESOS A LA VISTA

Desde su punto de vista, frente a eso, no hay partido político que le pueda hacer contrapeso. “El PRI colapsó, al grado de que buscan cambiarle de nombre, en el PAN se violaron todas las reglas internas y dejó de ser un punto de referencia democrático, el PRD busca cambiar de nombre, colores, registro, de todo, y Morena, que todavía no se da cuenta de que ya es el partido político en el poder, enfrenta al mismo tiempo todos los problemas de una fuerza política en nacimiento. Ante esa orfandad política, millones de ciudadanos se preguntan ¿qué hacemos?”

Foto: Roberto Hernández

Es por eso que, confirma, ha emprendido el camino de explorar la fundación de un nuevo partido político que ayude a construir ciudadanía y se alce como una verdadera oposición al gobierno próximo, siempre desde una perspectiva constructiva y responsable, que no se oponga a todo por sistema y sólo venga a obstaculizar, sino que genere alternativas de gobierno. Rechaza estar al servicio de fuerzas polarizantes porque lo que menos necesita el país, afirma, es estar dividido.

“Buscamos conformar una organización que parta de ideas de libertad en términos económicos, políticos y de inclusión social. Que cuide el medio ambiente y procure un desarrollo humano sustentable, con valores democráticos como la responsabilidad y la democracia, bajo una perspectiva ética”. Asegura que actualmente el sistema de partidos y de leyes electorales complica la fundación de un nuevo instituto político, pero que aun así van adelante, primero con su asociación política nacional Libertad, que cuenta ya con más de mil afiliados, y posteriormente en la búsqueda de registro como un nuevo partido político nacional.

No está conformada ni financiada por empresarios corporativos ni por cúpulas empresariales, aunque no los rechazaría en un momento dado, siempre y cuando se unan en este anhelo de conformar la oposición política responsable que el país necesita.

Foto: Roberto Hernández

UNA OPOSICIÓN RESPONSABLE

Advierte que no busca crear una organización anti-todo que no deje trabajar a nadie y le haga la vida imposible a los demás, sino que con valores éticos –“tan poco comunes en la política”– indique “las soluciones son por aquí, nuestra propuesta dice esto. Mi oposición política siempre ha sido totalmente responsable, amable pero fuerte”.

Por el contrario, dice estar por fortalecer las instituciones, por reforzar el pacto federal que costó mucho trabajo a los mexicanos conformar, también por reformar todo lo que hubiera que cambiar del Poder Judicial pero no anular a la Corte, reforzar la Policía Federal, sin eliminarla, revisar el marco jurídico de la Fiscalía General pero sin someterla al Ejecutivo, igual la autonomía del Ministerio Público.

Y remata: “hay un riesgo en el populismo y en la demagogia así venga de cualquier parte de la geometría política, sobre todo cuando hay condiciones de desigualdad social, que viene a ser caldo de cultivo para la demagogia y se presta a establecer relaciones clientelares y a generar odios”.