"Eso de que un grupo de gobernadores se agrupen para engañar a muchos mexicanos con la afirmación de que el Gobierno de la República les adeuda fondos de sus participaciones federales me parece -juzgó el Presidente Andrés Manuel López Obrador una muestra de la peor politiquería y ansia de obtener votos a toda costa. En síntesis un gesto "ramplón".
Cauto, prudente evitó opinar sobre actos cometidos por Estados Unidos en nuestro país sin conocimiento de las autoridades mexicanas. "Ese país vive época electoral. Tiempo propicio a quejas, denuncias, reproches. Concluirá el próximo martes. Día de elección presidencial. No entremos en esa turbulencia.
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"No tiene sentido -sopesó López Obrador- alterar nuestra buena relación con el gobierno de los Estados Unidos. Nuestro trato es muy bueno. El Presidente Trump respeta nuestra soberanía. México es una nación independiente y soberana. No admite que se intente tratarla como si de una colonia o protectorado se tratara.
"Tengo la convicción -compartió López Obrador- que el resultado electoral no afectará nuestra buena relación con los Estados Unidos. En tal virtud no doy más importancia de la que merece a un dicho o una acción que demanda nuestra adecuada protesta. Un gesto que el Canciller Marcelo Ebrard ya efectuó como es debido.
"Situaciones como esta que nos ocupa -examinó López Obrador- provocan, en veces, expresiones de gran resonancia. Desplantes y amenazas de ruptura. Gestos jactanciosos. Poses huecas.
López Obrador se declaró decidido a "desterrar" de México a la corrupción. A "purificar" la vida pública del país. Según su saber la corrupción es el embrión de los males que sufre la Nación Mexicana. Ve a la corrupción como matriz de pobreza, violencia, escasez de oportunidades, crimen y desigualdad.
·Es "peste" -calificó. Deformó la conciencia de los mexicanos. "El que no transa...No avanza", se hizo grosero lema. Se llegó a apreciar a la corrupción parte de la cultura nuestra. Quien así lo apreció no fue un sociólogo o un crítico audaz. ¡Qué va! Tal juicio salió del pensamiento de un Presidente de la República. En corrillos se decía: "Moral es un árbol que da moras. Y sirve para maldita la cosa...
"El país, nuestro país -analizó López Obrador vivía plena decadencia. Sociedad en crisis. Tener, ganar, obtener - ¡como fuera! - se tornó en aspiración legítima. El pueblo observó vida de rapaces e insaciables. Dejó de lado valores.
"Había que actuar. Contra decadencia: transformación. Nutrir la Utopía. Acariciar el Ideal. Rescate de los ricos valores -culturales, artísticos, morales, espirituales- propios del pueblo mexicano. Llamé al pueblo a la transformación. Mesías Tropical, me rebautizaron. No me importa. La Transformación -sin violencia- va. Y nadie la va a detener".
Fragmento de la conferencia "mañanera" de la fecha en el Palacio Nacional.