"El padre de la pavorosa desigualdad que hoy padecemos -y aquí retomo la frase de Humboldt", develó el Presidente Andrés Manuel López Obrador- se llama Carlos Salinas de Gortari. Fue Presidente de México de 1988 a 1994. Se dio a repartir los bienes públicos propiedad de la nación, es decir de todos los mexicanos a sus allegados. Empresas estatales, bancos, financieras. Apoyadores, seguidores, e incondicionales se beneficiaron. ¿Prueba? La revista Forbes. Directorio de los más ricos del mundo. Antes del régimen de Salinas sólo una familia, la Garza Sada aparecía ahí. Su fortuna ascendía entonces a dos mil millones de dólares. Seis años más tarde los mexicanos ricos, riquísimos dignos de espacio e Forbes eran 24. Y sus fortunas rondaban los 50,000 millones de dólares.
➡️ Morena integra su lista de candidatos plurinominales con expanistas y priistas
El Presidente Andrés Manuel López Obrador halla -quizás hasta sin proponérselo - infinidad de vías que llevan al mismo puerto. Corrupción. En el camino se halla la impunidad. Ruta que conduce a la violencia, al rencor, a la descomposición social, a la pérdida de valores. Ala mudanza de buenas costumbres. Al encumbramiento -distante deseo, envidioso anhelo- de los saqueadores. "Su delito los tornó intocables. Bien gozaban su prestigio. Nada les hacía sombra. La corrupción arrojó al pueblo al olvido. A los jóvenes a arreglárselas como pudieran. A jóvenes de bien a emigrar a Estados Unidos. A infinidad de mujeres a salir a la calle a ganarse la vida. Por eso digo que la corrupción es la peor peste que azotó a este país. En 36 años lo saquearon como nunca. ¿Quiénes? ¿Los neoliberales? Corruptos conservadores. Simuladores que se disfrazan de cruzados de las más elevadas causas. Saben fingir; engañar. Al tiempo que se apropian de todo cuanto pueden.
Yo, nosotros, mi gobierno todo -dice, asegura, argumenta López Obrador- trabajo, trabajamos todos los días para conseguir la paz, la tranquilidad, la seguridad de todos los mexicanos. Por eso nos reunimos antes del amaneces el General Cresencio Sandoval. el Almirante Ojeda, el General Bucio la Secretaria de Gobernación Doña Olga Sánchez Cordero -todo el Gabinete de Seguridad- para revisar, saber qué pasó en el país. Ya no es como era antes. Allá cada quince días, cada mes, el Presidente de la República pedía un informe. O alguno declaraba la guerra al crimen organizado. Autoritarismo puro. Se ufanó. "A mi no me temblará la mano. No me rendiré". Y a matar. A masacrar. Eso hicieron los neoliberales. Siempre había más muertos que detenidos. ¿Por qué? Pues ordenaban ejecuciones. Y yo no. No hay espionaje. Lo hubo antes. Hoy se procede con inteligencia. No se inventan culpables. Yo no persigo a nadie. Y mis conferencias mañaneras no son -de ninguna manera- algo parecido a un tribunal. Veo, escucho a reporteros que revelan anormalidades. Estoy al tanto. El pueblo me lo cuenta todo.
"¿A quién se le ocurre que yo me prepare para "meter mano" a las próximas elecciones? ¿Ensucia yo ese proceso que es vía para la vida democrática? ¿Pues quién creen que soy yo? ¿Cómo podría yo incurrir en tal acto, un delito grave que me llevaría a la cárcel? Pues sépase que el fraude electoral es delito grave. Gravísimo. Aquel que lo cometa va a la cárcel ¡Al bote, pues! Está en el código. Está en la Constitución Mexicana. El Presidente ya no tiene fuero ni privilegio. Será juzgado como cualquier ciudadano. Ley pareja. Trátese de quien se trate.
➡️ Mantente informado en nuestro canal de Google Noticias
"Traicionaría mis convicciones. Echaría al voladero mis ideales. Mi lucha -desde la oposición- se nutrió en la demanda de elecciones libres, limpias, transparentes. Detesto el robo de urnas. El relleno de las mismas. Alterar actas. Acarrear votantes. Destinar dinero público -dinero del pueblo- a apoyar a este o a aquel candidato. Yo no voy a meter las manos; no. Pero vigilaré. Ya vigilo. Y no me voy a descuidar. A México le urge la democracia. Como liquidar la corrupción. Creo que ese es el mejor logro -un gol- de este gobierno: El combate a la corrupción".
Te recomendamos ⬇️