Treinta y cuatro años después del día en que Gabriel García Márquez pronunció su admonitorio discurso "La Espada de Damocles" y puso ante los ojos del mundo los efectos de una guerra termonuclear -"únicamente las cucarachas, sobrevivirían"-y propuso en Ixtapa, Zihuatanejo: "Contra una cultura de la guerra; una cultura por la Paz", el Presidente Andrés Manuel López Obrador instó a los mexicanos de hoy a saldar la "Enorme deuda histórica que tenemos con los indios yaquis y mayos".
Ayer anuncio que iría a Vícam. de Cajeme, de Ciudad Obregón. Compungido. Irritado. antiguo rencor lo llevó a repasar: Es tiempo de reivindicar derechos de yaquis. México tiene que dar disculpas por las atrocidades que sufren los yaquis. Con ellos Porfirio Diaz cometió un acto de injusticia muy grande.
"Aquel régimen los asesinó. Hasta procuró su exterminio. Unos 15 mil fueron muertos por el Ejercito porfirista. Miles más fueron embarcados hacia las haciendas henequeneras de Yucatán y fincas cañeras de Veracruz. Hecho vergonzoso. Nos obliga a ofrecer las mismas disculpas que demandamos de un país europeo por los excesos cometidos aquí en la conquista y la colonia".
Frente a la gobernadora Claudia Pavlovich, hija de la precursora política sonorense Alicia Arellano Tapia, el Presidente López Obrador se dolía por yaquis y mayos "despojados, estigmatizados, difamados, aplazados. Injustamente culpados de todo. Represión con excesiva dureza. Victoriano Huerta y Aureliano Blanquet, los que más tarde asesinaran al Presidente Francisco I. Madero, ejercieron durísimo, cruel trato. A su hora, el Presidente Lázaro Cárdenas les entrego la tierra".
"Que sucesivas resoluciones les arrebataron. Argucias legales de gobiernos insensibles, distantes. El político-cantante sonorense, Adolfo de la Huerta les alivio penas. Y ahí están. Impasibles. Defensores de su tierra y derechos. Su cultura. Sus modos".
"Dialogaré intensamente con yaquis y mayos. Firmaré convenios que demuestren mi buena fe. La de este gobierno que no puede permanecer indiferente ante tamaña injusticia. El intercambio nos servirá mucho. Deben ser atendidos Hay que decirlo: A yaquis y mayos se les ha tratado muy mal".
"Iré a Vícam con los yaquis" -reinició López Obrador. "Quiero ayudar a esos pueblos. Atender a demandas y derechos. ¡Forjaré acuerdos, Habrá justicia!".
López Obrador describió su ejercicio. "Yo soy el Presidente. Yo soy el responsable. Hay libertad total en el trabajo diario. Ya no es antes. Hoy hay la construcción de una democracia. Cada uno de los integrantes del gabinete puede decir u opinar cuanto quiera. Yo escucho; atiendo a todos. Doy la razón a quien me parece que le asiste. Quien decide soy yo.”
E insistió en que críticas, denuncias, acusaciones e indiscreciones y revelaciones que ocupan la atención de infinidad de ciudadanos, son estrictamente "politiquería", "grilla"
Propia de vísperas electorales oyó rencores contra la exatleta Ana Gabriela Guevara. "¿Hasta cuándo va a seguir frente al deporte? ¡Ya son cinco, quizás seis las denuncias contra ella!", reclamo un reportero sonorense.
"No hagan juicios sumarios. No adelanten vísperas. No condenen, Esperen a que se pruebe su responsabilidad. No es antes. Hoy no se persigue, ni se espía, a nadie. Tampoco se fabrican culpables. Ni hay complicidad. No se tolera la corrupción. Y menos todavía la fea impunidad. Que se investigue lo de Ana Gabriela Guevara”.
Fragmentos de la conferencia mañanera.