Morena en la Cámara de Diputados aprobó cambiar el nombre al Instituto de Administración de Bienes y Activos, para llamarlo ahora -a iniciativa de Mario Delgado, líder de los legisladores morenistas-: “Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado”.
Con la mayoría de los diputados de Morena, PT, PES, se aprobó esta reforma con 287 votos a favor, 117 en contra y 31 abstenciones.
Anteriormente, el 9 de agosto, los legisladores lopezobradoristas ya habían modificado el nombre de este órgano del Sistema de Administración y Enajenación de Bienes (SAE), por el del Instituto de Administración de Bienes y Activos; pero en esta ocasión, los diputados de Morena acordaron reformar este instituto que administra los bienes confiscados a la delincuencia, como originalmente lo había propuesto el presidente Andrés Manuel López obrador.
La diputada del grupo parlamentario de Movimiento Ciudadano, Martha Tagle expuso que esta era “una de las reformas de las cuales el Congreso de la Unión debería sentirse avergonzado”, porque se trataba de una modificación “total y absolutamente accesoria, innecesaria, y lo que es peor, solo se hace porque el presidente se le ha dado por llamar al Servicio de Administración y Enajenación de Bienes, llamarlo el Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado”.
Agregó que sólo porque el Ejecutivo dice que así se tiene que llamar, “aquí estamos, en esta Cámara de Diputados, simple y sencillamente cambiándole el nombre para satisfacer los intereses del titular del Ejecutivo. De verdad, compañeros diputados, que debería darles vergüenza”, indicó.
En su oportunidad la legisladora priista Dulce María Sauri, Recordó que a esta institución la habían “bautizado” apenas el 25 de julio pasado, “entonces aprobamos una nueva ley para mejorar el funcionamiento del antiguo SAE, menos de tres meses después vamos de nuevo”, reprochó.
Consideró también que el dictamen que se aprobó “es tan verdaderamente absurdo”, que, en el Diario de los Debates, será una de las consultas más buscadas en el futuro por los estudiosos de la historia del Congreso mexicano, porque “si no tuviera consecuencias tan graves para la Administración Pública Federal, no habría pasado de ser una mala broma política”, pues recordó que el ahora llamado Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, no solo tendrá por objeto darle curso a aquello que se aprecia jurídicamente como robado, sino por todo proceso llevado a cabo por el Instituto a partir del cambio de su denominación tendría que acompañarse necesariamente de la acusación penal correspondiente por el delito de robo.
Dijo también que ahora, “si se trata de cambios de nombres más afines con el ingenio popular podríamos, en el corto plazo, rebautizar a algunas instituciones”, como a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, cambiarle el nombre por el de “Secretaría Cobrataria” o al Servicio de Administración Tributaria, llamarle “Instituto Chupacabras de los Contribuyentes y si en vez de la Secretaría de Gobernación la llamamos Secretaría Amor y Paz”, ironizó la legisladora yucateca.
En el Senado, cuando se discutió la reforma para modificar el órgano del SAT, el legislador morenista Ricardo Monreal ironizó con el nombre del instituto propuesto por el Ejecutivo, y lo popularizo llamándolo “Instituto Chucho el Roto”.
El presidente López Obrador, en mayo pasado, anunció la creación de este Instituto, y dijo que, en él, se concentrará los recursos y bienes decomisados al crimen organizado, así como los provenientes de la corrupción y de delincuentes de cuello blanco, para devolverlos a la gente.