"Yo no voy a debatir con el expresidente", respondió el presidente Andrés Manuel López Obrador al reto de Felipe Calderón, después de que el primer mandatario lo acusó de corrupción y tráfico de influencias.
Aunque ofreció una disculpa al expanista, reclamó que si no existía un impedimento legal para que ocupara un cargo en el Consejo de Administración de Avangrid, sí fue inmoral y falto de ética.
"Que no se moleste, que no se disculpe. Les ofrezco disculpas, pero se les pasó la mano. No es un asunto legal, debe ser un asunto legal. Un presidente tiene toda la información estratégica del país, por su cargo establece relaciones [...] Si no es ilegal, es inmoral", reviró durante la mañanera.
Calderón Hinojosa, quien abandonó hace dos semanas su cargo corporativo, ayer justificó que se integró a la filial de Iberdrola en el 2016, cuatro años después de su mandato, por lo que no transgredió la ley.
López Obrador advirtió que no va a callarse como momia, pese a su investidura como titular del Ejecutivo Federal, porque en su momento también lo hizo el expresidente Ernesto Zedillo con la industria ferrocarrilera, después de promover su privatización.
"Ustedes tendrían que tener cuidado. Yo lo único que dije es que expresidentes, porque también lo hizo Zedillo [...] Soy presidente y tengo que cuidar la investidura, pero no creo que tenga que callar como momia. No se vio bien, no es ético", señaló.