El presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que se solidariza con el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, ya que demostró, con la filtración de los cables, cómo funciona el sistema mundial en su naturaleza autoritaria.
Manifestó que se le debe perdonar, pero “si él ofrece disculpas y se le libera, va a ser una causa justa en derechos humanos”.
“Será un acto de humildad de la autoridad que tenga que resolver la situación de este periodista o investigador que revelan información de lo que sucedía entre gobiernos”.
Desde el Palacio Nacional, López Obrador aseguró que los secretos de Estado se conocieron con la obtención de los cables, por lo que "confío en que se le tenga consideración y no se le siga torturando".
“Para los que la escuchan, aquí hay cables que se dieron a conocer cuando estábamos en la oposición y hablan de nuestra lucha y puedo probar que son ciertos y qué obedecen a la realidad de ese entonces”.
Al fundador de WikiLeaks se le imputaron 18 cargos en Estados Unidos, entre los que destacan la conspiración para hackear computadores del gobierno y violar una ley de espionaje.
Sin embargo, lo que irritó Washington al publicar cientos de miles de cables diplomáticos secretos estadounidenses, que expusieron las valoraciones que hace Washington de los líderes mundiales, desde el presidente ruso, Vladimir Putin, a miembros de la familia real saudí.
Puntualizó que “no puede uno dar la espalda a los dolores de la humanidad, no puede uno aplicar la política de la avestruz, de meter la cabeza en la arena, porque tiene uno que expresarse”.
Por otra parte, el mandatario señaló que no puede pronunciarse sobre el ataque que Estados Unidos llevó a cabo en Bagdad, donde resultó muerto el alto general de gobierno de Irán, Qasem Soleimani.
Justificó que no se meterá en política exterior para que así tampoco nadie intervenga en los asuntos internos del país.