A sus 30 años, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) admitió que para reconquistar la confianza del ciudadano requiere de una renovación y autocrítica al interior, por lo que reconoció que los pasados comicios federales lo llevaron a la crisis de representatividad y de credibilidad.
“La tarea es ardua, pero reconocemos que, ante el fracaso del programa neoliberal de los últimos 30 años, renovar la izquierda es la única vía”, afirmó la Dirección Nacional Extraordinaria del PRD, integrada por Ángel Ávila Romero, Estephany Santiago, Adriana Díaz, Karen Quiroga y Fernando Belaunzarán.
Dentro de la reflexión, el Sol Azteca señaló que de la posibilidad de ser un partido plural, este cayó en el faccionalismo y la lucha entre corrientes.
“No por ideas, sino por contratos”, acusó Ávila Romero.
Señaló que uno de sus grandes males fue perder la visión de la lucha por el poder y concentrarse en la disputa por el control del partido entre las distintas fracciones que lo conforman.
“La institucionalidad y la legalidad se fueron convirtiendo en letra muerta”, afirmó.
También recordó que se utilizó el voto, repetidas veces, para complacer los caprichos de sus caudillos, por lo que se recurrió a la oposición a ultranza, el PAN, y a la descalificación.
Ángel Ávila apuntó que no supieron leer los cambios en la sociedad y su exigencia de actualización programática y renovación en sus liderazgos y estructuras.
Acusó que la gente votó por soluciones fáciles, ante el impulso de liderazgos que añore del PRD hablaron sobre democracia y derechos humanos y que como gobernantes y representantes consideraron aceptables las peores prácticas autoritarias
En su participación Adriana Díaz criticó que desde que llegó el presidente Andrés Manuel López Obrador al poder, la alternancia abre el riesgo al autoritarismo, así como que la democracia se ve amenazada ante el debilitamiento del federalismo.
Igualmente, denunció la eliminación de los contrapesos constitucionales, la subordinación al poder legislativo, y la sumisión tanto del poder judicial como de los órganos autónomos.
Sentenció que la victoria de Morena, representa la incapacidad de toda la izquierda por crear no solo un discurso sólido, sino también acciones contundentes.
En este sentido, la dirigencia del PRD sentenció que México enfrenta un proceso de retroceso histórico donde se construye un régimen autoritario con pretensiones transexenales a costa de las instituciones de la República loca laica y federal.
“El PRD no olvida la experiencia histórica de partidos autoritarios y totalitarios de izquierda y sus errores. No haremos concesiones en la agenda social a costa de las libertades”, expresó Ángel Ávila.
Para la creación de políticas públicas benefactoras, el Sol Azteca apuesta por una izquierda que garantice los derechos para todos, sin clientelismos y que permita el acceso de la gente, reconoció Belaunzarán Méndez.
De una izquierda incluyente, tolerante, respetuoso, y sobre todo que sea liberal y luche por la vigencia de las libertades democráticas y por el respeto cabal de los derechos humanos.
Por ello, llamó a reencontrar el camino de la civilidad, la tolerancia y el respeto a la diferencia con responsabilidad, respeto, y con ello, supere todas su deficiencias.
En este marco, el PRD adelantó que promoverá como parte de su reestructuración; el impulso de liderazgos cercanos a la base; la construcción de un nuevo modelo de organización partidaria, en la que no existan corrientes; la adopción del carácter de un partido de méritos, donde se reconozca el compromiso y lealtad; el ser congruente para tomar decisiones y estrechar las voces del partido con la sociedad.
También hizo hincapié en cumplir con el acuerdo de ser un partido de causas ciudadanas, a través de la organización y la acción colectiva.
Por su parte, Karen Quiroga, afirmó que el Sol Azteca necesita ser una alternativa de gobierno atractiva para que “de nuevo seamos una fuerza centrípeta, para qué nos busque individuos, grupos y sectores sociales amplios”.
Para reencausar la democracia ante los embates del autoritarismo del nuevo gobierno, se delinearon tres acciones inmediatas: se emitió el Manifiesto por la Democracia para reivindicar el pensamiento republicano; establecer reglas neutrales para que quien gane no aplaste a las minorías; así como la conquista de la ciudadanía al contemplar la en el día a día y no sólo cuando hay elecciones.
“Es tiempo de vencer electoralmente. Es tiempo de generosidad y de entrega. Tiempo de construir una alternativa superior. Tiempo de forjar alianzas y de llamar a la lucha”, expresó Karen Quiroga.
“Sabemos que no se puede construir algo nuevo con ideas y estructuras viejas”, añadió.