Dulce María Sauri Riancho, presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados en la legislatura que hoy termina, consideró que la nueva bancada del Partido Revolucionario Institucional (PRI) tendrá que resistir y no ceder “al canto de las sirenas” del presidente Andrés Manuel López Obrador y Morena para que apoyen sus reformas constitucionales.
“En el momento que ceda el PRI al canto de las sirenas, en ese momento van a quedar como les sucedía a los marineros: hundidos y en el fondo del mar”, advirtió la legisladora priista en entrevista con El Sol de México.
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La también exgobernadora yucateca destacó que los 71 diputados federales que tendrá el Revolucionario Institucional son atractivos para el primer mandatario y su partido ya que con ese número podrían alcanzar los votos suficientes para concretar sus reformas a la Carta Magna en materia eléctrica, electoral y de seguridad. Es por ello, dijo, que la nueva bancada tricolor debe mantenerse firme ante cualquier coqueteo de la Cuatroté.
“Ningún otro grupo parlamentario tiene en conjunto los votos suficientes para que Morena alcance la mayoría calificada como la bancada del PRI”.
Apenas el domingo, al anunciar que el PRI se quedaría con la Junta de Coordinación Política durante el primer año de la LXV Legislatura que comienza mañana, los líderes parlamentarios de los tres partidos de oposición (PAN, PRI y PRD) refrendaron su compromiso de mantenerse unidos hasta el término de su periodo en 2024.
Sauri Riancho señaló que a los integrantes de la bancada priista de la legislatura que hoy termina los definió el verbo “resistir”, porque constantemente fueron rodeados por el régimen morenista.
“Los 47 legisladores de la bancada al inicio, y 49 al final, nos podemos definir con un verbo: resistir. Nosotros no sólo resistimos, sino también aportamos”, expresó.
Agregó que al nuevo grupo parlamentario le toca seguir con esa plataforma de resistencia y construir su propia expansión para darle a la militancia “sobradas razones para poder estar orgullosos de ellos”.
Reconoció que su partido enfrenta “un problema real de pérdida de presencia territorial muy severa; estamos hablando que de ocho gubernaturas, (el PRI) perdió las ocho”. Pero acotó que hay condiciones para que el partido se recupere.
Consideró que el tricolor puede mostrar capacidad de recuperación en el centro del país, particularmente en la Ciudad de México y municipios del Estado de México e Hidalgo, así como en algunos bastiones del norte, como Coahuila y Nuevo León.
Respecto al futuro de este instituto, reconoce que, aunque tuvo un descenso en su militancia, también recuperó votos en la elección de este año, que, aunque marginales, permiten pensar que el PRI sigue vivo.
La legisladora priista mencionó que la legislatura saliente deja 190 dictámenes pendientes en San Lázaro que podrán seguirse discutiendo en los próximos meses. Consideró que dos temas urgentes para retomar a partir de septiembre es la ley de revocación de mandato y dar vida al Sistema Nacional de Cuidados.
“Yo consideró que esta reglamentación es para el ejercicio efectivo de los derechos de las mujeres, es tan relevante como en su momento fue el derecho a votar para las mujeres y ser electas”, reflexionó Sauri.
AMLO, UN SEXENIO “INCIERTO”
En otros temas, Dulce María Sauri espera que el sexenio de López Obrador no sea marcado como lo fue el de Vicente Fox, “un sexenio de oportunidades perdidas”, pues sus resultados van en sentido contrario a sus intenciones.
“Ojalá este sexenio no se tenga que describir también como el de las oportunidades perdidas, el segundo sexenio del siglo XXI de las oportunidades perdidas”.
Opinó que el rumbo que lleva el país de cara a la segunda mitad del sexenio “es incierto”, porque a pesar de que el primer mandatario ha trabajado para dar seguridad y bienestar a los más pobres, no lo ha logrado.
“El presidente ha buscado dar seguridad y privilegiar a los más pobres, pero parece que el resultado va en sentido contrario”, menciona Sauri. “Este rumbo incierto hace que el país en su conjunto esté sufriendo y más cuando se trata de la segunda mitad del gobierno”.
“La única manera de que se preserven los legados cuando alguien tiene la responsabilidad de gobernar es a través del fortalecimiento de las instituciones que lo hagan posible. He visto a lo largo de la política liderazgos carismáticos, como el del presidente López Obrador. Pero cuando esos liderazgos no se traducen en instituciones y en políticas públicas, o en acciones, y no se apropia a la sociedad de políticas públicas, se va el gobernante y todo queda igual que antes de que llegara”.