Eduardo Medina Mora renunció ayer como ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) a 11 años de concluir su mandato, en un hecho sin precedente desde la reforma que transformó el Poder Judicial de la Federación en 1994, lo que de inmediato generó reacciones en los tres poderes de la Unión.
La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) confirmó que el exministro está siendo investigado por la Fiscalía General de la República (FGR) por actividades sospechosas en sus cuentas, cuyos ingresos no coinciden con lo reportado en su declaración patrimonial entre 2013 y 2017.
El presidente Andrés Manuel López Obrador aceptó su renuncia y conversó brevemente con el ministro presidente de la Corte, Arturo Zaldívar, quien en un breve mensaje en redes dijo que estará atento a las determinaciones que tomen el Ejecutivo y, en su momento, el Senado de la República.
En junio pasado, Salvador García Soto reveló que el ministro había efectuado 32 trasferencias a cuentas bancarias al extranjero por dos millones 363 mil 526 libras esterlinas en los últimos dos años a través de empresas familiares, de acuerdo a una investigación de la Agencia Nacional de Crimen del Reino Unido y el departamento del Tesoro de Estados Unidos.
Ante esto, el ministro Medina Mora adujo que se violó su derecho al honor, y negó haber hecho dichas transferencias y expuso que Compu-Soluciones y Asociados SA de CV es una empresa familiar en la que su difunta esposa era accionista y, como tal, recibió dividendos y realizó transmisión de acciones, cuestiones que fueron debidamente documentadas y reportadas a las autoridades fiscales, además de que se incluyeron en sus declaraciones como contribuyente.
De acuerdo con la Constitución, el titular del Ejecutivo debe autorizar la renuncia de los ministros y luego turnarla al Senado para su ratificación. Una vez concluido este trámite, el Ejecutivo enviará una terna al Senado para ocupar el cargo que deja Medina Mora.
La determinación del exprocurador general de la República abre la puerta para que López Obrador incida otra vez en la conformación del Pleno de la Corte al impulsar a tres de los 11 ministros que integran el Pleno.
La salida también se da de cara a la discusión de temas de trascendencia como 10 expedientes relacionados con la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, la ley de migración, el análisis de la acción legal que emprendió el gobernador de Chihuahua, Javier Corral, contra el entonces presidente Enrique Peña Nieto, por el presunto desvío de 250 millones de pesos destinados a esa entidad y que según el mandatario fueron a dar a las campañas electorales del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en 2015.
En la Suprema Corte el ambiente estuvo normal hasta las 17:30 horas. Por la mañana, Medina Mora trabajó normal. Asistió a la sesión del Pleno y previo a su renuncia concedió una suspensión al gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez, el Bronco , para que el Congreso de Nuevo León no lo sancione hasta que el Máximo Tribunal resuelva la demanda por recolección de firmas falsas en la elección presidencial de 2018.
Pero la noticia corrió como polvorín. La Corte guardó silencio varios minutos hasta que el presidente de la Corte, Arturo Zaldívar, confirmó en twitter la renuncia de Medina.
El presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, Ricardo Monreal, “obviamente el asunto sí es grave, el hecho de que renuncie un ministro de la Corte no es una cosa cotidiana’’. Pero evaluó que está garantizado el funcionamiento del órgano de control.
Medina Mora fue invitado a formar parte del gobierno de Vicente Fox y el expresidente lo nombró director general del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen). Fue secretario de Seguridad Pública entre 2005 y 2006 y titular de la Procuraduría General de la República (PGR) en la administración del expresidente Felipe Calderón Hinojosa, de 2006 a 2009.
En noviembre de 2012, el Senado de la República lo aprueba como embajador de México ante el Reino Unido; al siguiente año es ratificado como embajador de México ante Estados Unidos.
En medio de fuertes críticas de la sociedad civil organizada y la acusación de uno de sus adversarios que sólo estaba en la terna por ser cuate de Enrique Peña Nieto, el Senado lo designó en 2015 como ministro, en sustitución de Sergio Valls.