Carlos Romero Deschamps fue uno de los máximos representantes del llamado sindicalismo “charro” y del nepotismo que impera en las altas esferas. Luego de más de 20 años de estar al frente de uno de los sindicatos más importantes del país, Deschamps falleció el pasado 19 de octubre a los 79 años, dejando tras de sí una serie de investigaciones sobre corrupción y acumulación de riqueza ilícita.
A lo largo de cinco sexenios, Deschamps puso el sindicato de PEMEX (STPRM) al servicio de los gobiernos priístas y panistas, y siendo uno de los mayores impulsores de la reforma energética del expresidente Enrique Peña Nieto.
Deschamps nació un 17 de enero de 1944 en Tampico, Tamaulipas. Comenzó como conductor de pipas. Posteriormente, en 1959, ingresó a PEMEX como empleado para luego, dos años después, entrar a las filas del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
En el partido que gobernó México durante 70 años, Deschamps inició su carrera, primero siendo consejero político nacional y en 1970 se desempeñó como secretario de acción política de la dirección juvenil. Un año después comenzaron los acercamientos con el sindicato, convirtiéndose comisionado nacional para la revisión del contrato colectivo del trabajo.
Durante la década de los 70, Romero Deschamps, ya dentro del sindicato, fungió como presidente de su comisión mixta de seguridad e higiene y en los 80 fue asesor del comité ejecutivo, secretario de organización y estadística.
Mientras ascendía, el líder sindical se convirtió en diputado federal hasta 1982 y en 1994 formó parte de la Gran Comisión. En 1993 llegó hasta la cúspide de PEMEX. Consiguió hacerse secretario general donde estuvo por 26 años.
En 1994 se convirtió en senador, en 2013 regresó a la Cámara Baja y durante el sexenio de Peña Nieto volvió a su curul como senador.
Deschamps fue un hombre polémico que al final de su carrera estuvo en la mira por triangulación de recursos y por beneficiar a políticos en sus campañas.
“Durante varios gobiernos, Deschamps manejó el sindicato como su caja chica para pagarse los lujos y las campañas de los candidatos del PRI como Labastida, derrotado por Fox en el año 2000, sin rendir cuentas a nadie. Pemex ha operado como un apéndice de los diferentes Gobiernos y el sindicato hacía negocios al amparo de la protección que obtenía del Gobierno”, dijo la escritora Ana Lilia Pérez, autora de El cartel negro y Pemex RIP.
Sin embargo, el líder sindical fue conocido también por la opulenta vida que llevaba. Yates Ferraris, el cual fue visto manejado por su hijo, casa en la playa, avión privado y un Rolex de oro, fueron algunas muestras del despilfarro de Deschamps.
La situación cambió entre el 2015 y el 2018, cuando fue detenido su abogado Juan Collado, el mismo abogado de Peña Nieto. Fue ahí cuando la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) comenzó a investigarlo por robo de combustible y acusarlo de haber recibido por parte del PRI 66 cheques por 10 millones 184 mil pesos, según documento Proceso.
En la investigación estaban involucradas 12 personas cercanas, y todas ellas familiares, incluyendo a su esposa Blanca Rosa Durán Limas, sus dos hijos, Alejandro y Paulina, una hermana, dos cuñados, una sobrina, un yerno y una nuera.
“Pusieron en marcha una elaborada mecánica destinada a introducir recursos de procedencia ilícita al Sistema Financiero de nuestro país, con la finalidad de ocultar el origen y destino final de los mismos”, dijo en ese entonces la UIF.
A esto se le sumaba declaraciones de patrimonios incongruentes que no correspondían con la opulenta vida que llevaba. En las declaraciones tampoco aparecían las empresa familiares como Cablalepa Star, Aleron o Monkyair.
Con la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia comenzó una nueva etapa para Deschamps. A pesar de haber estado siempre a la sombra de grandes figuras políticas, el líder sindical fue “mandado a la banca”. Posteriormente, le abrieron 12 carpetas de investigación en su mayoría por enriquecimiento ilícito, Deschamps y su esposa se defendieron e interpusieron amparos contra el congelamiento de cuentas y órdenes de aprehensión; sin embargo, según una investiogaciònd de El País, hasta el 2020 sólo le restaban tres carpetas en trámite.
Hacia el final de su carrera Deschamps fue abandonado por su PEMEX quienes los acusaron de delincuencia organizada, lavado de dinero, evasión y defraudación fiscal, así como enriquecimiento ilícito por 150 millones de dólares.
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Deschamps ejemplifica el nepotismo dentro de la esfera política y da cuenta de las prácticas viciosas dentro de los grandes sindicatos. El líder charro dejó tras de sí una gran sombra y una imagen de corrupción marcada por investigaciones que no terminaron por convencer a los mexicanos.