A punto de cumplir dos años presa en el penal de Santa Martha Acatitla, la exsecretaria de Desarrollo Social (Sedesol) Rosario N, sostiene que en su caso se ha permitido la institucionalización de la venganza, donde la prisión preventiva es la regla y no la excepción.
A través de una extensa carta escrita desde prisión la exjefa de gobierno expreso que el miedo, la venganza y el miedo la han traído a estos cuatro muros.
“Estoy privada de mi libertad porque soy mujer y me llamo Rosario Robles. La prueba contundente es que soy la única en la cárcel. La lógica es muy sencilla: No puedo dominarte, te aniquilo. Me estorbas para mi proyecto, te entierro. Estas son las razones por las cuales –en mi caso- se ha permitido la institucionalización de la venganza” señala en su texto.
Acusada de ejercicio indebido del servicio público durante su gestión al frente de Sedesol y Sedatu, la Fiscalía General de la República (FGR) la acusa del presunto desvío de más de 5 mil millones de pesos en el caso conocido como la Estafa Maestra.
En la carta refiere que en todo este tiempo hay quienes cómodamente se han hecho a un lado para que todos los dardos se dirigieran hacia mí.
“Lo hacen a sabiendas que no me prestaría a ninguna farsa que los involucre ilegalmente. No se han detenido ni un momento a pensar en el daño y dolor que le han causado a mi hija y mi familia. Son cobardes”.
Escribió que es falso que no quiera cooperar con la autoridad recordando que se presentó desde la primera audiencia para esclarecer los hechos.
Dijo no estar dispuesta a mentir como lo han hecho otros para alimentar una narrativa política que nada tiene que ver con la verdad y la justicia.
Recordó que fue el juez Felipe de Jesús Delgadillo Padierna quien la vinculó a proceso, el mismo que tiene un conflicto de interés al ser sobrino de Dolores Padierna.
“Se habla de combatir la corrupción, pero no se inmutan con el hecho de que se fabriquen pruebas, se presente una licencia falsa, para tener un pretexto para mandarme a la cárcel diciendo que miento sobre mi domicilio. Y a pesar de que una Magistrada, un juez de amparo y el mismo juez de control dicen que no mentí al respecto, sigo aquí. ¿Por qué?”.
De los cargos que se le acusan, la exjefa de gobierno criticó que en ningún caso han podido demostrar la responsabilidad de otros, y cuestiona: ¿El mismo manejo van a tener quienes por sus omisiones han llevado a la muerte a miles de mexicanos por el mal manejo de la pandemia de COVID-19?.
En su misiva dada a conocer a la opinión pública, dijo que con ella “el rasero” ha sido muy diferente. “Pero a diferencia de los demás yo no quiero privilegios, ni que nadie sea mi tapadera. Lo único que quiero es que se aplique la ley, que se me haga justicia, porque en un proceso apegado a la ley, mi inocencia será demostrada. Deseo, porque tengo derecho, seguir todo mi proceso en libertad”.
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Termina diciendo que México está en deuda con un sistema penal pro-persona, con el debido proceso y la presunción de inocencia. Así como con los derechos humanos de mujeres. En síntesis, México está en deuda con la justicia.