El Pleno del Senado aprobó en lo general la reforma al poder judicial, que busca otorgar mayores facultades al presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), actualmente a cargo del ministro Arturo Zaldívar, quien se mantendría al frente del Consejo de la Judicatura Federal (CJF).
El dictamen fue avalado con 83 votos a favor, 13 en contra y tres abstenciones, legislación que seguirá en discusión en lo particular para atender las reservas de los senadores y las senadoras.
Entre las modificaciones a la reforma destacan, la sustitución de los tribunales unitarios de circuito por tribunales colegiados de apelación, así como recuperar la competencia para impugnar por la vía del amparo normas generales o actos de autoridad federal que afecten la soberanía de las entidades federativas.
Además, entre los cambios propuestos se adicionó que la SCJN mantiene la facultad de revisar los acuerdos del Consejo de la Judicatura Federal y también sobre la designación de jueces o magistrados, su remoción o ratificación.
También aprobaron que el CJF tenga facultades para conocer de violaciones graves a derechos humanos.
En la discusión del dictamen, el coordinador parlamentario de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, se pronunció en contra de la reforma judicial y pidió a los senadores de las bancadas del PRI y PAN no dar su voto a favor de la reforma que calificó como una “aberración”.
“Nuestra responsabilidad como legisladores debería ser la de dejar perfectamente a salvo esas herramientas jurídicas de defensa del federalismo y de autonomía del Poder Judicial, y no dejarlas en manos de la interpretación o la ambigüedad, y menos en el momento que vive México con un gobierno federal en su deriva autocrática, y un Poder Judicial amenazado en su autonomía”, señaló.
Por parte de Morena, el senador Ricardo Monreal defendió las modificaciones a la reforma y llamó a los legisladores a votar a favor, pues argumentó que lo propuesto no es un instrumento que dé poder a una sola persona en el Poder Judicial.
“Los retos de la justicia recaerían en la instauración de una nueva concepción de accionar judicial, fundamentalmente en la figura de los jueces federales y a quienes no siempre se les atribuye una forma ético o profesional, y que la sociedad ha expresado su hartazgo frente a ellos y frente a la existencia de redes clientelares y actos de corrupción y nepotismo que han lastimado la impartición de justicia”, expresó.