El Senado eligió a la doctora Ana Margarita Ríos Farjat como ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación por un periodo de 15 años, al obtener 94 votos a favor.
El PAN fue incisivo al acusar que hay conflicto de interés, y por lo tanto no garantizan la autonomía del Poder Judicial.
La doctora Ana Margarita Ríos Farjat, actualmente Jefa del Servicio de Administración Tributaria (SAT); es licenciada en Derecho y Ciencias Sociales, ha sido catedrática de la Facultad Libre de Derecho de Monterrey, Universidad Metropolitana de Monterrey y colaboradora del ITESM, entre otras especialidades.
En su mensaje a senadores (as) destacó que la Suprema Corte de Justicia de la Nación, como cabeza del Poder Judicial, mucho puede aportar a mantener la coherencia del sistema jurídico mexicano.
“Existen grandes carencias y también hay devaneos a la hora de ser firmes en la impartición de justicia. Hay desarticulaciones procesales muy graves, y esto va generando incoherencias jurídicas, lagunas, espacios para la injusticia en la corrupción, son los estados, municipios, comunidades, ejidos, pueblos, los que conocen sus problemáticas y no podría asumir a priori que su visión sea mantenerse impávido al respecto’’.
Quizás, dijo, estas dislocaciones en el sistema de justicia tengan que ver con el federalismo, cuyo modelo va quedando cada vez menos claro, al abrogarse la federación, las atribuciones.
“Hay ocasiones en que existe una gran distancia entre la fracción de una sentencia maravillosa y su ejecución a ras de suelo, para una gran parte de nuestra sociedad, la justicia suele llegar tarde y tan descalza como quienes acuden a ella, esta es una dolorosa realidad que no admite eufemismos para ocultarla, es más, ni siquiera que se haga el intento por ocultar, porque simple y sencillamente muchas veces no la vemos, no queremos enterarnos lo que en ella pasa’’.
Ríos Farjat destacó que la justicia tiene muchos aliados, y en todos los temas, sin embargo, insisto, falta mucho por las mujeres, por su cabal integración en todos los aspectos, por los indígenas, dado el largo olvido que han estado, por los niños, especialmente por los niños.
“Falta mucho por todos aquellos que sufren discriminación, oportunidades que no tienen, faltan acceso, desamparo, el desamparo económico es terrible, pero es peor el desamparo de derechos’’.
Afirmó que existen fragmentaciones muy serias, disparidades graves, desequilibrios a partir de situaciones económicas, educativas, geográficas e ideológicas.
En este contexto, la Suprema Corte como máxima garante constitucional está obligada a utilizar de forma más creativa posible todas las herramientas interpretativas y jurídicas a su alcance para contribuir a subsanar esas desarticulaciones.
De no ser así, difícilmente podremos hablar de que nuestro sistema jurídico es coherente y justo, podremos decir que el esfuerzo se hace, que hacia allá vamos, pero en realidad vamos hacia esa coherencia y esa amplitud gozosa.
Durante el debate el panista Damián Zepeda, aclaró que estaba en contra de la terna, no por ser mujeres, por el contrario el presidente cumplió con la ley de paridad, ni tampoco por su capacidad y profesionalismo, es más, dijo, las tres cumplen el perfil.
Pero la objeción es porque dos de ellas son subordinadas del Ejecutivo federal, y por ello consideró que representa un conflicto de interés, y por lo tanto no garantizan la autonomía del Poder Judicial.
Mientras el senador de Movimiento Ciudadano (MC), Samuel Alejandro García Sepúlveda, solicitó a quien salga beneficiada que al llegar a la SCJN, resuelvan conforme a derecho los casos que ocuparan a la Corte como la ley Bonilla, el tema de las guarderías, el fondo Minero, y la destitución de gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez, entre otros casos.
En su oportunidad, la priista Claudia Edith Anaya Mota, señaló que las candidatas tienen la suficiente solvencia moral para respetar la autonomía de la Corte y garantizar la autonomía no solo de los poderes político, sino también económicos.
En ese sentido, apuntó que “hoy es un gran día para el Senado, para las mujeres y para la Corte, porque tenemos la posibilidad de escoger a alguien que llegue a la Corte con un visión nueva, fresca y que garantice que ese poder siga siendo independiente, autónoma y no sea rehén de ninguna fuerza política. Es lo que nos debe dar certeza por el futuro, pues ellas estarán ahí por 15 años, trasciende sexenios”, apuntó.