En la Cámara de Diputados es cada vez más frecuente ver a legisladores con actitudes agresivas e insultantes entre ellos, y aunque el Comité de Ética es el órgano especializado para sancionar y disciplinar a los legisladores rijosos, la realidad es que ésta instancia es inoperante, pues no ha sancionado a nadie.
Esta semana Morena adelantó que presentaría una queja contra el líder panista Juan Carlos Romero Hicks por hostilizar al secretario de seguridad Alfonso Durazo durante su comparecencia en San Lázaro; sin embargo, son los morenistas quienes más discusiones han protagonizado.
Apenas el diputado de Movimiento Regeneración Nacional, Alfonso Ramírez Cuéllar, le dijo al panista Miguel Rigss Baeza “el caballo es más educado que tú, como la ves, güey”, luego que el panista le recordó que había entrado en caballo al Pleno en diciembre de 2005; también la morenista Irma Juan Carlos dijo en un chat de legisladores que había que “ponerle una chinga” a la panista Ana Paola López Birlain, acción por la que no se adoptó ninguna acción de parte de este órgano.
Uno de los casos más sonados en la actual legislatura fue cuando el diputado del Partido del Trabajo, Gerardo Fernández Noroña pidió en Tlaxcala “ponerle una chinga la próxima vez que abra la boca” a la también diputada panista Adriana Dávila, lo cual solo se resolvió con una tibia disculpa de Fernández Noroña, que fue obligado por los coordinadores parlamentarios a excusarse. Aunque por este hecho la diputada panista presentó una queja ante el Comité de Ética el 9 de octubre pasado, sin que todavía se tomen cartas en el asunto.
Aunque el Comité se instauró el 25 de octubre del 2018 para para dirimir conflictos entre diputados en San Lázaro, y está conformado por 15 diputados y presidido por el morenista Jaime Pérez Bernabé, y se supone que es un espacio de conciliación; pero cuando los conflictos no se resuelven, también puede sancionar a los legisladores con castigos que van desde la amonestación pública, privada, la retención de la dieta y en último grado la cancelación de su carácter de diputado por la vía del juicio político.
Sin embargo, desde su instalación el 12 de marzo pasado, en la presente legislatura no se ha sancionado a nadie; su presidente, llamó a una primera reunión formal el 29 de abril y, desde entonces, fue la a última vez que trabajó este órgano sancionador.
De acuerdo al diputado perredista Antonio Ortega, miembro de este órgano, “estamos frente a un comité que no es convocado y no cumple con su función”.
Ortega recordó que, aunque se ha dado entrada a diversas quejas, no prosperan por la inercia en la que lo mantiene su presidencia y son dirimidas por fuera.
El legislador advirtió que “curiosamente la mayoría de los conflictos que se presentan en la Cámara, los actores han sido de Morena”, aunque subraya que, si hubiera modo de premiar el comportamiento soez y grosero de algún diputado en la presente legislatura, el galardón sería para el petista Fernández Noroña” y añadió que él es el ejemplo de lo que no debe hacer un diputado en la relación con sus pares.
Apenas, este martes, tras los hechos sangrientos en Sonora, donde murieron 9 miembros de la familia LeBarón, desde la tribuna de Cámara de Diputados, Fernández Noroña dijo que los legisladores del PRI y PAN “son unos chacales” que celebran las acciones del narco, “celebran las matanzas, celebran el baño de sangre”, acusó el legislador petista.
Por esto, dijo Ortega que este diputado es el ejemplo más contundente de los actos que se deben evitar para corregir la mala calificación popular que tienen.
Finalmente, lamentó que en los encuentros no oficiales de los grupos parlamentarios se resuelvan los problemas de comportamiento de los legisladores e hizo un llamado a los coordinadores de Morena y el PT para que intervengan y eviten que en algún momento se pueda desbordar el orden en la Cámara de Diputados.