El presupuesto que se asignará al Instituto Nacional Electoral (INE) para el ejercicio fiscal 2023 no es tan oneroso como argumenta el gobierno federal para promover la reforma electoral e incluso es 7.4 veces menos que el sobrecosto en 2021 y 2022 de la refinería Dos Bocas, aseguró en su más reciente análisis México Evalúa.
En “Números de Erario” la organización de la sociedad civil estudió el presupuesto asignado al INE y encontró que, contrario a lo que presume la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, el órgano electoral no cuenta con una partida tan cuantiosa cuando se pone en perspectiva frente a otros ramos de la administración pública federal.
“Para 2023 el INE solicitó un presupuesto de 24.6 mmdp, que lo colocaría como el 28° ramo con más presupuesto. Si se descuentan los 6.2 mmdp para partidos políticos, sería el 30° ramo, de un total de 48 (...) tan sólo en 2021 y 2022 la refinería de Dos Bocas tendrá un sobrecosto de 184.2 mmdp, con lo que se podría costear 7.4 veces el presupuesto solicitado por el INE”, expuso.
De acuerdo con México Evalúa el INE es víctima de una especie de “presidencialismo fiscal” desde el gobierno de Enrique Peña Nieto, cuando cada año se promedió una disminución presupuestal del 1.7 por ciento, algo así como 409 millones de pesos.
La disminución, lamenta la organización, se vio acrecentada con la llegada del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, etapa en la que el Congreso de la Unión le ha negado al instituto a cargo de Lorenzo Córdova un promedio de 2.1 mil millones de pesos anuales.
Tan sólo para este año, en el que hubo elecciones para seis gubernaturas y la consulta de revocación de mandato, el INE recibió 19.9 por ciento menos del presupuesto que solicitó para poder ejercer sus actividades con normalidad.
México Evalúa estima que al final de este sexenio el organismo termine con un recorte promedio anual del 10.6 por ciento o, lo que es lo mismo, 2.6 mil millones de pesos.
Estos recortes al INE, criticó, se replican en otros órganos autónomos mientras existe una suerte de favoritismo a las dependencias y proyectos del Ejecutivo federal ampliando sus presupuestos anualmente.
En todo caso, señala, con la reforma electoral del presidente López Obrador que contempla la desaparición del INE como se conoce hoy en día “no hay evidencia para afirmar que se reducirá el presupuesto destinado a la materia electoral” y ciertamente no es recomendable si se quiere “mantener la organización e impartición electoral con los estándares de calidad vigentes”.