“No hay, ni ha habido, ningún vínculo de amistad o parentesco que afecte la independencia en mi función como juzgadora”, enfatizó la aspirante a ministra de la Suprema corte de Justicia de la Nación, Yasmín Esquivel Mossa, al comparecer ante la Comisión de Justicia.
“No soy la señora de…, o la esposa de”, reviró Esquivel Mossa a las críticas que se han generado en torno a su relación con el empresario José María Riobóo, y la cercanía de este con el presidente, Andrés Manuel López Obrador.
“Soy una mujer, que como millones de mexicanas, me he hecho por mí misma, con una historia propia”, afirmó.
Al defender su idoneidad, la también magistrada presidente del Tribunal de lo Contencioso Administrativo de la Ciudad de México, señaló que cuenta con 35 años de experiencia, de los cuales 20 se ha preparado en órganos de impartición de justicia, por lo que rechazó que su historia “en el ámbito público y jurídico no empezó hace unos meses, ni hace unos pocos años”.
Por ello, insistió en que ha construido su historia profesional valiéndose “del esfuerzo, los aciertos y errores; los desvelos y sueños; los éxitos y fracasos, de una sola persona: la que en este momento comparece”.
“Lo importante que es reconocer el valor intrínseco de la mujer y no a partir de cualquier vínculo con un hombre”, reconoció.
En este sentido, señaló que el merecimiento no sólo debe de ser por una cuota de género o por “la condición de ser mujer y que la verdadera equidad va de la mano de la capacidad, la experiencia, la honestidad, la preparación y la trayectoria”.
Por lo que refirió que el mérito es la opción más justa para los que aspiran a desarrollarse en una sociedad libre y democrática.
Además, mencionó que para que los juzgadores del país estén a la altura de las demandas de los mexicanos, éstos deben de ser independientes, imparciales, objetivos y profesionales.
“Independiente, sin que medie presión o influencia que favorezca a alguna de las partes; imparcial, porque es nuestra obligación buscar la justicia aplicando el derecho por igual para las partes en disputa; objetiva, la aplicación irrestricta de la ley como principio y la búsqueda de la justicia como máxima aspiración; profesional, demostrar nuestros conocimientos y experiencia, al ponerlos al servicio de una impartición de justicia pronta, expedita e imparcial; buscando siempre la excelencia en el desempeño de nuestra función, de forma humana, prudente, responsable, sencilla, honesta y con compromiso social”.
Así mismo, dijo que es consciente que la impartición de justicia en México es uno de los grandes pendientes históricos, por lo que apuntó que los juzgadores tienen que asegurarse de que el derecho se nutra “no sólo de normas formalmente creadas, sino también de principios generales, valores y consideraciones que obliguen a los marcos jurídicos de todas las latitudes a prever el respeto irrestricto a los derechos humanos; así como, el compromiso ineludible del Estado y de sus instituciones, para velar por su protección y tutela efectiva”.
En el mismo tenor, Yasmín Esquivel sentenció que el reto que afronta la justicia en el presente no es menor, “por el contrario, nos encontramos en un momento paradigmático en la vida jurídica, política y social”, pues mencionó que la sociedad, exige un Estado de Derecho donde queden desterradas la corrupción y la impunidad, fenómenos que consideró son un cáncer en la sociedad mexicana.