Los sismos ocurridos el mes de septiembre de 2017 le recordaron a la Ciudad de México la herida que arrastra desde 1985, pero también señalaron implacablemente a la figura del Director Responsable de Obra y su papel en los daños registrados durante los movimientos.
A pesar de que un alto porcentaje de las construcciones que resultaron dañadas por el sismo que sacudió la capital el 19 de septiembre de 2017 tenían décadas de antigüedad, muchos otros eran desarrollos recientes.
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En algunos de estos casos, como en el del Colegio Enrique Rebsamen, las investigaciones posteriores al sismo revelaron irregularidades en la construcción.
¿Cuál es el papel del Director Responsable de Obra?
De acuerdo con el artículo 32 del Reglamento de Construcciones para la Ciudad de México, el Director Responsable de Obra, al igual que el Corresponsable de Seguridad Estructural (CSE), es responsable de verificar que los proyectos cumplan con la normativa establecida en el propio reglamento.
En ambos casos, las personas que desempeñen este papel son acreedoras de responsabilidad en caso de violaciones a la normativa, ya que su firma se encuentra en toda la documentación relacionada con una obra.
Con base en esto, el hecho de que algunos de los edificios dañados durante el 19-S presentaran defectos desde su construcción significa que el DRO y los CSE involucrados en estos proyectos los avalaron sin conocer los materiales y las condiciones en la que se realizaron, o a pesar de ello.
Por ejemplo, en el caso del colapso del Colegio Enrique Rebsamen, el Director Responsable de Obra Juan Mario Velarde avaló la responsiva para obtener la constancia de seguridad estructural del edificio, que tenía más niveles construidos de los que podía soportar su estructura.
Autoridades de la CDMX lograron demostrar que Velarde tenía conocimiento de la construcción de estos niveles pero reportó a la alcaldía de Tlalpan que se realizaban obras de remozamiento mientras se edificaban estos pisos adicionales.
El exfuncionario capitalino recibió una sentencia de más de 200 años por cargos de homicidio doloso por la muerte de 19 alumnos y siete trabajadores del colegio.
Sin embargo, organizaciones del gremio de la construcción, como el Colegio de Ingenieros Civiles de México, han sostenido que es necesario renovar la normativa alrededor de los DRO y su relación con los dueños de desarrollos y empresas constructoras para que esta figura pueda garantizar realmente que un desarrollo es seguro.