La directora del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt), María Elena Álvarez Buylla anunció su renuncia a la Academia Mexicana de Ciencias por actuar como “caja de resonancia de los posicionamientos políticos de adversarios de la Cuarta Transformación”.
Dijo que su motivación es un acto de “coherencia personal” y llamó a otros científicos del país a construir nuevas instancias “legítimas y generosas que protejan en México el verdadero quehacer científico-académico”, que al mismo tiempo promuevan la soberanía y el bienestar de las mayorías.
A través de una posicionamiento de cuatro cuartillas, la funcionaria que mantiene una polémica con la comunidad científica desde que llegó a ese cargo acusó que la AMC fue “capturada por grupos de poder conservadores y usada para golpear al actual gobierno”.
Señaló que la Academia llegó a “extremos vergonzosos” al hacer recientemente posicionamientos auspiciados por el Instituto de Investigación en Políticas Públicas y Gobierno de la Universidad de Guadalajara como el compilado de Propuestas y reflexiones sobre el futuro de la política de ciencia, tecnología e innovación en México, cuyo coordinador es su antecesor en el Conacyt, Enrique Cabrero.
Aseveró que se trata de un “texto reaccionario” y que propaga mentiras que encuentra eco en medios de comunicación afines.
Al arranque del actual gobierno Álvarez-Buylla inició un proceso judicial en contra de una decena de investigadores galardonados con el Premio Nacional de Ciencias, entre ellos el expresidente de la Academia, José Franco o Antonio Lazcano.
La bióloga genetista que en 1999 recibió el Premio Nacional de Investigación de la Academia en el área de Ciencias Naturales de la Academia anunció su renuncia a ese organismo por que dijo que una minoría la ha usado con fines políticos e intereses particulares, disfrazados de legitimidad académica.
En el extenso documento la funcionaria acusa que grupos al interior de la Academia se han opuesto a la construcción del Conahcyt que ella encabeza a pesar de que la nueva institución está comprometida con el interés público y no con intereses particulares y de lucro como ocurría en el pasado.
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Comentó que en el pasado se asignaron “decenas de miles de millones de pesos al sector privado, colapsando a su vez la eficiencia en innovación en México y profundizando la dependencia tecnológica”.
Calificó que en cambio en su gestión, en estos más de cinco años, “hay grandes resultados de la transformación”.
Enumeró ocho medidas que se emprendieron, entre ellas, se recuperó del abandono a la ciencia básica, se fortalecieron los posgrados, se aumentaron las becas, se democratizó el Sistema Nacional de Investigadores y se asignaron becas a personas que habían sido “abandonados por el neoliberalismo y orillados al subempleo”.
Enfatizó que ese proceso de rescate y recuperación ha sido “combatido rabiosamente por sectores que se beneficiaron de manera ilegítima” por el Conacyt, la institución que ella recibió a cargo en 2018.
Álvarez-Buylla enfatizó que al interior de la Academia militan “adversarios revestidos de un disfraz académico” y más adelante señala que hay investigadores que “pretenden desmantelarla transformación, instaurar la amnesia colectiva y regresar a esos tiempos regidos por la mentira, la corrupción y la simulación depredadora. La Academia Mexicana de Ciencias ya no me representa”.