PARÍS. Para el historiador Carlos Malamud, esa iniciativa “intenta diluir ciertos aspectos más comprometidos del presente”, precisa ese investigador del Real Instituto Elcano de Estudios Internacionales y Estratégicos, considerado como el think tank español más importante en materia geopolítica.
Además de su trabajo como investigador, Malamud -nacido hace 68 años en Argentina-, es autor de una “Historia de América” y de una obra de referencia sobre los “Populismos latinoamericanos”, publicada en 2010.
Desde una capital de América Latina, adonde se encuentra de viaje en este momento, aceptó responder por correo a las preguntas de “El Sol de México”.
¿Cuál es la lógica que, a su juicio, inspiró al presidente López Obrador a pedir a España que presente sus excusas por los abusos de la conquista?
Hay varias lógicas subyacentes. Por un lado, la del nacionalismo mexicano, del cual López Obrador es un claro exponente. Por otra parte, la de satisfacer determinadas demandas de algunas de sus bases, que encuentran válida esta agenda reivindicativa. Finalmente, la de diluir ciertos aspectos más comprometidos del presente mediante su apelación al victimismo del pasado.
En la diplomacia mundial, ¿ese tipo de pedidos son una práctica más o menos “normal” o se trata de algo excepcional?
El gesto del presidente mexicano no constituye una excepción en la historia diplomática, pues en el pasado han existido pedidos más o menos similares, pero tampoco es una práctica usual en las relaciones internacionales. De hecho, entre los precedentes podemos encontrar manifestaciones similares de Hugo Chávez, Evo Morales o Rafael Correa.
Tras haber rechazado en forma rotunda el pedido de López Obrador, ¿hay alguna posibilidad, aunque sea remota, de que en el futuro España pueda responder favorablemente a esa solicitud de manera directa o indirecta?
Las formas en este sentido tienen una importancia esencial. Quizá más importante que el perdón en sí mismo, es la posibilidad de que españoles y mexicanos, o mexicanos y españoles, encuentren un marco común para discutir su pasado conjunto. Pero esto debe comenzar por un diálogo de especialistas (historiadores y antropólogos) y no de políticos.
La iniciativa de López Obrador, ¿no implica, a su juicio, una injerencia en el actual proceso electoral de España?
No creo que López Obrador haya intentado irrumpir en la campaña electoral española por más que sí tuvo efectos concretos en la misma.
¿Hay en este momento en España un debate histórico susceptible de desembocar en un replanteo del concepto tradicional de “conquista civilizadora” que existe en España y que se acepte la noción de “abusos” que mencionan algunos historiadores latinoamericanos?
Hoy por hoy ese debate no existe, pero sería bienvenido. Sin embargo, el moderno americanismo español ha dado pasos importantes en esa dirección
¿Cuánto afectará el pedido de López Obrador el futuro de las relaciones entre España y México?
En principio, poco. Por lo menos, así lo manifestaron las autoridades de los dos países y así será con toda probabilidad.
¿Tampoco perturbará el nivel de participación española en los aniversarios del bicentenario de la independencia de México y los 500 años de la caída de la Gran Tenochtitlán, que se celebrarán en 2021?
Sería deseable que aumentara la coordinación de cara a una participación conjunta en la conmemoración de 2021. Eso requiere que los españoles asuman que la conquista no fue un camino de rosas y que los mexicanos asuman que Cortés y los suyos son también parte de su propia identidad. Ese es el camino, no el pedido de un perdón unilateral sin mayores consecuencias.