Ante un pequeño grupo de 20 funcionarios de su gabinete legal y ampliado y de líderes comunitarios, el presidente Andrés Manuel López Obrador conmemoró este miércoles el aniversario luctuoso número 105 de Emilio Zapata, “El Caudillo del Sur”.
Al inicio de la ceremonia, el mandatario federal, acompañado por Martí Batres, jefe de Gobierno de la Ciudad de México, montaron una guardia de honor y se realizó un minuto de silencio en memoria de Zapata Salazar, caudillo líder de la Revolución Mexicana que fue asesinado el 10 de abril de 1919 en Chinameca, Morelos.
Acto seguido, Batres Guadarrama se dedicó unas palabras a la memoria del comandante del Ejército Libertador del Sur.
Batres Guadarrama recordó que después de la muerte de Zapata siguió adelante el zapatismo e inspiró a Felipe Carrillo Puerto en la defensa de los indios mayas y a gobiernos locales que alentaron la restitución de tierras a los campesinos.
“La utopía agrarista del zapatismo, se hizo finalmente realidad en el gobierno del general Lázaro Cárdenas”, subrayó.
Recordó que años después, cuando parecía que la Revolución “iba a declinar” el zapatista Rubén Jaramillo siguió luchando hasta ser asesinado en 1962.
También recordó el jefe de Gobierno capitalino que en los años 70s las organizaciones sociales que tomaron la ruta de la lucha revolucionaria se denominaron zapatistas, “y en los años 90, una guerrilla chiapaneca se denominó Ejército Zapatista de Liberación Nacional”, evocó Batres.
Subrayó que a lo largo de 105 años cientos de organizaciones estudiantiles, políticas y populares, han llevado el nombre del general Emiliano Zapata.
Incluso, recordó que los grandes muralistas de nuestro país, como José Clemente Orozco, David Alfaro Ciqueiros, pintaron a Zapata y después lo hicieron otros artistas plásticos, como el México-canadiense Arnold Belkin y Fermín Revueltas, González Covarrubias, María Izquierdo y muchos más.
“La efigie de Zapata se pintó en bardas de barrios populares, cubículos estudiantiles e irrumpió en la estética punk”, dijo el mandatario capitalino.
Asimismo, cuestionó ¿por qué sigue siendo vigente la figura de Zapata y sostuvo que es por dos razones: “ Primero, por su excepcional, lealtad, al pueblo y, segundo, porque representa políticamente, ideológicamente y culturalmente la enorme fuerza de la comunidad indígena que ha perdurado a lo largo de siglos”.
Remarcó que en los momentos más críticos del Ejército del Sur, Zapata no entró en componendas ni traicionó ni tenía aspiraciones materiales y luchaba por la tierra para los demás; concluyó que Zapata nunca se sometió aunque ello lo llevará la muerte.
Para concluir, Batres citó una frase del poeta Octavo Paz: “Zapata está más allá de la controversia entre liberales y conservadores. Zapata está antes y tal vez, si México no se extingue, estará después”.