Al adelantar ocho lecciones sobre las causas y efectos de la pandemia por coronavirus, el Presidente del República responsabilizó al modelo neoliberal de la falta de especialistas e infraestructura para atenderla, por lo que llamó a desecharlo por generar riquezas sin bienestar e implementar modelos de convivencia comunitarios y a atender prioritariamente las enfermedades crónicas, como parte de la reconstrucción mundial tras este fenómeno.
“Es tiempo de plantearnos nuevas formas de convivencia política, económica y social, haciendo a un lado, en definitiva, el enfoque mercantilista, individualista y de poca solidaridad que ha sido predominante en las últimas cuatro décadas”, sostuvo el presidente Andrés Manuel López Obrador en un documento donde vierte sus reflexiones alrededor de la Covid-19.
Así mismo, contempló necesario que el Estado tenga mayor intervención en el cumplimiento de su responsabilidad social para garantizar derechos básicos y universales: a la salud, a la alimentación, a la educación, al trabajo, a la vivienda, a la cultura y al deporte, luego de sostener que “la infección planetaria ha venido a mostrar que el modelo neoliberal está en su fase terminal”.
“Es indispensable fortalecer los sistemas públicos de salud y, al mismo tiempo, considerar que al igual que la educación y la seguridad social, la salud no puede ser una simple mercancía ni un privilegio, sino un derecho inherente a todos los seres humanos; por ello, los presupuestos destinados a estos rubros no son gastos, sino inversión en el recurso más valioso y preciado de cualquier país: su población”, apuntó en su primera lección.
Ello, luego de recriminar que los gobiernos anteriores dejaron sin presupuesto a las universidades públicas que optaron por rechazar a quienes buscaban ingresar a las distintas escuelas de nivel superior con el engaño de que no pasaban el examen de admisión, violentando el derecho a la educación y dejando al sistema público de salud sin médicos y enfermeras suficientes.
Pero quizá, continuó, la indiferencia o la irresponsabilidad mayor de los gobiernos que ha dejado al descubierto el coronavirus es la desatención, por décadas, de las enfermedades crónicas como la hipertensión, la diabetes, la obesidad y los padecimientos renales, acrecentadas como consecuencia del consumo de productos alimenticios industrializados denominados "chatarra", y a la ausencia de educación nutricional y de fomento al ejercicio físico y a las actividades deportivas.
“Son muchos más los que pierden la vida por infartos, obesidad y diabetes que los que, desgraciadamente, morirán por coronavirus. Es cierto que las enfermedades crónicas en buena medida son hereditarias, pero se producen o se exacerban por el consumo de productos industrializados y los malos hábitos alimenticios”, enfatiza en su segunda reflexión, tras mencionar que 55 por ciento de los fallecidos padecía alguna de estas enfermedades.
Además, invitó a reconvertir organismos económicos y financieros internacionales como el Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Organización y la Cooperación para el Desarrollo Económicos (OCDE), el Grupo de los 20 (G-20), entre otros; en verdaderos promotores de la cooperación para el desarrollo y el bienestar de los pueblos y las naciones.
En este sentido, López Obrador afirmó que es urgente desechar “las recetas de siempre” propuestas por organismos financieros internacionales que, en los hechos, “provocan nuevos ciclos de concentración de la riqueza, nuevas espirales de corrupción, crecimiento de la desigualdad, ensanchamiento de los abismos sociales entre las regiones y entre lo urbano y lo rural y, a la postre, un agravamiento de los fenómenos de desigualdad, desintegración social, migración, marginación y miseria”.
En otras lecciones, impulsó a que las ideas y acciones de los gobiernos en el mundo se guíen por principios humanitarios más que por intereses económicos, personales, de grupos o de potencias, por legítimos que sean, como también indujo a “fortalecer valores culturales, morales, espirituales y reconocer a la familia como la mejor institución de seguridad social”.
“No a la violencia ni a las guerras de ninguna índole, no al predominio de grupos de presión o intereses creados, no a la desigualdad, al racismo, a las dictaduras; sí a la paz, a la justicia, a la igualdad, a la libertad, a la democracia y al bienestar”, añadió.
También, el mandatario federal instó a hacer valer la fraternidad universal, empezando por evitar el acaparamiento en alimentos, medicamentos y equipos hospitalarios, ya que criticó “la especulación y el lucro en este aspecto ha llegado a niveles vergonzosos”, propiciando sobrecostos y acaparamiento tanto de los gobiernos como de las empresas que producen insumos y equipo médico necesario parala atención de pacientes con Covid-19.
Por último, exigió a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) a convocar, de inmediato, a gobiernos y científicos del mundo para la creación de vacunas contra el coronavirus y otros males.
“La pandemia aún en curso nos dejará centenares de miles de ausencias irreparables y una economía dislocada y severamente disminuida. En muchos sentidos, tenemos que darnos a la tarea de reconstruir el mundo. Hago votos porque se logre sobre bases nuevas y propuestas que nos permitan aprovechar lo bueno que nos ha dejado esta crisis: la comprobación y la certeza de que, tanto para individuos como para naciones, el cuidado de la salud ha de ser una tarea colectiva y solidaria; si aplicamos el "sálvese quien pueda" no se salva nadie, o casi nadie”, concluyó.