La frontera sur de México vive un contexto de inseguridad, que se agravó en los últimos 30 años en toda la región. La situación es muy compleja por la fortaleza del crimen organizado, que tiene un nicho de financiamiento muy importante, que se visibiliza por el número de personas migrantes detenidas en los Estados Unidos y que pasaron la frontera norte, que llegó a 1.7 millones en el último año.
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“Se trata de la migración, una crisis humana que se demuestra con la reciente detención del ex presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, que se encuentra en proceso de extradición; de la tensión que se vive en Nicaragua; de la compleja situación que maneja el presidente Bukele, en El Salvador”.
“Y del desastre institucional que es Guatemala, sin olvidar a Belice que por su falta de institucionalidad se está convirtiendo en una plataforma del crimen organizado importantísimo, especialmente en tema de narcóticos”, afirmó el doctor Carlos Barrachina Lisón.
Catedrático de la Universidad Lasalle, México, doctor en Ciencias Políticas, especialista en Reforma del Sistema de Seguridad Pública en México y Centroamérica, manifestó, además:
“Tenemos una crisis de más de 30 años muy seria que no existía en la forma actual hace 40 años. Los Estados deben ser capaces de enfrentar esta situación y la fortaleza del crimen organizado que pone en jaque a los países de la región”.
Luego precisó: “Este número tan elevado de detenidos en un año muestra con mucha claridad, que no sabemos cuántos migrantes pasan a las ciudades estadounidenses. Y esto no es de ahora, sino que viene de tiempo atrás”.
Así, lo señaló en la presentación del libro “Las Fronteras de México, seguridad nacional, gobernanza y desarrollo”, quien es autor junto con Aurora Hernández Ulate, de la Universidad Nacional de Costa Rica; Jimmy Ramos Valencia, de la Universidad Autónoma de Baja California y José María Ramos, de El Colegio de la Frontera Norte.
Refirió que en el año 2012, se tenían registros de la Patrulla Fronteriza de 500 mil detenidos que se mantuvo constante, hasta el año 2000 que casi se detuvo a un millón de personas migrantes. En el 2020 bajó a medio millón y en 2021 subió a 1.7 millones.
¿Qué significan estas cifras?
-Desde mi punto de vista, que la política de Estados Unidos trabaja en el aseguramiento, en la detención de un mayor número de migrantes en la frontera norte de México, en ese paso fronterizo.
Y no significa que bajen. Las caravanas migrantes visibilizaron un problema de abuso humano, de abuso de inseguridad.
En Tapachula, en la frontera se concentran 70 mil personas que no logran pasar 200 kilómetros al norte; pero en la frontera sur se encuentran de 70 a 80 mil migrantes. Eso significa que el crimen organizado tiene un nicho de mercado para crecer financieramente muy importante.
Sabemos de las drogas y de otros negocios que tienen, pero se refleja en el número de detenidos que por algún lado están pasando a migrantes centroamericanos y de otras nacionalidades para lograr 1.7 millones de detenidos en el último año, refirió.
De este gran número de detenidos, refirió que 700 mil son ciudadanos mexicanos y 400 mil son gente de otros países como haitianos que tratan de ir a los Estados Unidos y centroamericanos.
El profesor e investigador Barrachina subrayó que el discurso anti-inmigrante de los partidos demócrata y republicano, endureció la posición fronteriza.
“La situación no es nada sencilla. Es una crisis de seguridad. Tenemos una crisis de más de 30 años muy seria que no existía en la forma actual hace 40 años”, enfatizó.
Afirmó que la migración debe tratarse como crisis humana. Es reflejo, consecuencia de una crisis regional muy seria, de la que no se podrá salir sin reflexionar todos y se ponen los medios para ello.
Y una de las soluciones es por la institucionalidad, por la gobernanza y buscar los diferentes equilibrios de cómo se pueden hacer eficientes y con sentido positivo la actual situación para superar estos grandes retos.
Enseguida, remató:
“Ese es el reto del trabajo de este libro: Cómo enfrentar los retos de los que no nos podemos escapar. Y cómo lograr una buena gestión y en un contexto de frontera, donde hay convivencia efectiva”.
Así, refirió que en la frontera sur del país, de 2008 a la fecha, cruzaron esa línea limítrofe 32 millones de personas documentadas.
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De Chetumal, donde vivió e impartió cátedra en la Universidad de Quintana Roo, de la que tiene licencia, dijo que el cierre de la frontera por la pandemia del Covid-19, rompió su economía, toda vez que la población de Belice acude a su abastecimiento. “Se necesita que se abra esa frontera de forma definitiva, demandó.