Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.- Alrededor de mil 500 migrantes centroamericanos y algunos cubanos que ingresaron a México por el río Suchiate, que recorre parte de la frontera con Guatemala, partieron en caminata esta sábado formando una nueva caravana que busca llegar hasta Estados Unidos.
Hombres, mujeres y menores de edad provenientes de Guatemala, El Salvador y Honduras salieron del parque Bicentenario y de la plaza central de la ciudad fronteriza de Tapachula donde pernoctaban desde hacía varios días.
El grupo pretende seguir la ruta de anteriores caravanas, haciendo paradas en municipios de la costa de Chiapas para descansar y luego continuar el viaje. Policías y una ambulancia de protección civil los custodia en su trayecto.
Vicente Martínez, proveniente de El Salvador, dijo que decidieron partir debido a que a la mayoría le fue negada la tarjeta de visitantes que por razones humanitarias otorgaba el Instituto Nacional de Migración (INM) y que permite permanecer legalmente, buscar empleo y recibir servicios como educación y salud.
"No arreglamos nada en migración, por eso mejor nos vamos para el norte, en mi país no hay trabajo y uno tiene que sacar adelante a la familia", dijo Martínez a la AFP.
El 28 de enero pasado, el INM suspendió el llamado "programa emergente" del que se beneficiaron varios de miles de migrantes que ingresaron en sendas caravanas desde octubre del año pasado.
El instituto informó que ahora los interesados en ingresar al país deberán acercarse a las embajadas de México en sus países de origen para consultar sobre las opciones de estancia legal.
En tanto, cientos de cubanos que entraron ilegalmente hace un mes cumplieron 10 días plantados a las puertas de las oficinas de la Comisión Nacional de Derechos Humanos en Tapachula, demandando la protección del organismo para no ser deportados.
La semana pasada, unos 300 de ellos irrumpieron en las instalaciones e hirieron a un funcionario.
Tonatiuh Guillén, comisionado del Migraciones, dijo que existe un desfase entre las capacidades de atención y el flujo de migrantes que arriban también desde Asia y África.
Cientos de miles ingresan a México cada año por la frontera sur y atraviesan todo el territorio hasta alcanzar Estados Unidos en busca de oportunidades de vida, pese a las duras condiciones del trayecto y la amenaza de grupos criminales que los secuestran o extorsionan.