Arquidiócesis llama a dialogar para resolver violencia y corrupción

Este posicionamiento se da en medio de un contexto donde en el Congreso hay iniciativas de reformas constitucionales que han levantado mucha polémica, como la reforma educativa y la Guardia Nacional

Alejandro Suárez | El Sol de México

  · domingo 17 de febrero de 2019

La Arquidiócesis

La Arquidiócesis Primada de México llamó a la sociedad mexicana a entablar el diálogo para resolver problemas como violencia, corrupción, pobreza e inseguridad, pues de lo contrario lo que prevalecerá la simulación.

El diálogo implica el pleno reconocimiento del otro y de su libertad, y el consiguiente compromiso de empeñarnos para que sus derechos fundamentales sean siempre respetados, sin que esto signifique perder la propia identidad para complacer al otro dice el semanario Desde la Fe.

Este posicionamiento se da en medio de un contexto donde en el Congreso hay iniciativas de reformas constitucionales que han levantado mucha polémica, tales como la reforma educativa o de la Guardia Nacional.

Para la Arquidiócesis, en los últimos años la práctica de no escuchar se viene reproduciendo redes sociales, debates públicos, pláticas de café, con la familia o los amigos, por lo que se debe de trabajar para derribar un muro que hemos construido a partir de la negativa al diálogo, o peor aún, de la simulación.

Todos son igualmente valiosos a los ojos de Dios. Porque Él mira a la familia humana con una mirada benevolente que incluye. El enemigo de la fraternidad es el individualismo que se traduce en la voluntad de afirmarse a sí mismo y al propio grupo por encima de los demás, y una de las grandes amenazas del diálogo es la simulación: no se puede proclamar la fraternidad y después actuar en la dirección opuesta dice el editorial parafraseando al papa Francisco.

Por eso, la iglesia católica llama a feligreses y ciudadanos en general a romper el individualismo para escuchar al prójimo, y así crear una sociedad fraterna y con las herramientas necesarias para resolver todos sus problemas por medio de acuerdos.

“Abramos nuestra voz y corazón al diálogo, y hagámoslo orgullosos de nuestra identidad católica. Y al hacerlo, no olvidemos el poder de la oración, pues como lo ha dicho el Santo Padre, la oración hecha con el corazón es regeneradora de fraternidad”, finaliza el semanario.