TLALNEPANTLA, Méx. “Si era un cliente asiduo, por lo menos una vez a la semana venía y se quedaba varias horas degustando unas copas de alcohol y al final, ya de madrugada siempre se llevaba a una chica”, así lo manifestaron meseros y algunas trabajadoras de un bar, ubicado en pleno centro de este municipio, que era visitado por Andrés N, presunto feminicida serial.
"La verdad, la noticia de la detención de don Andrés, como le decíamos, nos cayó de sorpresa y como verdadera bomba, pues lo conocíamos como un hombre ya de avanzada edad, respetuoso, tranquilo y noble que no se metía con nadie y que llegaba al bar para tomarse unas copas, relejarse y convivir con chicas.
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"Eso sí, ya cuando terminaba su noche de copas, siempre se llevaba a una chica y la mayoría de ellas no ponía objeción, primero porque siempre traía dinero y les pagaba muy bien, y luego porque sabían que era un hombre tranquilo con el que no corrían peligro porque lo conocían muy bien, pues era un cliente asiduo", explicó un mesero del lugar.
Dijo que de las chicas que se llevaba siempre regresaban al otro día, no saben de alguna que haya desaparecido después de que salieran con él, de las mujeres que supuestamente mató y que trabajaban en ese bar no saben nada, al menos en la actualidad, posiblemente, esto sucedió hace años, porque Andrés N visitaba el bar desde hace 20 años más o menos.
“No sabemos cuál era la verdadera cara de don Andrés, si en verdad hizo todo lo que se comenta, de que asesinó, descuartizó y sepultó en su domicilio a varias mujeres, nos tiene sorprendidas e incrédulas, porque en verdad era un hombre que no rompía un plato, decente, cariñoso y espléndido, pero como bien dice el dicho, ojos vemos corazones no sabemos”, señaló una joven.
Las mujeres que trabajan ahí dijeron que el caso del presunto feminicida las atemoriza porque "sabemos que estamos expuestas a encontrarnos con este tipo de hombres, pero ni modo nos tenemos que arriesgar porque trabajamos por necesidad, no por gusto o porque nos guste irnos con cualquier hombre, menos con un viejo rabo verde como lo era don Andrés, que en realidad, ya por su edad, no funcionaba como hombre, pero eso sí le gustaba la fiesta y pagaba muy bien".