La Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD) relacionada con el agua para México, que procede de organismos y organizaciones internacionales, se ha derrumbado durante el gobierno de la 4T al pasar de 14 millones de dólares en 2017 a sólo un millón en el 2021, debido a la falta de proyectos nacionales para mejorar el acceso al líquido.
De acuerdo con el monitoreo de ONU-Agua, la cifra es la más baja registrada en las últimas dos décadas y apenas una mínima parte de lo que especialistas estiman que el país requiere cada año para asegurar el abastecimiento de agua.
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Además, coloca a México entre los países que menos AOD reciben en la región de América Latina, frente a naciones como Chile, Colombia, Argentina y Uruguay, que en el año 2021 recibieron cada uno más de 25 millones de dólares en asistencia oficial para el desarrollo en proyectos relacionados con el agua.
Así, mientras en 2017 México recibió un total de 14 millones de dólares para este rubro, en 2018 cayó a un millón; en el 2019 se recibieron dos millones y los años 2020 y 2021 un millón, respectivamente.
La AOD es, de acuerdo con la OCDE, el instrumento financiero principal de la política pública de desarrollo internacional enfocada a mejorar las condiciones de vida de las personas; su asignación y consecución depende de los proyectos que cada nación en desarrollo presenta para su aplicación. Estos fondos proceden de organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Organización de Estados Americanos (OEA), el Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entre muchos otros, los cuales reciben a su vez de países desarrollados y organizaciones privadas.
Especialistas atribuyen la situación a falta de proyectos en el país en materia de agua. “La falta de proyectos en el sector del agua se ha traducido evidentemente en que haya una menor asignación de fondos; sin duda hace falta que México posutle proyectos para poder recibir financiamiento de instancias internacionales, porque finalmente éstas responden al llamado de una nación para poder atender ciertos proyectos que están poniendo como prioritarios, así, cuando no hay proyectos no hay ayuda internacional”, afirma Fabiola Sosa Rodríguez, jefa del área de investigación en crecimiento y medio ambiente de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), del plantel Azcapotzalco.
En entrevista con El Sol de México, la experta agregó que si bien se sabe que el sector del agua en México debería ser prioritario, este tema no ha sido traducido en una asignación suficiente de recursos y por el contrario, las instituciones encargadas del manejo del recurso natural han sido de las más castigadas en cuanto a asignación de recursos económicos.
“Durante la presente administración el medio ambiente ha sido un sector muy castigado cuando debería ser puesto como prioritario con mayor asignación. A la luz de la magnitud de los retos a los que nos enfrentamos en materia hídrica, parecería necesario fortalecer aún más las instituciones existentes y dotarlas de las capacidades y presupuestos necesarios, en lugar de compactar y reducir las estructuras institucionales”, afirmó Rodríguez Sosa.
Las amenazas de desaparecer el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) o que la Comisión Nacional del Agua sufra nuevos recortes presupuestarios son constantes, según la especialista.
La centralización de la gestión del líquido y un retroceso en la participación social, que ha afectado el conocimiento y la investigación de las problemáticas del agua, han afectado también, de acuerdo con Sosa Rodríguez, las posibilidades de inversión en fondos desde el exterior.
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La organización de la sociedad civil Agua Capital coincidió en que la falta de asignación de recursos se ha traducido, además, en ámbitos que tiene que ver con el mantenimiento de la infraestructura, e incluso para emprender nuevos proyectos que se necesitan en carácter de urgente ante los impactos del cambio climático y que podrán solventar con fondos de AOD.
De acuerdo con información de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID), el gobierno de López Obrador, en cambio, ha elevado la cooperación en nuevos proyectos sobre agua en naciones como Nicaragua, Honduras, El Salvador, República Dominicana, Jamaica y Santa Lucía, en Centroamérica y El Caribe, que han ayudado a fortalecer sus capacidades en la implementación de metodologías para identificar vulnerabilidad hídrica ante los efectos de la variabilidad y el cambio climático; así como para que incrementen el uso de tecnologías de riego para la agricultura, mejoren el manejo de drenaje urbano y las capacidades para la sostenibilidad de los servicios de agua potable y saneamiento en comunidades rurales.