El canibalismo volvió al ojo público con películas como “La sociedad de la nieve” en la que los sobrevivientes del accidente de la Cordillera de los Andes tenían que comerse a los muertos si querían resistir el día a día. Esta práctica no solo se quedó en la pantalla, pues es más común de lo que se piensa.
Casos como El Caníbal de la Guerrero, el de Atizapán, los monstruos de Ecatepec, Gumaro de Dios, o El Caníbal, quien se comió a su pareja sentimental tras consumir heroína y marihuana, demuestran que el canibalismo no es una práctica que quedó en el siglo pasado a manera de tributo, se sigue practicando en el mundo, incluso, algunas personas lo ven como deseo sexual.
¿Qué es el canibalismo?
El canibalismo es la práctica de comer miembros de la propia especie. El primer caso se atribuyó a los neandertales, hace más de 100 mil años en Francia. Después, la práctica siguió en diferentes culturas del mundo como parte de rituales o sacrificios en el que se ofrecía comer carne humana en honor a las deidades de la muerte, al considerar que los humanos se fortalecían del consumo de carne humana divinizada.
En la actualidad, algunos casos de canibalismo dejaron el lado espiritual y ahora tienen significados referidos a la violencia, como la ama de casa que mató a su marido y se lo comió en tamales.
Entre los casos que más han conmocionado al mundo se encuentran los siguientes:
El Caníbal de Atizapán
Uno de los casos más recientes de canibalismo en México fue protagonizado por Andrés Mendoza, también conocido como el Caníbal de Atizapán. El hombre de 72 años asesinó a al menos 19 mujeres que después se comía y enterraba los restos óseos en el patio de su casa.
De acuerdo con BBC, el Caníbal de Atizapán intentaba seducir mujeres o pagaba por su compañía, pero quienes lo rechazaban eran sus víctimas favoritas de canibalismo. En su patio la Fiscalía del Estado de México encontró 4 mil 600 restos óseos de 17 mujeres y dos hombres.
El Caníbal de la Guerrero
Otro de los casos que conmocionó al mundo fue el de El Caníbal de la Guerrero, un hombre que padecía depresión y abusaba de sustancias como la cocaína y el alcohol. Durante el día, El Caníbal de la Guerrero era un poeta e incluso dirigía obras de teatro, pero por las noches se dedicaba a asesinar a sus parejas sentimentales, que en suma fueron ocho.
Tras su detención, los peritos de la entonces Fiscalía del Distrito Federal reportaron que en su casa encontraron el antebrazo de una de sus parejas sentimentales en un sartén y un plato que “hasta tenía un limón”.
Gumaro de Dios, El caníbal de Playa del Carmen
El asesino serial, Gumaro de Dios presentó otro caso que impactó a la sociedad mexicana, pues a causa de la esquizofrenia y paranoia que padecía, mató a diversas personas que, en sus palabras, fue por una promesa a un viejo brujo maya.
Sin embargo, Gumaro de Dios se llevó el sobrenombre de El Caníbal tras matar a su pareja sentimental quien le debía 500 pesos que utilizaría para comer, al no tener como pagarlos, enfureció, lo golpeó con un block y finalmente lo ahorcó con un cable.
Al no tener que comer, descuartizó el cuerpo para preparar caldo con las vísceras, y ante su pobreza fue dividiendo el cuerpo en partes para consumirlo poco a poco. Cocinaba las partes con chiles verdes, cebolla y tomate porque, en sus palabras, la carne humana sabía “como a barbacoa de borrego”.
Canibalismo en La sociedad de la nieve
Los casos de canibalismo no quedaron solo en México, sino que también llegaron a la Cordillera de los Andes que atraviesa América del Sur. Recientemente Netflix revivió la historia de los sobrevivientes del accidente de los Andes, quienes eran señalados como caníbales por medios uruguayos.
La película de “La sociedad de la nieve” mostró la historia del accidente del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, que por las malas condiciones climáticas el ala del avión toco la cresta de una montaña ocasionando que el avión chocara con el suelo. Ante ello, trece personas murieron de forma inmediata y en las siguientes semanas se sumaron doce más.
El filme muestra la controversia que enfrentaron los sobrevivientes, pues al no tener comida disponible tuvieron que comerse la carne de los fallecidos, o morir sin ser rescatados por las fuerzas uruguayas.
Ante la hambruna que pasaban y el debate moral sobre si comer carne humana o no, algunos sobrevivientes hicieron un pacto en el que autorizaban que comieran su cuerpo en caso de morir.
Armin Meiwes, El Caníbal de Rotemburgo
En 2001, Armin Meiwes, un ingeniero informático, expresó en la web que su fantasía sexual era comer el miembro de una pareja sentimental. Ante la publicación, Bernd Jürgen coincidió con la fantasía y aceptó que le amputaran el pene, con la condición de que ambos comieran de él.
Los deseos de Meiwes comenzaron en la infancia, cuando estaba jugando con sus muñecas, y en una ocasión cortó una y simuló comérsela; desde ahí, sus deseos crecían y no cesaron hasta que Jürgen aceptó participar; él solo quería que cortaran su pene, pero terminó muerto para satisfacer los deseos del ingeniero.
Canibalismo como culto al narcotráfico
De acuerdo con el antropólogo mexicano, Claudio Lomnitz, el canibalismo también es utilizado como un culto al narcotráfico en Estados Unidos.
En sus investigaciones descubrió que un traficante de marihuana tenía sesos humanos, junto con palos llenos de sangre como parte de un sacrificio humano para proteger el contrabando de drogas.
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¿A qué sabe la carne humana?
Aunque los caníbales consumieron carne humana por diversas razones, la mayoría de los caníbales coincide en que el sabor de la carne humana es similar al cerdo, borrego e incluso pollo. Gumaro de Dios, consideraba que la carne humana sabía a borrego; Armin Meiwes la comparaba con el cerdo, pero con un sabor ácido y fuerte; finalmente, los sobrevivientes de la tragedia de Los Andes la veían como pollo.