El próximo lunes un ejército de 185 mil entrevistadores del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) saldrán a recorrer todos los rincones del país para levantar el censo de población y vivienda 2020. Del 2 al 27 de marzo se buscará llegar a cada casa, pero por primera vez contarán con nuevos aliados: las encuestas que podrán ser respondidas por internet y por teléfono.
Consciente de que el mayor reto es tener un alto nivel de participación ciudadana -en 2010 el 99 por ciento de la población participó- el director de Estadística Sociodemográfica del INEGI y encargado del censo, Edgar Vielma detalla en entrevista con El Sol de México que para ello se promoverá también la encuesta remota a través de la página censo2020.mx y del teléfono 800 111 4634.
En ambas plataformas también podrá ser verificada la identidad de los encuestadores para dar mayor certeza a la población de que quien tienen en la puerta de su vivienda es un trabajador del INEGI y con ello prevenir asaltos de personas que aprovechan para hacerse pasar por servidores públicos para ingresar a robar a las casas o edificios.
“Para eso estamos desarrollando los mecanismos pertinentes de seguridad y confianza. Primero: ningún entrevistador del INEGI entra a las casas. Segundo: si una persona con todo el uniforme del INEGI, su credencial con una fotografía amplia, llega a su puerta, le puede pedir su número de credencial y en www.censo2020.mx se puede verificar la identidad de la persona”, explica.
“Si por alguna razón no tienes datos o internet, puedes llamar a un número gratuito, una persona adulta mayor, por ejemplo, puede llamar al 800 111 4634 y también ahí se puede verificar la identidad del entrevistador, antes de abrir la puerta o contestar”, añade.
A través de estas dos vías, la página de internet y el número telefónico también podrán responderse los cuestionarios. “Voy a tocar a tu puerta, te aviso que pasamos a visitarte con documento oficial. Van tres veces que voy a tu vivienda y no te encuentro, bueno, te dejo una carta invitación con un código QR y las claves para ingresar para que tú puedas responderlo por internet. Con esto ya no se puede decir que no me censaron porque no me encontraron”, dice Vielma.
Con esto ya no habrá “ninguna justificación para dejar de participar en el censo. Están todos los mecanismos para que uno: tengas confianza en la persona a la cual le vas a responder, y dos: participar en el censo”, subraya.
Otra de las novedades para el censo de población y vivienda 2020, será que los resultados se tendrán, por primera vez en la historia, en el mismo año en el que se aplican las encuestas, es decir que tendremos los resultados el 4 de noviembre, a menos de ocho meses de haberse levantado.
El problema de las calles cerradas
Vielma Orozco reconoce que de unos dos o tres años a la fecha han proliferado las calles cerradas como un reflejo al problema de la inseguridad que ha crecido en varias ciudades del país, incluyendo la capital, lo que para el ejército del INEGI representará un problema, ya que se trata de espacios que muchas veces no cuentan con administradores y no se puede consensar el ingreso.
Hasta la semana pasada se habían ubicado 25 mil espacios de difícil acceso como fraccionamientos privados, unidades habitacionales o calles enrejadas, pero el director de Estadística Sociodemográfica señaló que podrían ser hasta 40 mil en todo el país, en donde desde la primera semana de febrero empezaron a trabajar para acordar el acceso de los encuestadores.
“El INEGI tiene identificados precisamente todos esos espacios que tanto de origen como en el transcurso del tiempo generaron alguna barrera para el paso. Lo único a lo que nos lleva es a que nosotros previamente, desde la primera semana de febrero, estemos concertando el ingreso, conociendo los requisitos o reglamentos que solicita ese espacio para el ingreso”, explica.
Y apunta: “por ley nosotros vamos a ir a todo el rincón del territorio nacional y está prohibido limitar el acceso a un servidor público del INEGI a cualquier espacio, pero lo que nosotros buscamos es un marco de diálogo y entendimiento y sobre todo respetando las normas al interior de cada condominio, por ejemplo, si nos dicen que podemos entrar solo de 8:00 a 18:00 horas nosotros respetamos y si se requiere acompañamiento de un guardia, sin problema”.
Al contrario de estos fraccionamientos o unidades habitacionales, en las calles con rejas no hay administradores o guardias, “esos sí pueden ser un mayor reto porque ni siquiera hay un mecanismo para entablar comunicación. Ahí lo que corresponde es hacer guardia a esperar a que una persona residente llegue y ahí entablar la comunicación”.
No obstante, el buen ánimo prevalece y el directivo del INEGI aprovecha para lanzar un llamado: “que participen porque con lo que se da en este censo, para bien o para mal, estaremos conviviendo 10 años y los resultados del censo se traducen en el siguiente hospital, en la siguiente escuela, en la siguiente calle o avenida, alumbrado público, parque, jardín, inclusive la propia vida, porque los planes de protección civil lo hacen con la información censal”.